Las universidades son espacios de generación de conocimiento, pero también de reproducción de normas sociales. Desde esta premisa, la Red de Universidades por la Diversidad (RUD) organiza su VI Encuentro los días 12 y 13 de mayo en Barcelona, con la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) como anfitriona. El objetivo está claro: continuar avanzando en la construcción de universidades más justas, igualitarias y representativas de la diversidad sexual, de género, cultural, étnica y funcional presente en la sociedad.
El programa incluye ponencias sobre los marcos legales actuales en materia LGTBI, talleres de buenas prácticas y espacios de trabajo para las comisiones que integran la red. También participarán figuras destacadas como Lucas Platero (URJC), Miquel Missé y Marina Echebarría (UVa), y miembros de proyectos como el «Toolkit para una educación antirracista» del grupo Nodes de la UOC.
Más allá de la representación: diversidad epistémica y transformación institucional
Para la profesora Adriana Ornellas, de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, hablar de diversidad en la universidad implica cuestionar también qué se enseña y desde qué mirada: «La carencia de diversidad en los espacios universitarios no se manifiesta solo en la ausencia o la poca representación de cuerpos diversos, sino también de ‘mentes’ diversas, es decir, es latente en los currículums que priorizan determinados autores (mayoritariamente, hombres blancos), teorías y perspectivas eurocéntricas y occidentales, y que obvian las contribuciones intelectuales de otras tradiciones de pensamiento».
Desde su ámbito de experiencia, la profesora defiende que la universidad puede ser tanto una reproductora del statu quo como un espacio de resistencia e innovación: «Como institución atravesada por relaciones de poder, la universidad puede ser tanto un reproductor de las lógicas dominantes como un lugar potenciador de pensamiento crítico y de prácticas de resistencia y transformación».
Es desde esta convicción que celebra la existencia de espacios como la RUD: «Espacios de reflexión y diálogo como los que promueve la RUD deberían ayudar a crear pequeñas grietas dentro del mismo sistema que nos permitan divisar otras posibilidades de saber, pensar y ser».
Una mirada antirracista en la universidad
Las universidades no son ajenas al racismo estructural. Para combatir esta tendencia, la profesora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC Amalia Susana Creus advierte que hay que actuar desde la investigación y la práctica educativa: «Como espacios de creación e intercambio de conocimiento, las universidades tienen la responsabilidad de poner la inclusión y la equidad en el primer plano de sus concepciones y prácticas educativas, promoviendo la formación de personas sensibles y comprometidas con la igualdad y el respecto a la diversidad».
Creus coordina el grupo de investigación Nodes, desde donde trabaja para identificar y hacer visibles las formas de discriminación sistémica: «Buscamos contribuir, desde la investigación y la transferencia, a identificar y analizar los mecanismos del racismo estructural, así como impulsar la generación de prácticas y políticas antirracistas».
Para Creus, encuentros como este son clave para tejer alianzas y hacer avanzar el compromiso institucional: «Nos permiten compartir experiencias y forjar alianzas para construir una universidad verdaderamente comprometida con la diversidad, la inclusión y la justicia social».
Una universidad al servicio de la convivencia y los derechos humanos
Para Marina Echebarría, catedrática de Derecho mercantil de la Universidad de Valladolid y presidenta del Consejo de Participación LGTBI del Ministerio de Igualdad, la creación de la RUD es una respuesta a un déficit histórico: «La RUD se creó para dar respuesta al reto de integrar la diversidad sexual en la universidad. Su impulso obedecía a la necesidad de acoger a un colectivo creciente de estudiantes que no podían ver reflejada su vida en la vida universitaria«.
Según Echebarría, la universidad no puede ignorar su responsabilidad histórica y su potencial transformador: «Nuestra historia es la de la negación y la represión de la diversidad del ser humano, y en esta infame tarea las universidades fueron factores importantes. En una sociedad democrática, plural y diversa, crear la RUD, expandirla y lograr sus objetivos es una necesidad inexcusable.» El mensaje es claro: ante las amenazas a la autonomía académica y la convivencia, la universidad tiene que posicionarse como un espacio crítico, abierto y comprometido.
Trabajar desde dentro: políticas institucionales y acción colectiva
El VI Encuentro de la RUD también servirá para avanzar en el desarrollo de políticas universitarias específicas a través de talleres internos organizados por comisiones de trabajo en docencia, investigación, comunicación y cultura institucional. El objetivo es generar herramientas colectivas que permitan a los equipos de las universidades trasladar los compromisos con la diversidad a acciones concretas dentro de sus entornos laborales y académicos. El encuentro cerrará con la elección del nuevo equipo de coordinación de la RUD y la presentación del informe bianual de la red.
El encuentro se celebra en un momento en que los marcos normativos refuerzan la necesidad de integrar la diversidad de manera efectiva en el mundo universitario. El artículo 37 de la Ley Orgánica 2/2023 del Sistema Universitario (LOSU) establece que las universidades deben garantizar que ningún miembro de la comunidad educativa sea discriminado por razón de nacimiento, origen étnico, sexo, orientación sexual, identidad de género, discapacidad o cualquier otra condición personal o social. Esto supone un paso importante hacia la institucionalización de los derechos a la igualdad de trato y a la no discriminación dentro del sistema educativo superior.
A escala europea, iniciativas como los Inclusive Gender Equality Plans (IGEP) –que son requisitos de elegibilidad para acceder a financiación de programas como Horizon Europe– señalan también el rumbo que deben seguir las universidades para avanzar hacia modelos inclusivos e interseccionales.
Desde su creación en 2021, la RUD ha crecido hasta reunir más de cuarenta universidades de toda España. Esta red no solo visibiliza la necesidad de entornos educativos libres de discriminación, sino que promueve espacios de formación mutua, apoyo técnico y articulación política entre instituciones. En palabras de sus organizadores, se trata de pasar del compromiso teórico a la transformación efectiva: convertir las universidades en verdaderos agentes de cambio que garanticen la igualdad de derechos, el respecto a las diferencias y la promoción activa de una convivencia justa.