La peculiaridad de la movilidad a pie por Barcelona no permite aplicar medidas globales

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Investigación
La movilidad a pie es fundamental para la sostenibilidad urbana y la calidad de vida en cualquier ciudad, pero hay pocos estudios sobre cómo se desplazan los peatones por el espacio público y qué factores urbanísticos y sociales lo condicionan. Una nueva investigación desarrollada por investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), la Universidad de Barcelona (UB) y la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) ha comprobado que, en el caso de Barcelona, el comportamiento de los peatones varía mucho de un barrio a otro. Es más, ciertos condicionantes que pueden contribuir a que se camine más en unas partes de la ciudad tienen el efecto contrario en otras. De ahí que los investigadores adviertan a la Administración que las soluciones integrales para gestionar la movilidad no se ajustan bien a las peculiaridades de las ciudades y, en particular, a las de Barcelona. Por tanto, si se quiere mejorar la planificación urbana, es preferible aplicar políticas de movilidad adaptadas al contexto de cada barrio.

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Investigación
La movilidad a pie es fundamental para la sostenibilidad urbana y la calidad de vida en cualquier ciudad, pero hay pocos estudios sobre cómo se desplazan los peatones por el espacio público y qué factores urbanísticos y sociales lo condicionan. Una nueva investigación desarrollada por investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), la Universidad de Barcelona (UB) y la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) ha comprobado que, en el caso de Barcelona, el comportamiento de los peatones varía mucho de un barrio a otro. Es más, ciertos condicionantes que pueden contribuir a que se camine más en unas partes de la ciudad tienen el efecto contrario en otras. De ahí que los investigadores adviertan a la Administración que las soluciones integrales para gestionar la movilidad no se ajustan bien a las peculiaridades de las ciudades y, en particular, a las de Barcelona. Por tanto, si se quiere mejorar la planificación urbana, es preferible aplicar políticas de movilidad adaptadas al contexto de cada barrio.
Esta es una de las principales conclusiones del estudio «Trends and drivers of pedestrian mobility in Barcelona: A fine-grained study across its commercial tissue», que recientemente se ha publicado en abierto en la revista científica Cities. El trabajo se basa en el análisis de datos de alta resolución provenientes de 115 sensores de conteo de personas, recogidos durante cinco años en distintos puntos clave de la ciudad. Se trata de uno de los análisis más detallados hechos hasta ahora en Europa sobre la movilidad a pie a escala urbana y también uno de los pocos que hay en el mundo, por lo que los resultados aportan información clave para comprender qué elementos influyen en los desplazamientos de los peatones y cómo se pueden aplicar medidas para regularlos.
El estudio ofrece una mirada detallada sobre la evolución de los flujos de peatones en Barcelona entre 2017 y 2022 —excluyendo el periodo de confinamiento por la pandemia—, y analiza el impacto de diversas características urbanas y sociales en la movilidad a pie, que no es homogénea en toda la ciudad. «De hecho, varía según la combinación de distintos factores, como la presencia de transporte público, la actividad comercial o la configuración de las calles», explica Albert Solé, investigador del grupo Complex Systems (PRIMER3), de la unidad de Transformación Digital, IA y Tecnología, y profesor de los Estudios de Informática Multimedia y Telecomunicación de la UOC.
Por parte de la UOC también han participado otros tres investigadores del CoSIN3, Clément Rames (también asociado al EPFL), Daniel Rhoads y Javier Borge, junto con el catedrático Antoni Meseguer, del grupo de investigación Digital Business (DigiBiz) de los Estudios de Economía y Empresa. En el caso de la UB, participa Sergi Lozano, de la Facultad de Economía y Empresa y miembro del Instituto de Sistemas Complejos.
Los resultados muestran un aumento general del tráfico peatonal y también grandes diferencias entre barrios: algunas zonas han experimentado crecimientos sostenidos mientras que otras muestran disminuciones o patrones estacionales. Una variabilidad que está configurada para hasta siete factores que influyen en la movilidad a pie, como el número de vías peatonales, la disponibilidad de transporte público o la densidad de comercios de barrio, entre otros.
