El 25 de junio se cumplen cuatro años desde la entrada en vigor de la Ley de Eutanasia, aprobada meses antes por la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados. La norma que regula este derecho es muy garantista y permite su aplicación a las personas mayores de edad que lo soliciten cuando padezcan un sufrimiento intolerable provocado por una enfermedad en fase terminal o por una enfermedad irreversible con limitaciones en su autonomía física.
Sin embargo, este derecho, avalado incluso por sentencia del Tribunal Constitucional, avanza lentamente. Cada vez son más las eutanasias que se practican en España bajo el amparo de esta ley, aunque aún son muchas más las solicitudes que se formulan e incluso se rechazan desde la administración.
“Llevamos cuatro años de ley y todavía está en rodaje, tiene que aplicarse mejor”, comenta a ‘Rivas al Día’ el doctor Fernando Marín, presidente de Derecho a Morir Dignamente (DMD) en Madrid, que advierte de la falta de formación en “muchos profesionales de la medicina y de la enfermería” a la hora de aplicar un derecho que es “individual e intransferible”.
Existe falta de formación y también de información entre la ciudadanía, que a veces exhibe demasiado temor a acercarse a la muerte, al considerarla un tema tabú. Para aclarar las cuestiones que puedan surgir y para difundir la cultura de la muerte digna nació en Rivas el grupo local de DMD, que se ha unido a los que ya existen en Getafe y en Tres Cantos y al conformado por docentes y profesores en activo o jubilados que buscan romper con el tabú sobre la muerte entre los institutos de Secundaria de la región.
“En el Ayuntamiento de Rivas hay bastante sensibilidad con este tema, Rivas es diferente a otros sitios”, comenta Paco Osorio, uno de los impulsores del grupo principal, en el que se integran también Rosa Martínez, Isabel Fernández, Antonio del Río y Jesús Perdices. Sus orígenes se remontan a 2017 y, con pandemia de por medio, no han dejado de trabajar.
El grupo ripense de DMD es el único que tiene suscrito un convenio de colaboración con su ayuntamiento de referencia. “Creemos que es fundamental que, desde la administración, colaboremos en la difusión de un derecho que ha sido reivindicado por una amplia mayoría de la sociedad española”, comenta Marisa Pérez, concejala de Servicios Sociales.
El convenio, suscrito en 2024, se ha renovado este año. Entre otras cosas, permite a DMD ofrecer una asesoría personalizada y gratuita durante las tardes de los lunes en la Casa de Asociaciones (citas en dmdrivas@derechoamorir.org). Durante el año pasado, fueron 30 las personas atendidas en estas asesorías personalizadas; en lo que va de 2025, ya son 18 las que se han acercado a resolver sus dudas, sobre todo sobre el testamento vital.
“A veces no saben ni cómo es el documento, ni qué tienen que hacer ni dónde entregarlo, hay bastante desconocimiento”, comenta Isabel Fernández, incidiendo en lo importantes que han sido las charlas celebradas con las asociaciones o el personal empleado del ayuntamiento, en los centros de mayores o las actividades como el cine social, vinculado a la muerte digna en su caso.
En todo caso, no existe un perfil de persona interesada en resolver sus dudas sobre el testamento vital o la ley de eutanasia.
“Una vez vino alguien relativamente joven, de 45 años, que trabajaba en una residencia y que estaba viendo cómo sufría todo el mundo allí”, apunta Rosa Martínez, añadiendo que por lo general son personas de 60 años. Lo corrobora Fernández: “Existe el hecho de gente que ha pasado la muerte de sus padres, en una época en la que no había eutanasia ni ninguna otra herramienta, solo quedaba aguantar la enfermedad; lo que no queremos es que esta situación la pasen nuestros hijos”.
En todo caso, la muerte no solo está cercana cuando se han cumplido ya determinadas décadas, sino que “puede ser de alguien joven, con un caso de ELA o de otras enfermedades inhabilitantes que cumplen con la Ley de Eutanasia”, señala Osorio. De ahí la importancia de dejar hecho el testamento vital, porque “respalda tu forma de pensar” y porque en caso de no tener consciencia, es imposible la aplicación de la ley si el paciente no lo ha dejado antes por escrito, indica en este caso el doctor Marín.
EL DERECHO A MORIR BIEN
“Cuando hablamos de eutanasia, hablamos de muchas cosas, hablamos de que morir bien sea un derecho, un valor social, de que cada persona pueda configurar su final según su forma de pensar, de sus propios valores y de sus creencias”, comenta el doctor y presidente de DMD Madrid, defendiendo la importancia de que en España se cuente ya con una Ley de Eutanasia: “No tiene sentido que exista un derecho y que haya que ejercerlo en la clandestinidad y de mala manera”. Quienes se coordinan en el grupo local de DMD recuerdan el caso de María José Carrasco, que llevaba 30 años con una esclerosis múltiple y a quien su marido, Ángel Hernández, ayudó a morir. Fue en 2019 y “eso movilizó muchas conciencias”, concluyen.