Turquía: los niños refugiados sirios necesitan apoyo urgente
En una tranquila vivienda en las afueras de Antakya, en Turquía, un grupo de padres y madres, que se refugiaron en este país tras huir de la violencia en Siria, ha inaugurado una escuela provisional para sus hijos.
En los antiguos dormitorios y salas de la casa se escuchan ahora
las voces que repiten las lecciones de matemáticas, inglés, turco e
instrucción coránica, y el jardín se ha convertido en un animado
patio de recreo.
Para muchos de los niños que acuden a esta escuela, estas
actividades son el primer paso hacia la normalización de
sus vidas, alteradas por el conflicto que aún continúa en
su país. No obstante, los dibujos que adornan las paredes del salón
donde se dictan las clases de arte recuerdan el trágico coste que
ha tenido la violencia para los niños.
Sayed* cuenta su historia
Sayed, un alumno de 16 años, que huyó de Siria hace tres
semanas, cuenta su historia: participaba en unamanifestación de protesta con sus compañeros de
escuela,
cuando de pronto recibieron ráfagas de armas de
fuego.
«Uno de mis amigos fue alcanzado en el pecho», recuerda Sayed.
«Yo le preguntaba «¿Cómo estás? ¿Qué te pasa? Pero mi amigo no
podía hablar».
Dos amigos de la infancia de Sayed fueron heridos de
gravedad. El joven los llevó a un hospital estatal, donde
se les negó tratamiento. Finalmente, sus padres lograron que los
aceptaran en una de las muchas clínicas clandestinas que funcionan
en Siria. Sayed no volvió a ver a sus amigos. Unos días más tarde
murieron los dos.
Los niños refugiados en Turquía no solo sufren la pesada carga
del pasado sino también la ansiedad por lo que les pueda suceder a
sus familiares y amigos que quedaron en Siria. Un tío de Sayed, por
ejemplo, desapareció recientemente. Cuando se le preguntó
cómo se sentía por todo lo sucedido, Sayed rompió a llorar.
Se necesita ayuda con urgencia
Mustafa Shakir, el director de la escuela, dice que muchos
de los 196 niños y niñas que asisten al centro tienen problemas
para superar el trauma de la violencia y las pérdidas.
«Los problemas son muchos», dice, «pero el peor es el
estado psicológico en que se encuentran estos niños,
especialmente los que han visto sangre, personas muertas y
enfrentamientos. Esos niños no pueden concentrarse».
La escuela recibe fondos para la compra de libros, materiales,
etc., pero el director reitera que necesita más apoyo.
El gobierno de Turquía ha construido varios campamentos
semipermanentes a lo largo de su frontera conSiria para las personas que huyen y que no tienen
medios de subsistencia. Esos campamentos ya albergan a más
de 5.000 niños y niñas.
*Se ha cambiado el nombre para proteger su identidad.