Llega ayuda para los desplazados de la República Democrática del Congo, donde la crisis humanitaria es cada vez más grave

UNICEF ha sido uno de los primeros organismos internacionales en salir de la ciudad de Goma y distribuir suministros y prestar ayuda en Kivu Septentrional. Entre las actividades de UNICEF figura la prestación de ayuda a las familias desplazadas que no contaban con alimentos desde hacía dos semanas

Tras varios días de incertidumbre, parte de lapoblación desplazada en la provincia de Kivu
Septentrional, en la región oriental de la República Democrática
del Congo, ha comenzado a recibir ayuda
humanitaria
gradualmente. Sin embargo, hay cientos de
miles de damnificados que aún esperan esa
ayuda.

En los últimos dos meses, más de 250.000 personas se han visto
obligadas a huir de los enfrentamientos armados
entre el ejército del Congo y los grupos rebeldes.
Casi 100.000 personas han abandonado sus hogares en los últimos
cuatro días. Gracia a un frágil cese de lashostilidades, ha sido posible despachar un
contingente de camiones cargados de suministros para por lo menos
un campamento de refugiados. Las agrupaciones humanitarias están
llevando a cabo las evaluaciones rápidas necesarias para poner en
marcha una operación masiva de ayuda a los afectados.

UNICEF y sus aliados pudieron suministrar agua
potable, suficientes suministros médicos para una semana y unas
15.000 galletas de alto contenido energético a los niños de un
campamento en el que se han refugiado unas 50.000 personas. Según
Jaya Murthy, Especialista en Comunicación de la Oficina de UNICEF
en Goma, la distribución de alimentos entre los desplazados estuvo
a punto de provocar un motín, ya que muchos de los refugiados no
comían desde hacía varios días.

Una situación desesperada

«Cuando llevamos a cabo la distribución de alimentos, la
situación era desesperada», indica el Sr. Murthy. «La gente que
llegaba se arremolinaba frente a nuestros puestos y se abalanzaban
para obtener la ayuda. ¡Y lo que estábamos entregando eran
galletas! Eso demuestra el grado de desesperación reinante».

«Eso fue hace una semana», agrega. «Nos consta que muchos de los
refugiados no han comido nada desde entonces, de manera que deben
estar desfalleciendo de hambre».

Una de las personas desplazadas, Rumanyo Aganie, que ha huído
ante el avance de las fuerzas rebeldes, mostró un certificado
médico que indica que su hija de 16 años fue violada mientras
buscaba alimentos en los alrededores del campamento en que se
encuentra la familia. «Si hubiera tenido suficiente comida», dice
el Sr. Aganie, «no la habrían violado».

«Los pobladores de Kivu Septentrional son en su mayoría
agricultores», comenta el Sr. Murthy. «Debido a que están
desplazados, no pueden cultivar sus tierras y carecen de todo medio
de subsistencia. No tienen ni comida para alimentar a sus familias
ni dinero para comprar alimentos».

Una historia de abuso y violencia

Cuando se combate cerca de una aldea, la población debe huir en
diversas direcciones, lo que deja a los niños y niñas a la merced
de distintas amenazas.

«En la República Democrática del Congo tenemos, lamentablemente,
una historia de abuso, explotación y violencia en
gran escala, además del problema del reclutamiento de niños por
parte de los grupos armados», explica el Sr. Murthy. «Nuestras
posibilidades de acceso a muchas zonas de Kivu Septentrional han
sido limitadas. Hemos recibido informes sobre niños y niñas que han
quedado separados de sus familias. Nos preocupa profundamente el
bienestar de esos menores».

Se calcula que desde 1996, cuando se desató elconflicto en el Congo, la violencia ha causado la
muerte de cinco millones de habitantes, en la mayoría de los casos
debido a enfermedades prevenibles y al hambre. La delegación de
UNICEF en la República Democrática del Congo es una de las más
numerosas del mundo.

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