Día Mundial del Paludismo 2008

El paludismo no conoce fronteras y amenaza cada día las vidas de miles de niños y niñas en 107 países del mundo donde es endémico. Las cerca de 3000 muertes infantiles diarias causadas por el paludismo o malaria son evitables gracias a las mosquiteras, que son un recurso sencillo y de bajo coste para prevenirlo. Además es necesario fortalecer las redes y los sistemas de salud comunitarios, para rescatar a más niños y mujeres de esta devastadora enfermedad

El paludismo acaba con la vida de un niño cada 30
segundos
. Esta enfermedad es prevenible y tratable, pero
aún así hasta 500 millones de personas ven cada año cómo el
paludismo  les roba la salud, el trabajo y en demasiadas
ocasiones, la vida.

El paludismo es endémico en 107 países y, aunque se limita a las
regiones de clima cálido, no tiene fronteras. Algunos
investigadores creen que la situación mundial podría empeorar como
consecuencia de factores como el cambio climático o a que las
medicinas y los insecticidas pierden eficacia con el tiempo. Aunque
el paludismo es, junto al SIDA, el mayor problema de salud pública
al que se enfrenta el mundo, no ha sido hasta hace poco cuando se
ha alcanzado una conciencia global acerca de la enfermedad.

Una amenaza a la supervivencia, a la educación y al
desarrollo

Las embarazadas y sus futuros bebés son especialmente
vulnerables al paludismo. Durante el embarazo baja la resistencia a
la enfermedad, lo que aumenta los casos más graves de anemia y la
mortalidad. Además, el paludismo incrementa el riesgo de aborto, de
muerte intrauterina, de parto prematuro y de bajo peso al nacer.
Anualmente se producen hasta 200.000 muertes neonatales a
consecuencia del paludismo en el embarazo.

El paludismo aleja a los niños y niñas de las escuelas,
perjudicando sus perspectivas de educarse y de lograr un empleo
cualificado en el futuro. Se estima que en Camerún 53 de cada 144
niños (cerca del 37%) pierden días de clase. Algunos pueden perder
hasta 14 días en un mes. Por término medio, cada estudiante pierde
1,53 días al mes. Además, según estudios en Sri Lanka, el paludismo
afecta negativamente al rendimiento escolar: los escolares no sólo
pierden su salud, sino también capacidad de aprendizaje.

En países comoNigeria, el paludismo es la principal causa única
de mortalidad, pero además del coste vital, el paludismo tiene un
coste económico. En gran parte del mundo, el paludismo provoca
pobreza en familias, comunidades y países. Los costes del control
de la epidemia y de los tratamientos arrasan las economías
africanas, ralentizando el crecimiento económico en un 1,3% cada
año, aproximadamente. Prevenir el paludismo es un elemento
fundamental de la reducción de la pobreza y de desarrollo
económico.

Los tratamientos contra el
paludismo suponen un gran gasto en las economías domésticas de los
países afectados. Los ingresos domésticos empleados en combatir las
fiebres restan recursos para la adquisición de material escolar,
combustible o incluso alimentos, con lo que las familias entran en
una espiral de enfermedad y pobreza. Por ejemplo, la suma de los
costes que el paludismo provoca en los hogares de Kenia alcanzó los
96 millones de dólares en 2002, el equivalente al 1% del
Producto Interior Bruto
del país ese año.

Redes que salvan vidas

UNICEF es el principal comprador y distribuidor demosquiteras del mundo. Gracias a las mosquiteras
impregnadas con insecticida de larga duración las familias pueden
protegerse cada noche de las picaduras de los mosquitos que
transmiten la enfermedad.

Las mosquiteras son baratas, eficaces y sencillas de usar. En
los países afectados por el paludismo, UNICEF y sus aliados
desarrollan programas de distribución y sensibilización comunitaria
acerca de las mosquiteras. Estos programas abarcan actividades
adaptadas a las comunidades que incluyen desde información sobre la
enfermedad a días especiales en los que toda la comunidad impregna
sus mosquiteras con insecticida.

La labor de UNICEF y sus aliados se extiende también a la
distribución de tratamientos antipalúdicos basados en laartemisina, principalmente a los países de África
subsahariana, donde la resistencia de la enfermedad a los
tratamientos antipalúdicos tradicionales es mayor.

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