- La tercera parte del presupuesto de la UE se asigna a la política de cohesión.
- Los auditores de la UE extraen lecciones de las deficiencias en el diseño y la aplicación de la política y los fondos para la recuperación tras la pandemia (Mecanismo de Recuperación y Resiliencia).
- Los próximos fondos de cohesión pueden ofrecer mejores resultados y valor añadido para las regiones de la UE.
Una atención centrada en la finalidad estratégica y en el rendimiento, flexibilidad en la programación de los fondos, aplicación oportuna, normas sencillas: estos son los elementos clave de la política de cohesión de la UE que el Tribunal de Cuentas Europeo (el Tribunal) ha destacado desde hace años. Son aspectos que contribuirán a mejorar la eficacia y la eficiencia de esta política emblemática de la UE, que tiene por objeto apoyar el desarrollo regional y abordar objetivos horizontales ambiciosos. En su análisis publicado hoy, los auditores de la UE extraen lecciones del pasado para ayudar a la UE a construir una mejor política de cohesión cuando el próximo período comience en 2028.
La política de cohesión de la UE ha aportado un billón de euros de financiación en el período 1989–2023, así como 400 000 millones de euros adicionales previstos hasta 2027, lo que la convierte en la mayor política de desarrollo regional de este tipo en el mundo. Según indica la Comisión Europea, la política de cohesión ha contribuido a reducir las disparidades sociales y económicas en la UE. Sin embargo, la convergencia ha sido desigual entre las regiones. En su análisis, los auditores de la UE señalan una serie de factores importantes que han influido en la eficacia de la financiación de la cohesión, así como las lecciones aprendidas del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR). Todas estas cuestiones deben abordarse a la hora de diseñar y aplicar el próximo período de la política de cohesión, que comienza en 2028.
«La política de cohesión es la principal política de inversión de la UE y a menudo se considera una piedra angular de la integración en la UE. Sin embargo, su aplicación no es ideal», afirma Alejandro Blanco Fernández, Miembro del Tribunal responsable del análisis. «Con ocasión de los debates sobre la dirección y las características de la cohesión en el período posterior a 2027, nuestro análisis ofrece una valiosa visión de las lecciones aprendidas de la política anterior y del MRR, y ofrece ideas sobre cómo esta experiencia debería configurar el diseño, la aplicación, la gestión y la supervisión de la política en el futuro.»
Los auditores señalan que, a lo largo del tiempo, la política de cohesión de la UE ha tenido que atender un conjunto cada vez mayor de prioridades y objetivos de la UE. Habida cuenta de los importantes recursos disponibles para la política, esta se ha utilizado también a menudo para responder a situaciones excepcionales, como la pandemia de COVID–19 y el flujo masivo de refugiados procedentes de Ucrania en 2022. Aunque los auditores reconocen la importancia de la flexibilidad en el uso de los fondos, también advierten de que esto hace que la política de cohesión esté más fragmentada y corra el riesgo de desviarse de su objetivo principal de reducir las disparidades regionales. Es fundamental que los objetivos de la futura política de cohesión sigan arraigados en las necesidades de desarrollo de cada región y sigan centrándose en el refuerzo de la convergencia económica y social.
En los últimos períodos, la aplicación de la política de cohesión ha hecho mayor hincapié en los resultados, aunque sin mucho éxito aparente. A este respecto, podría estudiarse la posibilidad de apoyar reformas nacionales y regionales para que las inversiones financiadas por la UE sean más eficientes y eficaces. Además, los auditores de la UE han subrayado en repetidas ocasiones que reforzar el seguimiento y la evaluación del rendimiento facilitaría la elaboración de políticas basadas en datos contrastados.
Otra cuestión planteada por los auditores es garantizar el gasto oportuno (la absorción) de los fondos de cohesión. Para abordar este punto, reiteran la importancia de adoptar el marco legislativo en una fase temprana, garantizando así una programación más rápida y proporcionando un nivel adecuado de prefinanciación para que la aplicación pueda comenzar a su debido tiempo. También destacan el valor de las sinergias con otros instrumentos de la UE.
Los auditores de la UE han señalado reiteradamente que la política de cohesión se rige por normas a menudo demasiado complejas, lo que puede dar lugar a trámites burocráticos innecesarios y a un alto riesgo de error. El actual marco de garantía no es plenamente eficaz para mitigar este riesgo. Los auditores también afirman que, si se pretende aplicar a la política de cohesión un modelo de financiación basado en el rendimiento, es fundamental hacer balance de las deficiencias detectadas en el MRR, que se inició para hacer frente a la pandemia de COVID–19. En particular, es esencial garantizar que los futuros fondos de cohesión se gestionen con suficiente transparencia y rendición de cuentas, y que las disposiciones para recuperar los fondos utilizados indebidamente sean eficaces.
Información de referencia
La política de cohesión se consagra en los artículos 174 a 178 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. Su objetivo es promover el desarrollo equilibrado de la UE a través de medidas encaminadas a reforzar la cohesión económica, social y territorial, y a reducir las diferencias entre los niveles de desarrollo de las diversas regiones. Se centra en superar las debilidades estructurales y reforzar la resiliencia a largo plazo. La gestión de la política de cohesión es compartida entre la Comisión Europea y más de 400 autoridades nacionales y regionales de los Estados miembros.
El análisis 04/2025, «El futuro de la política de cohesión de la UE: lecciones del pasado», puede consultarse en el sitio web del Tribunal. No se trata de un informe de auditoría, sino de un análisis que reúne auditorías, análisis y dictámenes del Tribunal publicados anteriormente sobre diferentes aspectos de la aplicación de la política de cohesión y, en su caso, los compara con las conclusiones alcanzadas sobre el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia.