Un equipo investigador internacional con participación de la URV ha analizado el potencial de las dietas de ayuno intermitente para combatir la obesidad
El 43% de la población mundial adulta tiene sobrepeso. Así lo apuntan datos de la Organización Mundial de la Salud, publicados en el año 2022, según los cuales un 16% de las personas adultas, casi 900 millones, viven con obesidad. Las dietas de ayuno intermitente se han convertido, recientemente, en un patrón alimentario popular entre aquellas personas que quieren perder peso. Consisten en alternar periodos de alimentación con periodos de ayuno en un horario regular, y sus defensores se adhieren a ellos con la esperanza de reducir los factores de riesgo cardiometabólicos como la presión, el colesterol o la glucosa en sangre. Pero ¿realmente funciona, el ayuno intermitente?
Para determinarlo, un equipo investigador internacional —que cuenta con la participación de Jordi Salas-Salvadó, investigador del Departamento de Bioquímica y Biotecnología— ha elaborado una revisión de 99 ensayos clínicos, con información sobre más de 6.500 personas. El análisis compara el efecto de las dietas de ayuno intermitente en el peso corporal y factores de riesgo cardiometabólico, con el de las alternativas clásicas de restricción calórica continua y también con el de aquellas dietas que no implican restricciones de este tipo.
Los resultados del estudio revelan que todas las dietas estudiadas, tanto las de ayuno intermitente como las de restricción calórica, son útiles para reducir el peso corporal, con una efectividad bastante similar. De entre todas las estrategias, seguir un patrón de ayuno en días alternos —24 horas de ayuno seguidas de 24 de ingesta normal—, ha resultado ser ligeramente más efectiva que otras dietas y alternancias. Sin embargo, estas diferencias no superaron el umbral clínico de importancia de al menos 2 kilos de pérdida de peso en un periodo de seguimiento de 24 semanas.
Además, los autores del estudio concluyen que el apoyo profesional, la planificación y la educación nutricional y la calidad de la dieta también tienen un impacto crucial en el éxito o el fracaso del ayuno intermitente. En función de la naturaleza de cada caso, estas estrategias pueden convertirse en una opción adicional en los repertorios terapéuticos y ayudar a mejorar la salud cardiometabólica de algunas personas: «El ayuno intermitente no pretende reemplazar otras estrategias dietéticas, sino complementarlas», dicen.
Referencia: Semnani-Azad, Z., Khan, T. A., Chiavaroli, L., Chen, V., Bhatt, H. A., Chen, A., Chiang, N., Oguntala, J., Kabisch, S., Lau, D. C., Wharton, S., Sharma, A. M., Harris, L., Leiter, L. A., Hill, J. O., Hu, F. B., Lean, M. E., Kahleová, H., Rahelic, D., … Sievenpiper, J. L. (2025). Intermittent fasting strategies and their effects on body weight and other cardiometabolic risk factors: systematic review and network meta-analysis of randomised clinical trials. BMJ, 389, e082007. https://doi.org/10.1136/bmj-2024-082007