ACOSTUMBRADOS A LA FALTA DE ALIMENTOS

El hambre en Níger es una realidad cotidiana. Entre el 40 y el 50% de los niños y niñas sufren malnutrición y el 14% están severamente malnutridos. Aunque, tras recibir tratamiento, la mayoría se recuperan, la tasa de mortlidad sigue siendo angustiosamente alta

Paradójicamente la situación es
peor en el sur, la zona más fértil del país. Los cultivos son
dedicados principalmente a la exportación y los
niños y niñas no se benefician de ellos. En Maradi, por ejemplo,
uno de cada dos niños presenta bajo peso. Según Marianne Geuns,
responsable del programa de nutrición de UNICEF en Níger, la
situación en algunas zonas «es comparable a la de Somalia y
Etiopía».

Aunque la situación alimentaria
empeoró por las sequías sufridas en el último año y por la plaga de
langosta que asoló las cosechas, en Níger hay hambre incluso en
épocas de prosperidad. La razón es la llamada «crisis de
acceso a los alimentos
«, provocada por la
desregularización del comercio interno. Esta crisis ha sido
producida por las presiones financieras internacionales sobre el
precio del cereal. Las familias son incapaces de soportar las
fluctuaciones del precio del grano, dictadas por los movimientos
económicos globales.

Las fuerzas del mercado no son, por
supuesto, la única resistencia en la capacidad de Níger para
alimentar a sus niños en esta estación difícil. Los factores
sociales también juegan su papel y pueden ser aún más complicados
de tratar. Entre ellos, la situación de la mujer juega un papel
importante.

Acostumbrarse a la malnutrición

En las comunidades rurales se
considera a menudo que la malnutrición es una parte normal de la
vida cotidiana. Esta percepción puede agravar el problema.

Un ejemplo son las actitudes
tradicionales hacia la lactancia, que pueden ser nocivas para los
bebés. Por ejemplo, se considera que elcalostro (la primera leche que se produce
tras el parto) es mala para los recién nacidos. Se recomienda a las
madres que la tiren y que no den el pecho hasta pasadas 48 horas.
Pero esta costumbre priva a los recién nacidos de la protección de
anticuerpos y nutrientes vitales, ya que el calostro es
especialmente rico en ellos.

La realidad de la malnutrición

La malnutrición moderada es
peligrosa, porque causa retrasos en el crecimiento y el aprendizaje
y porque aumenta la vulnerabilidad a las enfermedades. La
malnutrición moderada no siempre es evidente a simple vista, por lo
que es necesario hacer mediciones regulares.

La malnutrición severa lleva a
enfermedades como el marasmo o elkwashiorkor. Los niños y niñas gravemente
malnutridos se vuelven más vulnerables a las infecciones. Por su
parte, las infecciones acentúan la desnutrición. De no tratarse,
tanto el marasmo como el kwashiorkor pueden causar la muerte de un
niño por desnutrición severa o por las infecciones adquiridas.

Además de la falta de alimentos,
muchos niños y niñas sufren graves problemas por culpa de la falta
de alimentos adecuados. Sin suficientes vitaminas y minerales
pueden desarrollar enfermedades que no son mortales, pero que
pueden limitar sus posibilidades en la vida. Algunas de ellas son
la anemia (por falta de hierro), el bocio y el cretinismo (por
falta de yodo), la ceguera y la inmunodeficiencia (por falta de
vitamina A), la pelagra (por falta de niacina) o el beri-beri (por
carencia de tiamina).

 

Deja un comentario