Uno de los principales avances metodológicos del estudio ha sido el uso de modelos de regresión espacial que permiten entender cómo el impacto de cada variable cambia según la ubicación. «Hemos visto que un mismo factor puede tener un efecto positivo en un barrio y negativo en otro. Por eso proponemos una planificación urbana mucho más contextualizada, que reconozca estas diferencias locales. Nuestros modelos permiten entender cómo estos factores actúan de forma diferente según la zona de la ciudad, y esto es esencial para diseñar políticas de movilidad más precisas y eficientes», explica Albert Solé.
¿Cómo se mueven los peatones en Barcelona?
Los investigadores observaron que la proximidad a estaciones de metro y autobuses influye directamente en el volumen de peatones, sobre todo en el centro de la ciudad. Pero esta relación no es igual en todos los barrios, puesto que en zonas periféricas el comportamiento de la movilidad a pie responde a dinámicas diferentes, a menudo más relacionadas con el uso del vehículo privado.
También se ha detectado que las zonas con una gran actividad comercial son puntos de atracción evidentes de peatones, aunque el efecto de esta actividad no siempre es uniforme. En algunas áreas turísticas, principalmente en el centro de la ciudad, la presencia de visitantes genera una elevada afluencia de peatones que no siempre beneficia al comercio local, mientras que en otras zonas la densidad comercial está más vinculada a la población residente y, por tanto, a patrones de movilidad más estables.
Algunos de los patrones que se han observado es que la presencia de espacios exclusivos para peatones tiene un efecto positivo y claro sobre la movilidad a pie, especialmente en zonas con una fuerte afluencia turística, como la Sagrada Família, el Gòtic o el Born. El transporte público, y especialmente la densidad de paradas de autobús, está asociado a un aumento de peatones sobre todo en los distritos centrales, en los que la red es más densa, mientras que el índice de vehículos por habitante tiene un efecto claramente negativo sobre la movilidad a pie, especialmente en barrios más periféricos y de renta alta, como Sarrià-Sant Gervasi o la Vila de Gràcia.
Además, la presencia de comercio de proximidad incentiva andar en barrios residenciales, pero no tiene el mismo efecto (o incluso es negativo) en zonas muy gentrificadas o turísticas, como Sant Antoni o el Gòtic. La presencia de bares, restaurantes y hoteles es otro de los factores que presenta impactos en distinto sentido en función de los distritos.
Sorprendentemente, los espacios verdes tienen una correlación negativa con el tráfico peatonal en general; los autores lo atribuyen a que muchos parques están situados en zonas periféricas o de difícil acceso y no forman parte de las rutas habituales de paso. «Aunque los espacios verdes tienen muchos beneficios, los datos muestran que no son zonas de paso habitual, sino de permanencia, y eso, entre otros factores, puede explicar que no fomenten tanto la movilidad a pie», explica Solé.
Una herramienta para la planificación urbana del futuro
Los autores del estudio subrayan que esta investigación puede ser una herramienta fundamental para los responsables de la planificación urbana. El uso de datos de sensores peatonales permite obtener información detallada sobre los patrones de movilidad en tiempo real y facilita la toma de decisiones basadas en evidencia científica. «Es prácticamente imposible saber cuánta gente camina por Barcelona sin datos automáticos, pero gracias a estos sensores podemos hacer estimaciones fiables por barrio, acera y hora del día», explica el investigador del CoSIN3.
Esta metodología se puede aplicar para optimizar el diseño de infraestructuras urbanas, mejorar la distribución de servicios y garantizar una movilidad más eficiente e inclusiva. El estudio establece las bases para extrapolar a otras ciudades esta metodología de análisis de la movilidad a pie con un alto grado de detalle, a fin de implementar estrategias basadas en datos que mejoren la calidad de vida de los habitantes. Sin embargo, los autores insisten en que los resultados obtenidos en Barcelona pueden no ser transferibles a otros territorios, dada la peculiaridad de la ciudad. Por tanto, con los conocimientos actuales habría que estudiar cada caso en particular.
Referencias
Rames, C.; Rhoads, D.; Meseguer-Artola, A.; Lozano, S.; Borge-Holthoefer, J.; Solé-Ribalta, A. (2025). «Trends and drivers of pedestrian mobility in Barcelona: A fine-grained study across its commercial tissue». Cities, vol. 158. DOI: 10.1016/j.cities.2024.105655.