Declaración de Anthony Lake, director ejecutivo de UNICEF, sobre la extrema violencia contra los niños en los conflictos

“Millones de niños en todo el mundo están atrapados hoy en día en las guerras de los adultos –asesinados, heridos, violados o secuestrados deliberadamente. Sus escuelas y hogares están siendo destruidos; se les niegan alimentos, agua y atención médica. Decenas de miles se ven obligados a unirse a las fuerzas y los grupos armados.

Hace diez años que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas
aprobó la resolución 1612 para proteger mejor a los niños afectados
por los conflictos. Hoy en día se hacen grandes esfuerzos para
proteger a los niños en los países en guerra. El año pasado, más de
10.000 niños fueron liberados de las fuerzas y grupos armados en
todo el mundo, y recibieron apoyo para regresar a sus
comunidades.

Pero la violencia que afecta a los niños en los conflictos ha
dado un giro más oscuro.

Informes procedentes del Iraq, Nigeria y Siria nos revelan que
los adultos están utilizando a los niños para cometer actos de una
violencia extrema –niños que a quienes han obligado a observar
ejecuciones y a participar en ellas, a quienes se les ha hecho
creer que la violencia es normal y cuyas mentes jóvenes e
impresionables han sido expuestas a una brutalidad sin sentido, con
total desprecio por la inviolabilidad de la niñez.

Todo niño o niña asesinado u obligado a matar en un conflicto, o
que haya sido testigo de la brutalidad de la guerra, es una
víctima. Una persona inocente que ha soportado el coste de un
conflicto que ella misma no ha provocado.

Debería indignarnos que tal sufrimiento continúe y que no se
haga más para poner fin a estos horrores y para exigir
responsabilidades a sus autores”.

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