En Sudán, la violencia sexual crece de forma alarmante en medio del desplazamiento de población

En el corazón de la mayor crisis de desplazamiento del mundo, en Sudán las mujeres están en la primera línea, no solo como sobrevivientes sino también como líderes y activistas, y continúan brindando servicios vitales en medio de las alarmantes tasas de violencia y abuso sexual contra mujeres y niñas.

A dos años de comenzado el conflicto en Sudán, la violencia continúa devastando amplias zonas del país. Los enfrentamientos han provocado la mayor crisis de desarraigo del mundo, con más de doce millones de personas obligadas a abandonar sus hogares.

Como en la mayoría de los conflictos, los niños y las mujeres son los más afectados.

La ONU apoya a las mujeres sudanesas

Para ayudar a combatir el flagelo de la violencia sexual, el Fondo para la Paz y ONU Mujeres apoyan organizaciones que trabajan con grupos locales de mujeres sudanesas.

Marwa*, representante de una de esas organizaciones, habló con Noticias ONU, describiendo la situación en Sudán como una “sin precedentes”, en la que mujeres y niñas enfrentan un sufrimiento inmenso agravado por el desplazamiento, la separación de familias y la pérdida de todas sus posesiones.

Resiliencia y trabajo constructivo

Las historias desgarradoras narradas por Marwa incluyen niñas secuestradas y violencia sexual contra personas de todas las edades, pero también muestran cómo las mujeres están demostrando resiliencia e intentando influir en el proceso de paz.

La mayoría de las mujeres trabajaban en fábricas o vendían comida en las calles, un sector con enormes pérdidas debido a la guerra, que destruyó infraestructuras, paralizando la industria, el transporte, la agricultura y todas las actividades de subsistencia, relató.

“Las personas perdieron todas sus fuentes de ingresos, pero este impacto fue más severo en las mujeres y niñas, quienes se vieron desproporcionadamente afectadas por el conflicto. Son ellas quienes soportan el peso de la guerra, tratando de mantener unidas a sus familias y de proveer alimentos para sí mismas y sus comunidades”.

Trauma y estigma

Además, la escalada de la violencia de género las ha afectado gravemente. “La violencia sexual ha aumentado drásticamente y las mujeres ahora sufren traumas y estigma. También existen delitos relacionados. Recientemente, hemos tenido varios casos de niñas secuestradas. Muchas han sido secuestradas sin ningún mecanismo para rastrearlas o recuperarlas. Eso está sucediendo ahora mismo en Sudán”, dijo.

Marwa habló sobre el destino de las niñas secuestradas, obligadas a casarse o esclavizadas sexualmente: “Es una especie de humillación para las familias. Para nosotros, como sociedad conservadora, secuestrar a una niña es uno de los pecados más atroces”, afirmó, y explicó que esas prácticas no solo tienen como objetivo esclavizar o vender, sino que también son “una forma de derrotar a las personas desde dentro, para obligarlas a rendirse”.

Vergüenza para la humanidad

Estas atrocidades ocurren en distintos puntos del país, con mucha mayor incidencia en Darfur y en la frontera entre Darfur y Chad peligrosa. Marwa indicó que esa es la región más peligrosa y afirmó que “se trata de una vergüenza para la humanidad”.

La Misión de Investigación en Sudán informó que la violencia sexual aumentó un 288% entre diciembre de 2023 y diciembre de 2024, enfatizando que es probable que la cifra real sea mucho mayor puesto que se basa únicamente en los casos de víctimas que buscaron apoyo, algo no muy usual dado el carácter conservador de la sociedad.

“Hay historias lastimosas de mujeres, como los casos de chicas que decidieron suicidarse debido al estigma de la violación. Los agresores no diferencian entre mujeres jóvenes, madres o incluso abuelas, las violan a todas. Supe de una abuela que se negó a recibir tratamiento. Solo guardó silencio porque no la respetaban como abuela. Fue violada por personas más jóvenes que ella. Este tipo de historias son realmente tremendas y continúan ocurriendo”, denunció Marwa.

Sigan adelante niñas

En un mensaje a las niñas y jóvenes que crecen y viven en medio de alguna guerra, Marwa les pidió “seguir adelante, seguir trabajando: emprendan iniciativas concretas y tengan la convicción de que están construyendo la paz”, puntualizó.

*Marwa prefirió usar este nombre ficticio y no revelar tampoco el nombre de su organización por razones de seguridad.

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