La escritora e investigadora posdoctorante de El Colegio de San Luis, Lilia Ávalos, profundiza en el integrante mundo de las leyendas de San Luis Potosí y su valor cultural. Desde figuras enigmáticas como “La Dama Enlutada” hasta relatos aterradores de tesoros ocultos. Ávalos resalta que el inventario de leyendas de la región es tan vasto que sería imposible catalogarlas todas, ya que “las leyendas surgen de una necesidad humana esencial: entender y pertenecer a su entorno”.
Esta relación íntima con el lugar permite que ciertos relatos perduren y se enriquezcan a través de medios como publicaciones, recorridos turísticos y plataformas digitales, consolidando su popularidad y relevancia histórica.
Para la investigadora Lilia Ávalos, las leyendas no solo son relatos que se transmiten de generación en generación, sino un elemento fundamental en la construcción de una “educación sentimental” que moldea la identidad, tanto a nivel personal como colectivo. Explica que estos relatos, junto con canciones, refranes y cuentos, forman parte de una tradición oral invaluable que ofrece a cada comunidad un modo de pensar y sentir en común. Esta identidad cultural se extiende en diversos ámbitos: en las familias, en las escuelas y hasta en los entornos laborales. “¿Quién no ha escuchado en la primaria que su escuela antes fue un cementerio?”, menciona Ávalos, poniendo en evidencia cómo estas historias cruzan generaciones y forman parte de la vida cotidiana de los potosinos
Dentro de este universo de leyendas, destaca la figura de la “Loca Zulley”, un personaje trágico y emblemático de la tradición oral. Zulley es recordada como un alma en pena, una mujer cuyo ánima es parte del paisaje de San Luis Potosí. “La Loca Zulley representa a la mujer en pena, un recurso recurrente en la literatura oral que aparece en múltiples culturas, desde La Llorona en América Latina hasta la Banshee en Irlanda”, aclara la investigadora.
Según la leyenda, Zulley era una novia a la espera de su prometido, quien jamás llegó a la ceremonia. Su angustia fue tal que, en su vestido de novia, comenzó a vagar por las calles, presa de su dolor que la llevó a la locura y, posteriormente, a su fallecimiento. Desde entonces, su alma se dice que sigue rodeando la calle Zamarripa, aún en busca de su amor perdido.
Ávalos también subraya cómo leyendas como está encuentran eco en plataformas digitales. De hecho, menciona que si se busca “casa de la loca Zulley” en Google Maps, aparece una ubicación en la calle Zamarripa, lo cual añade otro nivel de credibilidad y conexión a la leyenda. Para ella, este fenómeno demuestra la poderosa y continua influencia de las leyendas en la sociedad actual.
La Dra. Lilia Ávalos invita a mantener vivas estas historias que han dado forma a la cultura potosina, uniendo generaciones en el hilo invisible de la narrativa oral.