Los niños y las familias deben estar en el centro de las medidas contra la crisis global

Un documento de UNICEF destaca que las soluciones a la recesión deben surgir de un diálogo nacional que cada país debe promover

Debido al fuerte impacto que está provocando en los niños de todo el mundo tanto la crisis económica como las medidas de ajuste impulsadas por decenas de países, UNICEF insta a poner en marcha “una recuperación con rostro humano.»

La experiencia acumulada por UNICEF a lo largo de las tres
últimas décadas, mediante análisis de situación y propuestas
políticas para afrontar las sucesivas crisis económicas que han
afectado a países de América Latina, Asia y África, le permite
aportar un sólido conjunto de lecciones aprendidas, basadas en
evidencias contrastadas y en recomendaciones políticas viables.

El informe Por una recuperación con rostro
humano,
recomienda garantizar que las necesidades de los niños
ocupan el primer lugar a la hora de decidir la asignación de los
recursos disponibles; dar prioridad a los indicadores sociales que
evalúan el impacto de la crisis en las personas y familias; y
promover un amplio diálogo social y político a nivel nacional para
encontrar la “fórmula” adecuada para salir de la crisis de una
forma equitativa y sostenible.

El documento, realizado por el economista Tomás Jiménez y
basado en contribuciones de expertos de todo el mundo coordinadas
por UNICEF, destaca que las políticas de control presupuestario que
tienen en cuenta de forma explícita las necesidades en materia de
salud, nutrición, educación, empleo y vivienda dignos para los
grupos de población más vulnerables, serán más adecuadas para
proteger y promover el bienestar humano que aquellos planes que
ignoran o consideran de forma secundaria o residual estas
necesidades básicas. Esto significa que las políticas de ajuste y
austeridad no sólo tienen que considerar si consiguen sus
objetivos económicos sino también cómo los consiguen.

Tras analizar las tendencias de empleo y salarios, el
precio de los alimentos y las medidas puestas en marcha contra la
crisis en países de todo el mundo, UNICEF subraya que, una vez más,
los niños y las familias más vulnerables son los más afectados por
la crisis económica global.

Millones de niños y familias en todo el mundo cada vez
comen menos y peor. A principios de 2012, las familias de 55 países
analizados en el informe estaban pagando un 80% más por los
alimentos básicos en comparación con la situación anterior a la
crisis de 2007-2008. El desempleo y subempleo masivos también están
haciendo estragos y constituyen el rasgo común más significativo de
la crisis global, que afecta tanto a los países desarrollados como
en desarrollo. En 2012, 197 millones de personas, en una gran
proporción jóvenes, no tenían trabajo.

Muchas familias gastan cada vez menos en salud y se ven
obligadas a aumentar las jornadas de trabajo, abandonar o dejar
solos a los niños, e incluso a involucrarles en trabajos domésticos
o fuera del hogar, lo que disminuye la asistencia de los niños a
las escuelas.

También está creciendo el endeudamiento. Hay familias en
India que han llegado a pedir préstamos para poder comer o pagar la
electricidad y que han llegado a vender hasta los utensilios de
cocina. Estas tendencias se están observando sobre todo en las
zonas más desfavorecidas del planeta, aunque comienzan cada vez más
a darse también en las familias de las economías más ricas del
mundo, con distintos niveles de intensidad. En algunos hogares
europeos, el desayuno y la merienda ya han empezado a
desaparecer.

Todas estas señales evidencian que la capacidad de
resistencia de las familias frente a la crisis cada vez es menor,
lo cual hace que la inversión pública sea más necesaria que
nunca.

La protección de los niños y de sus familias es una
cuestión de principios, porque la inversión en la infancia más
vulnerable es un imperativo moral y un medio esencial para lograr
los objetivos de desarrollo acordados internacionalmente, entre
ellos los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Pero es
también -y no menos importante- una buena política económica,
porque la inversión en la infancia y los grupos de población más
desfavorecidos es necesaria para mejorar el capital humano e
incrementar la productividad, así como para ampliar los mercados
internos y generar un crecimiento económico inclusivo y
sostenible.

La crisis económica actual y sus consecuencias sociales
hacen necesario repensar las políticas y el actual modelo
socio-económico a escala global. Hay alternativas para promover una
recuperación económica socialmente responsable que no genere más
desigualdad, que dé respuesta a las amenazas más inmediatas, como
la inseguridad alimentaria y el desempleo juvenil, y que garantice
una protección adecuada de la infancia y  sus familias,
verdadero epicentro de los impactos de esta crisis global.

Para descargar el informe Por una recuperación
con rostro humano:

http://www.unicef.es/actualidad-documentacion/publicaciones/informe-por-una-recuperacion-con-rostro-humano

Resumen del informe:

http://www.unicef.es/actualidad-documentacion/publicaciones/por-una-recuperacion-con-rostro-humano

Más información:

Dailo Allí

Jefe de Prensa de UNICEF España

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E-mail: dailo.alli@unicef.es

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