La administración del presidente estadounidense Donald Trump instó a Serbia y a otros países de los Balcanes para que aceptaran migrantes deportados desde Estados Unidos, según informó Bloomberg el jueves, citando fuentes cercanas al asunto.
Esta iniciativa se enmarca dentro de una estrategia más amplia del gobierno de Trump para encontrar países dispuestos a recibir a los inmigrantes que serían expulsados tras cambios en las políticas migratorias estadounidenses.
El reporte señala que funcionarios estadounidenses han entablado conversaciones con gobiernos de la región balcánica para explorar la posibilidad de que estas naciones se conviertan en destinos para los migrantes deportados, en particular aquellos provenientes de países como Venezuela, Cuba, Haití y Nicaragua.

Estas gestiones se habrían intensificado después de que la Corte Suprema de Estados Unidos permitiera al gobierno de Trump revocar el Estatus de Protección Temporal (TPS) a cientos de miles de personas provenientes de esos países.
La medida del tribunal supremo representó una gran victoria significativa para la administración Trump en su objetivo de restringir la inmigración ilegal, uno de los pilares de su agenda política.
El fallo judicial eliminó una importante barrera que impedía la deportación de ciertos grupos migratorios, por lo que el gobierno intensificó sus esfuerzos para asegurar acuerdos internacionales que faciliten su repatriación.
Ni la Casa Blanca, ni el Departamento de Estado de Estados Unidos, ni el Ministerio de Asuntos Exteriores de Serbia respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios por parte de la agencia Reuters.

Esto deja en incertidumbre el grado de avance de las conversaciones y si algún país balcánico ya ha aceptado oficialmente recibir a los migrantes deportados desde Estados Unidos.
Este esfuerzo por parte del gobierno de Trump ilustra cómo la actual política migratoria estadounidense busca solucionar un problema heredado de la administración demócrata de Biden, buscando que terceros países colaboren con la recepción de estos migrantes indocumentados, los cuales muchos pertenecen a mencionados territorios.
Uno de los ejemplos recientes fue el acuerdo que firmó el actual gobierno estadounidense con su contraparte de El Salvador, donde el gobierno de Bukele se comprometió a tomar migrantes deportados.
Aunque el futuro de esta estrategia aún no se ha materializado, sus implicaciones diplomáticas y comerciales podrían ser significativas para la región balcánica debido a que un ambiente de colaboración podría significar una gran mejora en las relaciones con los Estados Unidos en estos planos.
