ENTREVISTA A IMANOL ARIAS, EMBAJADOR DE BUENA VOLUNTAD DE UNICEF

El popular actor Imanol Arias, además Embajador de Buena Voluntad de UNICEF-Comité Español, se acercó al bus de UNICEF en Habbohotel para dialogar con todos los niños y niñas que quisieron participar en el «chat» programado como una de las actividades de la Semana de la Infancia

“Los niños que aún no
tienen la oportunidad de disfrutar plenamente de todos sus
derechos, seguramente no lo sepan; y si lo saben, tienen que
actuar”

1. ¿Qué aspectos te
preocupan más sobre la situación de la Infancia?
La
explotación, los desplazamientos, las enfermedades pandémicas
fáciles de erradicar, los niños que están en zonas de riesgo o de
conflicto. Pero también me preocupan los niños ricos: su educación
está encaminada a un mundo selectivo, competitivo, que no
desarrolla suficientes elementos solidarios.

2.
¿Cuáles crees que son las deudas que tenemos los adultos con los
niños y las niñas en todo el mundo?
Hay una deuda
fundamental que tiene que ver con el futuro. Una deuda de
compromiso; lo mismo que hay un amor hacia los hijos, tiene que
haber un amor hacia la Infancia como algo que nos va a mejorar.

3. ¿Cómo
ves este nuevo “consumo de solidaridad” que no siempre va
acompañado de una verdadera sensibilización o concienciación de la
gente?
Es el mercadeo de los productos, de las ideas, de
los sentimientos. Pareciera que si no se vende algo, no se puede
ayudar. Yo creo mucho en los movimientos sociales, en la vibración
de muchos seres humanos frente a un propósito o una idea. Confío
más que en los gobiernos, en las entidades paragubernamentales y en
las personas, en la educación que dan en sus casas.

Creo que tenemos
una cosa a favor y es que la realidad es tan impactante que es muy
difícil ocultarla. Por lo tanto, cualquier llamada de atención,
cualquier luz que se echa sobre la oscuridad, la fotografía es
clara, nítida, concisa, no hay duda, eso hay que aprovecharlo.

4. En tu ámbito de trabajo
y personal ¿Crees que los derechos de la Infancia ocupan el lugar
que les corresponde?
Yo trabajo con niños y estamos muy
preocupados porque trabajen en buenas condiciones, mejoren su
educación, mejoren su nivel de vida, tengan atención, no tengan
explotación en los horarios. En cuanto a mi vida privada y
personal, yo no he permitido jamás que mis hijos sean fotografiados
en publicaciones, ni siquiera en actos oficiales que me pudieran
acompañar; es decir, mi familia pertenece al ámbito humano y no al
ámbito de la promoción ni del mercadeo, ni del negocio. Tengo un
hijo de 17 años y una de las cosas que más valora es que va por la
calle Hortaleza, como cualquier chico de 17 años y nadie sabe que
es mi hijo, es uno más.

5. ¿Qué opinas de la
posibilidad de regular la telebasura?

La televisión se ha convertido en
un elemento de ocio fácil, chavacano, no en su potencialidad sino
lo que es ahora.

Es uno de los elementos que más
pánico genera sin que nos demos cuenta. Primero porque genera un
“aburrimiento divertido constante”, y además, genera una
dependencia y manipulación.

El criterio de la rentabilidad está
por encima de la calidad en la programación, incluso en los
programas infantiles.

La televisión es un elemento muy
devastado. Yo creo que está llamada a desaparecer y convertirse en
pequeñas ventanas específicas donde tú podrás ver lo que
quieres.

6. ¿Qué mensaje dejarías a
los socios de UNICEF?

Siempre he pensado que cuando hay
organizaciones de este tipo, dado lo mastodónticas que son, son
inamovibles. Pero la experiencia que tengo en UNICEF es que se
transforma, que es un elemento válido. A los miembros de UNICEF
decirles que esa tranquilidad de saber que están en un sitio para
hacer cosas, es algo muy encomiable.

     

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