El Museo de Málaga acoge una exposición de mantones de Manila de la colección Perraut

El Museo de Málaga, dependiente de la Consejería de Cultura y Deporte, acoge desde hoy y hasta el próximo 20 de julio una exposición dedicada a los mantones de Manila, pertenecientes a la colección Perraut y que se completa con mobiliario histórico y obras pictóricas de los fondos de la pinacoteca.

La exposición aúna obras singulares y mobiliario histórico del centro malagueño con una selección de 41 mantones y otros enseres de la colección de la Familia Perraut, cedida para esta muestra por Encarnación Perraut y su hijo Jesús Burgos Perraut. Esta colección permite realizar un recorrido bastante completo por la historia, técnicas de bordado, diseños, composición e iconografía del mantón de Manila, desde sus orígenes a la actualidad.

La exposición muestra ejemplos de mantones antiguos, del primer tercio del siglo XIX, de “ala de mosca”, de los denominados “chinescos” decorados con escenas típicas chinas y su evolución a mediados del siglo XIX en sus flecos macramé; los “enriquecidos” propios del último tercio de siglo con apliques de caras chinescas en marfil, nácar, porcelana o plata, y también mantones “isabelinos”.

Un mantón singular por su procedencia y su vinculación a Málaga es el que perteneció a Anita Delgado, que forma parte de la colección Perraut, y que se expone junto al retrato de la bailarina que pintó Federico Beltrán Masés (1885-1949) en París en 1919 e integrante de la colección permanente del Museo.

También se pueden ver de la colección Perraut ejemplos de mantones realizados en Lima, Chile o Panamá, de decoración diferente a los chinos por la profusión de enormes flores sobre gruesa seda y flecos exagerados; o de motivos taurinos.

Asimismo, se puede disfrutar en el recorrido de la exposición de mantones bordados directamente en España, exponente de nuestros gustos y costumbres. El folklore español adaptó el mantón como un elemento integrado en su indumentaria, evolucionando a los mantoncillos de traje de flamenca, de chulapa madrileña o de trajes regionales extremeños, castellanos, aragoneses o valencianos. Todos ellos han tenido el mantón como protagonista, bien de cuarterones, isabelinos, cantoneses, modernistas o de cigarreras.

Ambientando esta colección de mantones de Manila, se exhiben también algunos muebles u objetos de temática chinesca o vinculados al embalaje y transporte de los mantones, también de la colección Perraut, como un baúl y tres cajas originales de embalaje de los mantones para su transporte durante el siglo XIX; un biombo de madera lacada del siglo XX; un jarrón de porcelana policromada; piezas de joyería, el retrato de “La Paula”, de Antonio Montiel (1964); y dos óleos del siglo XIX cedidos por Jesús Burgos Perraut.

Fondos del Museo de Málaga

El Museo de Málaga completa la muestra con mobiliario histórico de sus propios fondos, y las obras ‘Después de la corrida’ (Denis Belgrano. c. 1885-1890); ‘Retrato de Anita Delgado’ (Beltrán Masés.1919), ‘Gitana’ (Gonzalo Bilbao. c. 1900), ‘La buenaventura’ (Enrique Simonet. 1915), la terracota ‘Bailaora’ (anónimo, s. XX) y la escultura ‘Pequeña madre’ (F. González Macias, 1961).

Esta exposición se enmarca en el programa del museo malagueño ‘Revisitar el Patrimonio’, cuyo objetivo es interpretar y difundir el significado de bienes, lugares o actividades de especial relevancia del Patrimonio Histórico Andaluz.

La muestra estará abierta al público hasta el 20 de julio próximo en la Sala de Exposiciones Temporales Eugenio Chicano en el horario habitual del Museo:

Lunes cerrado.

Martes a sábado. De 9.00 a 21.00 horas

Domingos y festivos. De 9.00 a 15.00 horas

Durante este período, el Museo ha organizado también un programa de actividades basado en visitas guiadas que enlazan la exposición con la temática de la ruta de la seda a través de la colección permanente.

Contexto histórico

El mantón de Manila es un elemento que pervive en su uso desde el siglo XVIII, complemento del atuendo femenino, cargado de simbolismo y de un imaginario que ha participado en la creación de símbolos de identidad y en el que se aúna tradición, oficio en el arte del bordado, historia y mezclas culturales.

Aunque denominados de Manila, estas prendas bordadas en seda tienen su origen en China, en la región del Cantón y el sur del país. Desde allí comenzaron a exportarse a España a finales del siglo XVIII, y posteriormente a América, constituyéndose también en exponente de las rutas y comercio internacional desde esa fecha hasta inicios del siglo XX.

Desde finales del siglo XVI, el tráfico mercantil oriental comenzó su circulación a través de Filipinas, territorio hispánico, denominación de estas islas en honor a Felipe II. Desde Manila, su capital, se distribuían las mercancías chinas a México, arribando en Oaxaca y Acapulco, donde las desembarcaban y por vía terrestre se trasladaban al puerto de Veracruz, para de nuevo por vía marítima, atravesando el Atlántico, llegar a Sevilla y a Cádiz.

La importancia histórica del mantón de Manila, patente en el arte y la literatura española del siglo XIX, no ha decaído en la actualidad. El mantón sigue siendo una prenda en uso, actualmente vinculada a fiestas y tradiciones, pero también con presencia como inspiración en moda contemporánea.