Todos somos Malala
Por Ildefonso González, Responsable de Publicaciones y Fotografía de UNICEF España
La mayoría de nosotros hemos vivido una infancia sin miedo, sin ese miedo con mayúsculas que nos priva de libertad. Teníamos miedo, generalmente infundado, al hombre del saco, a hablar con extraños, a que nos dieran caramelos envenenados a la puerta del colegio…
Malala Yousafzai, una adolescente paquistaní de 15 años, convivía a diario con un miedo mucho mayor y más real.
“Mientras iba a la escuela escuché a un hombre decir: te voy
a matar”. Malala estaba amenazada de muerte por
terroristas por denunciar en un blog las atrocidades que cometían en su región, el
valle del Swat (norte de Pakistán), como prohibir la
educación de las niñas, y atacar y destruir
numerosas escuelas.
Acudía a diario al colegio, satisfaciendo underecho que para consentidos como yo era una
obligación, pero del que se ven privados unos 61 millones
de niños (más de la mitad niñas) en el
mundo en desarrollo.
subsahariana y el sur de Asia, sobre todo en países que
sufren conflictos armados como Pakistán. Laeducación aporta a las niñas mayor
capacidad para adoptar un papel más activo en la toma de
decisiones, para defenderse del VIH/SIDA y del matrimonio
infantil, para alimentar y proporcionar una enseñanza mejor a sus
hijos… Negársela es negar los derechos fundamentales y la igualdad
entre los géneros, es negar el desarrollo de los individuos
y de las sociedades.
firme, y sus convicciones, tan obvias para la mayoría pero tan
dolorosas para una minoría radical, se escuchaba en conferencias,
en platós de televisión, allí donde se la reclamase. El año pasado
había recibido el Premio Nacional de la Paz en su
país.
dos compañeras fueron tiroteadas el 8 de octubre por
terroristas talibán, poco antes de que se celebrase por primera vez
el Día Internacional de la Niña. Me parece que
todos los niños, y todos nosotros, que lo fuimos o
que aún lo somos, recibimos también un disparo ese
día.
se unan a nuestro trabajo diario de respetar y hacer
respetar los derechos de todos los niños, incluyendo el
acceso a la educación en un ambiente seguro y
protector.
al mercado, a que se escuche mi voz”, decía Malala. Y así
será, porque Malala se recupera del balazo en la
cabeza en un hospital. Ya puede levantarse y los médicos
confían en que volverá a hablar cuando dentro de unas semanas le
retiren el tubo con el que ahora respira artificialmente. Sus dos
compañeras, también heridas, están fuera de peligro.