En los últimos treinta años, el número de mariposas —especies polinizadoras y bioindicadoras— se han reducido drásticamente tanto en Cataluña como en toda la región mediterránea, debido al cambio climático, la desaparición de prados, la agricultura intensiva, la urbanización y el uso masivo de pesticidas, sino también menores. generalistas, lo que indica una pérdida global de biodiversidad. En este contexto, y para tener una fotografía actual de la población de mariposas, del 15 al 30 de junio se llevará a cabo en Cataluña y en las Islas Baleares un gran conteo de estos insectos, en el marco del proyecto de ciencia ciudadana “Jardins de Papallones”, del grupo de investigación BiBio del Museo de Ciencias Naturales de Granollers (MCNG), con el que colabora el Centro Tecnológico BETA de la Universidad de Vic – Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC).
Este gran conteo de mariposas será el segundo que se hará en el 2025, después de lo que ya organizó el grupo BiBio esta primavera. se inspiran en la Big Butterfly Count, una iniciativa que empezó en el Reino Unido en 2010 y que tiene por objetivo involucrar a los ciudadanos para contar mariposas y evaluar el número de individuos en cada región a lo largo del tiempo. 64.000 científicos ciudadanos, que enviaron 96.257 registros de mariposas y polillas diurnas de todo el Reino Unido.
En Cataluña, al igual que en el resto de Europa, este tipo de grandes contajes se realizan mediante observaciones de 15 minutos, en las que se cuantifican todas las mariposas vistas y sus interacciones con las plantas. Esta actividad se lleva a cabo en los jardines de mariposas, es decir, en espacios verdes (pequeños balcones, terrazas, parques urbanos, jardines particulares o de escuelas, y huertos comunitarios) de zonas urbanas y periurbanas registradas en la web del proyecto «Jardines de Papallones». Con este recuento se obtienen datos comparables sobre la presencia de mariposas, que posteriormente se registran en la plataforma del proyecto y son revisadas por sus coordinadores.
La implicación de la sociedad en este conteo no sólo beneficia al conocimiento sobre estas especies sino que también ayuda a entender la importancia que tienen en el ecosistema. Este tipo de actividades permiten tener una fotografía real del estado de las mariposas y observar cómo varía su abundancia y riqueza a lo largo del tiempo.
Un proyecto para crear hábitats favorables
El proyecto «Jardines de Mariposas», del grupo BiBio del MCNG, tiene por objetivo revertir el declive de las mariposas y otros polinizadores en entornos urbanos y rurales de Cataluña y las Islas Baleares, a través de la creación de hábitats favorables para las mariposas, los llamados jardines de mariposas. reproducirse y hábitats adecuados para vivir.
Para elaborar un jardín propio de mariposas hay que tener en cuenta que las mariposas necesitan plantas específicas para completar su ciclo vital: las adultas se alimentan del néctar de flores (plantas nectaríferas) y las orugas dependen de plantas nutricias concretas para crecer. preferiblemente con variedades autóctonas que florezcan a lo largo del año. Algunas de las plantas nectaríferas más adecuadas son la lavanda, el orégano y la menta, y entre las plantas nutricias más favorables para especies como la mariposa reina o la blanca de la col se encuentra el hinojo y la ruda.
Aparte del programa de seguimiento de mariposas y polinizadores, y de la promoción de los jardines de mariposas, el proyecto busca implicar a la sociedad en la ciencia y la conservación de la naturaleza, promoviendo prácticas que favorezcan la biodiversidad y acercando la observación de la fauna a la vida cotidiana a lo largo del año, además de en el marco mariposas, conocer sus características y curiosidades, y adquirir conocimientos sobre cómo utilizar el cazamariposas y llevar a cabo los muestreos.
Bioindicadores del ecosistema
«El proyecto «Jardines de Mariposas» empezó hace poco más de un año y ha tenido muy buena acogida, tanto en las escuelas como entre los voluntarios. Crear hábitats para las mariposas es fácil: basta con repensar cómo percibimos el entorno y la función que damos a los jardines. Con los grandes contajes queremos llegar a más gente y animarla a observar estos fascinantes insectos», comenta Clàudia Pla-Narbona, bióloga del grupo BiBio y coordinadora del proyecto.
«Las mariposas son bioindicadoras del estado de salud del ecosistema porque el hecho de que tengan ciclos de vida cortos y una alta sensibilidad a los cambios climáticos y de hábitat las hace responder rápidamente a estos cambios. Además, son fáciles de identificar y es por ello que podemos hacer un seguimiento con voluntarios y voluntarias y estudiar las tendencias a lo largo de los años», añade Pla-Narbona.
Según datos del Catalan Butterfly Monitoring Scheme (CBMS), coordinado por el Museo de Ciencias Naturales de Granollers, un 70% de las especies de mariposas han disminuido en número durante las últimas décadas. Además, los datos del proyecto de seguimiento de mariposas de larga duración de 2024 constataron la desaparición local de 210 poblaciones de mariposas. Este hecho se debe a la sequía prolongada de los años 2021-2024.