El trabajo digitalizado ofrece grandes ventajas a los trabajadores, como por ejemplo, la flexibilidad horaria, pero también plantea otras formas de entender las condiciones laborales que comportan nuevos riesgos para su salud mental y física. Una investigación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) sugiere que la digitalización no tiene un impacto significativo en el malestar psicológico ni en la salud percibida de los trabajadores, salvo que interactúe con el apoyo social, como por ejemplo, compartir experiencias laborales y personales con los compañeros o recibir elogios y reconocimientos por el trabajo bien hecho.
«No hemos encontrado un vínculo directo significativo —ni positivo ni negativo— entre la digitalización del trabajo y la mala salud laboral de los trabajadores, pero cuando esta intensidad digital interacciona con el apoyo social es capaz de generar efectos favorables en la salud de los trabajadores. Así, cuando este apoyo es alto, el aumento en intensidad digital reduce la probabilidad de percibir mala salud. En cambio, cuando el apoyo es bajo, el aumento en intensidad digital incrementa la probabilidad de considerar su salud como mala», explica el catedrático Joan Torrent de los Estudios de Economía y Empresa, y líder del Grupo de investigación interdisciplinaria sobre las TIC (i2TIC).