CON EL APOYO DE UNICEF SE INAUGURA UNA EXPOSICIÓN DE FOTOGRAFÍAS TOMADAS POR NIÑOS Y NIÑAS DE BESLÁN.
Desde el pasado viernes 26 de agosto, en el Centro Cultural de Beslan se exhibirán fotografías tomadas por niños y niñas de esta ciudad que participaron en un cursillo práctico de fotografía y periodismo organizado por UNICEF del 22 al 28 de julio. La muestra, titulada «La infancia es lo más precioso del mundo», estará abierta al público hasta el 9 de septiembre.
En el cursillo práctico de
fotografía y periodismo participaron 13 niños y niñas de 13 a
18 años, de los cuales cinco habían sido rehenes durante el sitio a
la Escuela No. 1 de esta ciudad, en septiembre del año pasado.
Durante el cursillo, Giacomo Pirozzi,
fotógrafo de UNICEF, y el periodista John Varoli,
les instruyeron sobre fotografía y redacción de reportajes,
respectivamente. Tras el cursillo práctico, los niños y niñas
salieron a recorrer Beslan a la búsqueda de temas para sus
artículos e imágenes para fotografiar.
El cursillo práctico se llevó a
cabo en el Centro de Rehabilitación, que está ubicado en la
vecina población de Vladikavkaz y que recibe ayuda de
UNICEF. Desde que finalizó el secuestro con la muerte
de 338 personas, de las cuales la mitad estaba
compuesta de niños y niñas, en el Centro se ha
prestado asistencia médica y psicosocial a unas 4.000
personas.
El secuestro y posterior asalto, de
tres días de duración, durante el cual más de 1.000 personas
fueron mantenidas como rehenes en el gimnasio de la
escuela, privadas de agua y comida, culminó con una horrible
matanza, cuyos efectos emocionales en la población de la
ciudad siguen siendo visibles, a un año de la tragedia. A
UNICEF le preocupa la posibilidad de que muchos pobladores
quizá no se recobren nunca de la pérdida si no reciben
asistencia a largo plazo que les permita seguir adelante con
sus vidas.
Los propios niños decidieron tomar fotos en la escuela
afectada
El cursillo práctico fue conducido por Pirozzi, quien mostró a
los participantes imágenes de otros niños y niñas que han
sufrido tragedias, como los niños con SIDA de África y las
víctimas del tsunami en Asia. Las imágenes, que inicialmente
se iban a emplear solamente para ilustrar técnicas
fotográficas, provocaron una intensa respuesta por parte de
los niños, que comenzaron a comprender que la pena puede
coexistir con la esperanza.
Pirozzi les mostró luego las fotografías que él mismo había
tomado inmediatamente después de la tragedia de Beslan, que
los niños y niñas recibieron en absoluto silencio. De
manera sorprendente, los niños decidieron regresar a la
Escuela No. 1 para mirar el lugar de los hechos a través de
los nuevos “ojos” de sus cámaras fotográficas. Aunque
inicialmente los organizadores de UNICEF tenían ciertas
reservas sobre esa decisión, las dejaron de lado ante la
determinación de los niños y niñas. Los niños
también decidieron hacer visitas al cementerio local, a
algunas de las afligidas familias de las víctimas, a una de
las nuevas escuelas que se construyen en Beslan y al Centro de
Rehabilitación. Asimismo, decidieron retratar su propio optimismo
en una serie de fotografías alusivas al tema Alegría y
amor.
De un taller de fotografía a una terapia
profunda
“Fue en ese momento que el cursillo práctico dejó de ser un
taller de fotografía y se convirtió en una forma de terapia
profunda”, explica Pirozzi. “Los niños tomaron la firme
decisión de confrontar el horror y terminaron creando
bellas fotografías llenas de color, especialmente las de
Alegría y Amor”.
Durante dos días, los niños y niñas exploraron su propia
tragedia desde un punto de vista diferente, ayudados por los
conocimientos recientemente adquiridos, concentrándose en las
dificultades de encontrar los mejores ángulos y líneas, la
mejor iluminación, la perspectiva más adecuada, y
otras técnicas fotográficas.
“La transformación de los niños resultó extraordinaria debido a
que la renovada confianza en ellos mismos y la habilidad que
demostraron al enfrentar la tragedia pareció liberar sus
espíritus”, afirma John Brittain, Oficial de Comunicaciones de
UNICEF. “Para el quinto día del cursillo práctico, el grupo de
niños y niñas nerviosos y sosegados que habíamos conocido al
iniciar la actividad se había convertido en un grupo de
jóvenes muy risueños y parlanchines”.
Alina, una de las participantes, de 17 años de edad, que había
sido rehén durante el sitio, resumió sus impresiones sobre el
cursillo práctico.
“Me gustó mucho. Al principio no creí que iba ser interesante,
pero luego me atrajo hasta dejarme absorta, me distrajo y me
transportó a otro mundo”.
Durante el enfrentamiento que puso fin al sitio, Alina fue
impulsada dos veces de una punta a la otra del gimnasio
escolar por dos violentas explosiones. Desde entonces había
sido incapaz de confrontar su dolor y rara vez había hablado
sobre esa experiencia. Al final del cursillo práctico, la joven se
acercó al personal de UNICEF y dijo: “Me parece que ahora
estoy lista para empezar la rehabilitación”.
La exposición se inauguró el viernes 26 de agosto a las 14:30
por Carel de Rooy, Representantes de UNICEF, y permanecerá
abierta hasta el viernes 9 de septiembre. Se exhiben en la
misma un centenar de fotografías escogidas de entre los miles
que tomaron los niños y niñas. Las fotos van acompañadas de
comentarios escritos por los propios niños, que profundizan la
impresión que causa cada imagen.