La mecha que enciende las Fiestas de Rivas

Están a punto de dar las doce de la noche. Es sábado, las luces se apagan y un silencio sepulcral se apodera de lo que antes era ruido y jarana. En un rincón que pasa desapercibido a la muchedumbre, Juan Manuel ha abierto ya su ordenador y ejecuta unos comandos que le sirven para iluminar el cielo de Rivas con una colorida exhibición de fuegos artificiales que arranca la admiración y los aplausos de las miles de personas que se congregan en el recinto ferial.

“Al público de Rivas lo que más le gusta es que los espectáculos pirotécnicos sean largos, son los más largos de toda la Comunidad de Madrid y siempre terminan con una apoteosis final de color y un trueno muy potente”, comenta a Rivas al Día Juan Manuel Humanes, el responsable de la empresa Fuegos Artificiales del Mediterráneo, que desde hace varios años se encarga de preparar uno de los momentos más esperados de las fiestas. Hasta llegar a ese punto, para el que ya “no existe nadie que físicamente prenda la mecha”, aclara Humanes, Lola Moreno llevará casi un año preparando las fiestas. Es técnica de la Concejalía de Cultura y Fiestas desde hace 19 años y una de las personas encargadas de que todo salga a pedir de boca.

“No estoy yo sola, somos un equipo de personas que nos encargamos de absolutamente todo, del diseño, de los contenidos, de la planificación de la contratación, de la difusión, de todos los contactos con todo el mundo”, comenta Lola en una charla en la que evidencia un control absoluto sobre todo lo que tiene que ver con las fiestas ripenses, que este año tendrán lugar entre el 14 y el 18 de mayo.

Lola coordina a las entidades, las subvenciones que se conceden para la organización de actividades, la instalación de las casetas, la ubicación de los puestos y atracciones de feria, hasta que llega el proceso de ejecución, que “siempre parece que es lo más difícil pero es lo fácil, porque está todo engrasado y el objetivo es estar pendiente de que nada falle; es como las guardias de los bomberos”, bromea.

“Al público de Rivas le gustan los fuegos artificiales largos, son los más duraderos de la Comunidad”

Durante las cinco jornadas festivas, todo el equipo de la Concejalía de Cultura está al pie del cañón, con turnos de trabajo de mañana, tarde y noche que van desde las 11.00 de la mañana hasta las 5.00 de la madrugada, “una vez que ha quedado desalojado todo el recinto”. Durante esos días, Lola no deja de mirar al cielo: “El temor que siempre tenemos es que el tiempo no acompañe –incide–; es mayo y podemos tener un tiempo maravilloso o una temperatura perfecta”.

Si hace bueno, Lola y el equipo de Cultura saben disfrutar viendo a la gente pasándolo bien, viendo como se llenan los espectáculos y los conciertos, aunque de vez en cuando se escapa un “estoy rilao” o un “no puedo más”, consecuencia de tantas horas seguidas de trabajo a pie de calle.

Para reponer fuerzas, siempre pueden acercarse hasta la churrería de Rafa Domínguez, un ripense que lleva desde los diez años haciendo ferias y que suma ya casi un cuarto de siglo dando servicio en las fiestas de Rivas. Se levanta temprano, limpia su churrería, hace la compra y prepara todo para estar allí hasta las cuatro de la mañana con la ayuda de sus tres hijos. “Al público de Rivas le gusta todo, los gofres y los churros, pero sobre todo los churros, cada vez vendemos más”, comenta al teléfono, agradecido al cariño de la gente de Rivas.

Antes, para que Rafa y el resto de atracciones, casetas y escenarios hayan podido instalarse en su lugar, José y David, dos operarios de la Concejalía de Mantenimiento, llevan semanas señalizando con pintura de colores, de la que se usa para pintar las señales de tráfico, el suelo del recinto ferial. Han utilizado hasta mil kilos de pintura sobre la que bailará la vecindad ripense.

Es esa misma vecindad que se agrupa en torno a los distintos escenarios, donde hay preparada actividad para todos los públicos y todos los gustos. En el espacio joven del Rivas Sound, Frankie, Samu, Sammy y Dani se abrazan antes de subir al escenario. Son los cuatro miembros del grupo S, una banda de rock alternativo, con influencias del rap y del funk, que recoge el legado de la icónica Sugarless.

