Campos rohinyá en Bangladesh: lanzamos una gran campaña de “prueba y tratamiento” de la hepatitis C
Para hacer frente a los preocupantemente altos niveles de hepatitis C en los campos de refugiados rohinyá de Cox’s Bazar, en Bangladesh, 30.000 personas recibirán atención hasta finales de 2026 gracias a la importante ampliación de nuestros programas de tratamiento.
23/05/2025

© Tania Sultana/MSF
Esta iniciativa mejora el acceso a la atención de la hepatitis C para un grupo de apátridas especialmente expuestos a esta enfermedad curable, pero potencialmente mortal. MSF estamos estableciendo tres centros especializados en el tratamiento de la hepatitis C dentro de los centros de salud existentes en los campos, como parte de una campaña de “prueba y tratamiento” que cubre a un tercio estimado de todas las personas que viven con hepatitis C en los campos.
Entre octubre de 2020 y diciembre de 2024, nuestros equipos habían tratado a más de 10.000 personas con hepatitis C en nuestras clínicas de los campos de Jamtoli y Hospital on the Hill. Sin embargo, un estudio realizado por MSF durante 2023 y publicado el mes pasado en The Lancet Gastroenterology & Hepatology da a conocer que casi uno de cada cinco adultos (un estimado de 86,000 personas) viven con infección crónica activa, lo que destaca la necesidad urgente de una respuesta más sólida.
“El acceso a la atención de la hepatitis C en los campos, donde viven más de un millón de personas refugiadas desde hace ocho años, es extremadamente limitado”, explica el Dr. Wasim Firuz, coordinador médico adjunto de MSF. «El tratamiento de la hepatitis C no forma parte del paquete de atención sanitaria que ofrecen los desbordados centros de salud. Tampoco se permite a las personas salir libremente de los campos para acceder a la atención sanitaria, y aunque pudieran, es poco probable que pudieran permitirse el coste del tratamiento».
Las duras condiciones de vida en los campos, el hacinamiento, la falta de acceso a la atención sanitaria o su escasa prestación, y la falta de estatuto jurídico, que restringe gravemente sus derechos básicos, han hecho que los refugiados y refugiadas rohinyá sean más vulnerables a las infecciones -incluida la hepatitis C- en Myanmar y Bangladesh. Nuestra encuesta reveló que la exposición durante décadas a prácticas médicas inseguras, como las inyecciones terapéuticas, podría ser la principal causa de la transmisión de esta enfermedad de transmisión sanguínea dentro de los campamentos.
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Una enfermera de MSF recoge muestras para realizar pruebas de carga viral como parte de una campaña a gran escala de «prueba y tratamiento». Otro miembro del equipo ofrece una charla reconfortante, aliviando el miedo de un paciente a las agujas, y asegurando así que todos puedan acceder a este diagnóstico que salva vidas.© Tania Sultana/MSF
En nuestro programa ampliado de respuesta, los equipos realizan sistemáticamente pruebas de detección en la comunidad para identificar de forma proactiva a las personas con hepatitis C, una enfermedad que no presenta signos ni síntomas en su primera fase. Las pruebas rápidas van seguidas de una confirmación de laboratorio en los nuevos centros de tratamiento de Balukhali, Jamtoli y el Hospital on the Hill. También estamos llevando a cabo una campaña integral de concienciación sanitaria, que incluye el suministro de medicamentos para el tratamiento de la hepatitis C y la difusión de mensajes de prevención y asesoramiento sobre la adherencia al tratamiento entre los adultos.
“Ante la falta de otras alternativas de atención a la hepatitis C para decenas de miles de personas en los campamentos, estamos llevando a cabo este aumento sustancial de nuestra capacidad de tratamiento”, dice el Dr. Firuz. «Nuestro objetivo es llegar a 30.000 personas con atención curativa para finales de 2026. Esta ampliación representa un paso vital para prevenir la propagación de la hepatitis C, especialmente entre las personas más jóvenes».
Abordar esta epidemia generalizada de hepatitis C presenta, no obstante, retos considerables dentro de la limitada capacidad de la respuesta sanitaria global en los campos. MSF llevaremos a cabo investigaciones para analizar dichos retos y aportar soluciones como parte de nuestra respuesta.
“Aunque estamos intensificando nuestros esfuerzos y trabajando en coordinación con otras organizaciones, las limitaciones de la respuesta sanitaria, como la falta de personal, equipos y recursos entre los socios, suponen un obstáculo importante”, afirma el Dr. Firuz. «Nuestra campaña es temporal y no erradicará la hepatitis C en los campamentos. La atención a la hepatitis C debe continuar durante y después del final de esta campaña. Volvemos a hacer un llamamiento a otros socios sanitarios y a la comunidad internacional para que den prioridad a la creación de una estrategia integral, con el fin de reducir el devastador impacto de esta enfermedad en esta comunidad».
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