LA RAÍZ+TREMENDA JAURÍA+FILLAS DE CASANDRA
SÁBADO 17 MAYO / 18.45
Recinto ferial Miguel Ríos.
Entradas generales, agotadas.
Disponibles, solo para ripenses (28 euros)
Lo que empezó hace dos décadas como el encuentro de unos amigos para tocar, se ha transformado en un fenómeno musical que llena recintos de miles de personas y agota localidades en minutos. La banda valenciana La Raíz, formada por once colegas con interés en contar historias a golpe de acorde, tocó los cielos en 2018, tras juntar a 20.000 almas en su tierra y llenar dos noches seguidas el madrileño Vistalegre. Era el 17 de noviembre de 2018. Esa noche, tras bajar del escenario, los focos se apagaron por última vez. Decidieron dejarlo en lo más alto para cuidarse. El éxito también conduce a territorios hostiles. Y estos amigos de juventud de Gandía frenaron justo antes de implosionar.
El paréntesis concluyó hace un año, cuando Pablo Sánchez, su líder, coló un mensaje críptico en las redes. “Y tú, ¿aún la guardas?”. Se referían a “la botella en la despensa”, el primer verso de su canción ‘Nos volveremos a ver’, nombre también de su gira de despedida, aquel 2018. Así anunció el grupo su regreso a los escenarios. Y el público respondió inundando las redes de reacciones, primero, y arrasando con las primeras entradas, después. El primer concierto de este reencuentro fue el pasado noviembre de 2024 en el Wizink (Madrid).
Las 17.000 localidades volaron en minutos. Así que plantearon un segundo recital. Y otro más, y otro. Hasta llegar a los 25 que engrosan la gira 2025, con parada también en Rivas. Como ya hicieron en 2018, regresan para las fiestas, el sábado 17 de mayo. Será cuando el público ripense vea cumplida esa promesa dibujada seis años atrás. Y sobre el escenario sonarán himnos como ‘El tren huracán’ o ‘Poetas y presos’, junto a su nueva composición, ‘Tiempo’, todo, desde su icónica fusión de estilos reggae, rock, rap o ska, agitados con letras reivindicativas.
Al otro lado del teléfono, atiende a ‘Rivas Cultural’ Josep Panxo, una de las voces de La Raíz y letrista que aporta la perspectiva más social a la banda.
¿Esperaban esta respuesta tras el parón de seis años?
No. En un principio decidimos hacer el primer concierto en el Wizink por un tema de comodidad, para que la gente pudiera desplazarse. Pero como se acabaron las entradas en minutos hubo que planificar un segundo día, y también se agotaron en minutos. Ya se fue empastando todo, y hemos tenido que ir haciendo más y más conciertos para que todo el mundo pueda venir, pero no esperábamos esta acogida.
¿Sumaron las nuevas fechas tras ver la reacción del público?
Sí. Tras ver la repercusión en redes sociales y después con la venta de entradas se empezó a planificar algo más. Ahora creo que incluso hay más seguidores que antes, y no sé cómo ha podido ser porque hemos estado en silencio.
“Rivas es uno de los escenarios principales de Madrid ”
Cuando se frena en lo más alto, ¿hay presiones por volver?
No, ninguna presión, lo hemos hecho por gusto, de verdad, ya funcione más o menos. Igual que lo dejamos en su momento en la cresta de la ola porque sentíamos la necesidad de respirar, esta vez sentimos la necesidad de disfrutarlo de una forma diferente, sin presión, sin tener que componer disco nuevo. Solo los colegas en el escenario y disfrutando.
Lo dejaron, en 2018, lanzando un mensaje de autocuidado, que tiene mucho que ver con la salud mental que ahora tanto se menciona. Es casi una lección, ¿lo ve así?
No me lo había planteado así nunca, lo he normalizado. Pero si pudo servir de ejemplo o de motivación para alguien que esté en un momento así que necesite poner el freno, pues es una alegría.
Y este regreso sin Pablo Sánchez [cantante y compositor, de baja por enfermedad], ¿cómo está siendo?
Muy diferente. Iba a ser la gira más emocionante y está siendo la más dura. Es diferente porque nos repartimos las tareas. Pablo es el showman, el que se dirige al público. Tiene un peso muy importante, sustituirlo es imposible, lo hacemos lo mejor que podemos pero está siendo diferente. Estamos aprendiendo cosas nuevas pero nos falta él. Aunque se está esforzando mucho, está viniendo a varios conciertos.
¿Le echa en falta el público?
Lo corean. Hay un par de momentos que nos acordamos de él y la gente lo vive mucho. Estábamos nerviosos por ver cómo se lo iban a tomar, pero lo entienden y nos arropan, nos empujan.
La gira comprende 25 fechas muy seleccionadas, entre ellas Rivas, ¿qué significa esta ciudad para La Raíz?
Conservo muy buen recuerdo de Rivas, y tengo amigos que hemos hecho por ahí. Volvemos con muchas ganas a esta ciudad con su propia idiosincrasia y forma de funcionar y que es atractiva. Rivas es uno de los principales escenarios de Madrid. Volver allí es como una extensión de nuestro pueblo.
«Uno de nuestros sueños era que no nos costare dinero tocar»
¿Cree en el poder transformador de la música?
Sí. A mí me ha pasado. Al final escuchas un mensaje, la música lleva una personalidad implícita, que te empuja a pensar, a analizar de qué está hablando. La música es transformadora, un instrumento más.
Sus letras son muy reivindicativas, si se pusieran ahora a ello, habría mucha plancha, ¿no se animan a componer?
Lo pensábamos el otro día, que hay mucho para escribir, nos lo ponen a huevo. Pero eso son muchos factores que tienen que coincidir. Estaría muy bien, pero hay que analizar bien si es posible.
De 2018 a la actualidad han pasado muchas cosas y, en muchos aspectos, mucho retroceso en derechos, auge de la extrema derecha por todo el mundo. Si tuviera que sentarse a escribir, ¿por dónde empezaría?
Creo que hay un vacío humano, mucho individualismo. Empezaría por algo más filosófico, sobre cómo nos estamos convirtiendo las personas es seres muy individualistas: trabajo, casa y consumo. Sobre la rueda que se ha generado, que se lleva fabricando hace mucho pero creo que ha llegado a su máximo esplendor ahora mismo.
¿Qué balance hace de estos 20 años en la música?
Me quedo con que uno de nuestros sueños era que no nos costare dinero tocar. Fuimos muy poco a poco, escalón a escalón. Cuando estás en un pub pues te imaginas en la plaza del pueblo. Y así hasta el otro día, 18.000 en Alicante, 19.000 en Barcelona. A esas alturas nunca imaginas poder llegar, no piensas que sea realista. Así que el balance es el de sueños cumplidos.