Durante las cinco jornadas festivas, el equipo de Cultura trabaja en turnos de mañana, tarde y noche

Con aquella banda, ya tocaron junto al aparcamiento de Correos, antes de que las fiestas se celebraran en el actual recinto ferial. Su cita con el público será el próximo 14 de mayo, con un show de unos 50 minutos en el que no faltarán sus mejores temas y también su último sencillo, ‘Reacción en cadena’. “Nuestra música sigue vigente y nuestro mensaje se mantiene como hace 25 años, seguimos denunciando lo que ocurre a nivel social, pero sin dar lecciones a nadie”, dice Samu, el batería de la banda, que afronta con ilusión Rivas Sound.

Espacio 4FM, la emisora local de Rivas, es la encargada de coordinar la programación del Rivas Sound desde hace siete años. Sus DJ son los que se encargan de que la marcha no pare hasta la hora en que se encienden las luces y la gente se va a dormir.

Alberto Hache, uno de sus responsables, reconoce la dificultad de coordinar el trabajo de tanta gente: “Es lo más complicado, que todo el mundo tenga su lugar y se sienta reconocido”. Antes de subir a la cabina, Alberto suele llevar “una cosa preparada previamente, pero hasta que no llegas allí, no sabes qué es lo que te va a funcionar”. Lo mejor de este trabajo: “Echar la vista atrás y ver el trabajo, que cada año se realiza mejor. Nosotros tenemos un lema, y es que cada año tiene que ser mejor que el anterior”, señala.

26.000 VASOS SOLIDARIOS
La muchedumbre mira al cielo, sube a las atracciones de feria y baila hasta el amanecer. Pero la muchedumbre también bebe. Lo hace en las casetas y en los bares de los conciertos y lo hace en los vasos solidarios que son un símbolo de las fiestas de Rivas desde 2017. Este año, la entidad que se hará cargo de este proyecto será Rivas Sahel, que toma el relevo de XXI Solidario. El mecanismo es muy sencillo: la gente va a las casetas y tiene que comprar un vaso solidario por un euro; si quiere, lo puede devolver y recuperarlo en la caseta de vasos solidarios; si no, el dinero recaudado irá destinado a los proyectos de cooperación al desarrollo que Rivas Sahel tiene en los campamentos de refugiados del Sáhara.

“El destino más probable es al suministro de alimentos, porque es lo que más necesita ahora la población, ayuda humanitaria”, apunta Ana Mª Pérez, la vicepresidenta de Rivas Sahel. Durante estos días, trabajan sobre todo en ver lo que se ha hecho en años anteriores, y tienen ya una estimación para la compra de 26.000 vasos solidarios, sin contar con los 6.000 que sobraron del año pasado.

Los vasos solidarios son otro símbolo de las fiestas. La ONG Rivas Sahel toma el relevo en 2025 de XXI Solidario

Son vasos de plástico y, si hay una ciudad concienciada con la reducción del consumo de plásticos, ésa es Rivas Vaciamadrid. Y es que hubo un tiempo en que, al amanecer, el recinto ferial era un mar de plástico. En una correcta gestión de los residuos que se generan también en fiestas trabaja la empresa pública de servicios que es un referente nacional: Rivamadrid.

Para ello es fundamental su equipo de Educación y Vigilancia Ambiental, del que forma parte Elena García, que lleva tres años al pie del cañón festivo: “Siempre acudimos con la ilusión de contribuir a que todo funcione lo mejor posible y compartiendo el mismo objetivo que tienen todas las áreas, que toda la ciudadanía pueda disfrutar de las fiestas en un entorno limpio, cuidado y sostenible”.

Su trabajo empieza antes de que se enciendan las bombillas y empiece a sonar la música. Primero informan a feriantes y casetas sobre cómo separar los residuos en origen. Les aclaran las dudas que puedan surgir y, una vez que han dado comienzo las celebraciones, informan a la ciudadanía que se congrega en el ferial o en las calles del Casco Antiguo sobre cómo separar los residuos. “Combinamos la vigilancia con la sensibilización”, explica Elena, cuyo equipo de trabajo insiste también en invitar a la ciudadanía a mantener limpios los baños.

Porque, aunque no lo parezca, también hay gente que trabaja limpiando los baños y aseos portátiles que se instalan durante las fiestas. Es el caso de Leslie Alejandra Lander, que repite este año en las fiestas tras una experiencia “trabajosa”, pero “con una buena organización”.

