Un año de la crisis en el Cuerno de África: fin del estado de hambruna y muchas vidas salvadas, pero millones de personas siguen en una grave situación
Cerca de 900.000 niños sufren de desnutrición en Somalia, Kenia y Etiopía
Hace hoy un año que la crisis humanitaria en el Cuerno de África llegaba a su punto más álgido, cuando Naciones Unidas declaraba el estado de hambruna en dos regiones del sur de Somalia. El extraordinario apoyo internacional de miles de personas y entidades, unido a las lluvias favorables, ayudó a salvar un sinnúmero de vidas y a revertir la hambruna. Sin embargo, la crisis está lejos de terminar. Ocho millones de personas en Somalia, Etiopía y Kenia aún dependen de la asistencia humanitaria. Los niños, en particular, se ven amenazados por una combinación de pobreza, inseguridad, desnutrición y enfermedades.
«Si bien nuestro trabajo para salvar vidas, de los niños y sus
familias, y los suministros enviados han llegado a millones de
personas, aún hay muchos a los que no se ha podido llegar y siguen
siendo extremadamente vulnerables», dijo el Director Regional de
UNICEF para África Oriental y Austral, Elhadj As Sy. «Esta fue y
sigue siendo una emergencia de niños. Debemos seguir proporcionando
ayuda de emergencia donde sea necesaria, pero también debemos
colaborar más estrechamente con las comunidades para fortalecer sus
capacidades frente a futuras crisis. «
Con el apoyo generoso de los donantes, quienes aportaron más de
396 millones de dólares en 2011, UNICEF pudo ampliar su trabajo de
emergencia y desarrollo en las zonas afectadas por la sequía en
Somalia, Kenia, Etiopía y Yibuti, donde más de 13 millones de
personas necesitaban asistencia humanitaria en 2011. Entre julio y
diciembre de 2011, se distribuyeron unas 63.000 toneladas métricas
de suministros humanitarios -la mitad de ellos eran alimentos
terapéuticos y suplementos alimentarios. Hasta la fecha, casi un
millón de niños han recibido tratamiento contra la desnutrición en
la región.
Para consolidar aún más la capacidad de recuperación, la
reducción del riesgo de desastres está siendo integrada en los
programas de emergencia y desarrollo de UNICEF. Se están reforzando
los servicios básicos de salud, nutrición, saneamiento y educación
a nivel comunitario. UNICEF también está trabajando con aliados
para fortalecer las redes de seguridad para las familias
vulnerables mediante transferencias de efectivo.
Con un tercio de la población (2,5 millones de personas) aún en
necesidad de asistencia de emergencia, Somalia sigue siendo el país
más afectado. En algunas regiones del sur, uno de cada cinco niños
sufre desnutrición aguda y ve amenazada su vida. En Kenia, 2,2
millones de personas necesitan asistencia humanitaria, y 3,2
millones de personas en Etiopía. La desnutrición continúa siendo un
problema grave. En la actualidad cerca de 900.000 niños sufren de
desnutrición en los tres países.
La crisis obligó a miles de personas a abandonar sus hogares. En
la actualidad hay más de 626.000 refugiados somalíes en Kenia y
Etiopía. En Somalia, más de un millón de personas son desplazados
internos, casi el 60% de ellos niños. Los conflictos, la
inestabilidad, la falta de lluvias y el acceso restringido para las
agencias humanitarias constituyen una grave amenaza para los niños
y sus familias. Ya hay indicios de que la situación podría empeorar
en el sur de Somalia, donde la desnutrición aguda entre los niños
menores de cinco años en algunos lugares es casi el doble del
umbral de emergencia.
La asistencia de emergencia a corto plazo, aunque es crucial
para atender las necesidades de salud, nutrición, agua y
saneamiento, no puede prevenir crisis futuras. UNICEF viene
intensificando en los últimos años sus intervenciones a largo
plazo, a través de la respuesta de las propias comunidades y de las
estrategias para afrontar las crisis, para aumentar la capacidad de
recuperación y atender las necesidades de los más vulnerables.
«Los mecanismos de control tradicionales están siendo llevados
hasta el límite para muchas comunidades», dijo Elhadj As Sy. «El
ciclo de la crisis debe romperse a través de nuevos medios de apoyo
a las comunidades para que puedan resistir y recuperarse mejor de
un desastre”.
«Tenemos que preservar los beneficios que hemos conseguido con
muchas dificultades, e invertir en los niños de hoy para evitar que
se repitan crisis similares en el futuro».
Para continuar con el trabajo de ayuda humanitaria, así como
invertir en la capacidad de recuperación en Somalia, Kenia y
Etiopía, UNICEF necesita para 2012 un total de 273 millones de
dólares. A 12 de julio, sólo se ha recibido el 33% de estos
fondos.