Rivamadrid activa un equipo de educación y vigilancia ambiental, que informa y asesora en todo el recinto ferial

En su turno de la mañana, hay un equipo de Rivamadrid que va delante, “quitando lo más gordo”. “Luego vamos nosotras a lo más profundo, a lo más tedioso”, dice Leslie, que también se encarga de la limpieza de las taquillas y los camerinos de los distintos escenarios. Aunque, “según me cuentan las compañeras, el peor turno es el de la madrugada”, una vez que termina la noche de fiesta. En todo caso, cuenta Leslie con su acento caribeño, “la gente ha ido mejorando”. A ello ayuda que Rivamadrid suministre más contenedores de distintos tipos: tampones, compresas o pañales. Para Leslie, lo mejor del trabajo es que “somos un equipo, una familia, somos Rivamadrid e intentamos hacerlo lo mejor posible”.

ORQUESTAS: UN CLÁSICO
Justo cuando acaban los fuegos artificiales, Mario F. Trejo y Paco Mariscal están revisando el visor de sus cámaras para seleccionar las fotografías que pasarán a formar parte de la historia gráfica de la ciudad. Una vez hecha su selección, estos dos trabajadores del Gabinete de Prensa y Comunicación volverán a cargarse al cuello sus cámaras para dar cuenta de la actuación de las orquestas.

Este año, las familias y los grupos de amigos y amigas bailarán al ritmo de Panorama o La Misión, cuyo propietario (y cantante en la segunda), Esteban Piñero, es además vecino de Rivas. Su temporada comienza en abril y termina en octubre, pero en mayo, en Rivas, se encuentra con un público “increíble”. “Es una fecha muy especial, marcada en el calendario”, asegura Piñero, el director artístico de dos orquestas punteras que arrastran a un equipo de hasta 40 personas cada una, de las que 20 se suben al escenario. En estas fiestas, Panorama tocará el 15 de mayo y La Misión el 16. Antes de empezar su show, Piñero da una pequeña charla, da los últimos apuntes y explica lo especial que es para él que sus orquestas toquen en Rivas.

UNAS FIESTAS SEGURAS
Para que las fiestas transcurran con la mayor seguridad posible, también hay mucha gente que tiene que trabajar mientras el resto se divierte. Es el caso de Óscar Cruz, agente de la Policía Local de Rivas en el turno de noche: “Nuestra función, entre muchas otras, sobre todo en el turno de noche, es la seguridad ciudadana. Es ayudar a prevenir la comisión de pequeños hurtos, que siempre suele haber en las fiestas, o que se produzcan reyertas a última hora a partir de las 4 o 5 de la mañana”, coincidiendo con el cierre de las casetas, señala en conversación con Rivas al Día.

Las orquestas de noche se activan de abril a octubre. En Rivas actúan cuatro: ponen sonido a la madrugada

Al trabajo propio de las fiestas, Policía Local suma la seguridad de una ciudad que ya supera los 100.000 habitantes.
Es por eso, que en fiestas trabaja toda la plantilla, porque al recinto ferial suman también las actividades diurnas en el Casco Antiguo, relata Óscar, que empezó a trabajar en fiestas hace ya 21 años. “Al final son unas fechas en las que todo el mundo está en un ambiente festivo, pero nosotros estamos en alerta cien por cien”, señala, apuntando a la importancia del centro de pantallas a la hora, sobre todo, de controlar los aforos en los conciertos y en el resto de actividades del ferial.

Y luego está el asunto del tráfico, que aumenta cuando empieza a caer la tarde y que se va diluyendo según avanza la noche. Y si existe un momento clave en las fiestas, como decíamos al principio de este reportaje, es el de los fuegos artificiales: “A mí me ha tocado muchas veces estar en puntos de corte de tráfico y mucha gente se queda ahí, en los coches, viendo los fuegos porque la gente siempre está esperando los fuegos con mucha emoción”. Un año más, para facilitar los accesos a las fiestas, el Ayuntamiento de Rivas habilitará dos áreas de aparcamiento disuasorio en el entorno de la estación de metro de Rivas Futura, del que saldrán también los autobuses lanzadera que conectarán con el ferial desde por la tarde y hasta última hora de la madrugada.

Será la Junta Local de Seguridad la que diseñe en los próximos días el dispositivo de seguridad de las fiestas de Mayo, en las que Policía Local trabaja de forma coordinada con la Guardia Civil. También se suma al dispositivo el cuerpo de voluntarios y voluntarias de Protección Civil, cuya jefa es María Rodríguez. Cuentan con equipos de unas cien personas por turno (cuentan para ello con voluntarios y voluntarias de agrupaciones de otros municipios), mueven 11 ambulancias y coordinan el dispositivo de los fuegos artificiales, que tanto hacen disfrutar al público.

María lleva doce años haciendo fiestas, con guardias que se prolongan hasta las 8.00 de la mañana: “Creo que no me he perdido ninguna, hemos visto la evolución y hemos ido ajustando el diseño a lo largo de todos estos años”, relata al teléfono. “Somos un punto de seguridad”, dice en referencia al público más joven y también a las familias que se congregan en el recinto ferial. En todo caso, aprovechan para disfrutar, escuchando “los conciertos a trocitos” y “viviendo el ambiente de otra manera”.

Quienes también viven las fiestas a su manera son las voluntarias del Punto Violeta, un espacio de apoyo y sensibilización ante posibles agresiones machistas durante las fiestas. Allí, las personas que acuden pueden encontrar atención especializada por parte de las trabajadoras de la Concejalía de Feminismos, pero también agua y otras necesidades básicas.

Óscar, agente de Policía Local: “Mientras la gente está en un ambiente festivo, nosotros en alerta al 100%”

Así lo explica Belén Fortea, una joven de 21 años que ya participó en las fiestas de 2024 y que este año repite. “El año pasado nos entró una chica llorando porque había discutido con su pareja y la había perdido, no eran de Rivas ninguna de las dos, no tenía móvil, no tenía ni idea de dónde estaba y estaba angustiada por si le había pasado algo”, rememora Belén, quien como el resto de personas voluntarias en el Punto Violeta, ha necesitado de una formación específica sobre su papel en las fiestas. ¿Y cómo llevan estar trabajando mientras el resto del mundo está bailando? “Bueno, ¿qué le vamos a hacer? Cuando terminas el turno, te quitas el chalequito y sigues con la fiesta”, responde Belén.

LAS FIESTAS DEL CASCO
Hay quien prefiere huir de la noche y disfrutar más de las fiestas bajo el sol de mayo. Para ello están las comidas populares, las charangas, los pasacalles, las actividades infantiles y el Mercado de Artesanía, Animaciones y Exhibición de Oficios. El alma de este mercadillo en el que se pueden comprar abalorios, artículos de marroquinería o disfrutar de su gastronomía, es Elvira Geurts, de la asociación AMATA, que recibe cada año unas 90 solicitudes con las que cubrir 65 puestos.

“Tenemos que seleccionar bien, mirar que no se doblen productos, mirar que el que se quedó fuera el año pasado puede venir este año”, comenta Elvira al teléfono, porque todos los artesanos y artesanas quieren estar en las calles del Casco: “Les gusta mucho el ambiente de Rivas, es fenomenal; la venta es buena porque acude muchísima gente y saben ya, después de tantos años, que nosotros llevamos auténtica artesanía”.

EL FIN DE FIESTA
Las fiestas terminarán en la tarde del domingo 18 de mayo, pero Lola y el equipo de la Concejalía de Cultura seguirán trabajando el lunes en el proceso de evaluación de las fiestas, en colaboración con todas las concejalías que, como ya se ha visto, también ponen su esfuerzo al servicio de la fiesta y el jolgorio. También participan en la evaluación de las fiestas las entidades participantes.

Lola quiere terminar con una anécdota que sucedió en 2009. Fue en aquel año cuando el formato de las fiestas cambió por completo y “tuvimos que pensar muchísimo como se ponía en marcha todo”. Rivas estrenaba entonces el recinto ferial y el auditorio Miguel Ríos, que ocupaban ahora lo que antes había sido un vertedero de basura.

Amaral tocó en una de aquellas noches y Lola estaba en la parte superior de las gradas, “para tener una visión panorámica de todo”. “Cuando acabó el concierto, vi cómo la masa de gente salía con facilidad, en cuestión de diez minutos estaba aquello vacío. Fue muy emocionante pensar en el espacio que teníamos, en como habíamos conseguido gestionarlo y organizarlo”, cuenta con una chispa de emoción en la mirada. Y resume: “Fue como si las fiestas tomaran una nueva dimensión; ya no eran las fiestas del pueblo de Rivas, sino las fiestas de la ciudad de Rivas”.