Kate Middleton y el príncipe Guillermo celebraron su 14º aniversario de bodas en un entorno profundamente significativo: la isla escocesa de Mull. Esta visita marcó también el primer viaje oficial de la princesa de Gales que implicó pasar la noche fuera desde que se conoció su diagnóstico de cáncer.
Ambos optaron por una escapada modesta, alejada del protocolo y el lujo habitual. En lugar de hospedarse en un hotel exclusivo, eligieron una casa rural con cocina propia, rodeada de la naturaleza virgen de las Hébridas. Una elección coherente con su estilo de vida discreto y sus preferencias por lo sencillo.
Durante el primer día, se mostraron relajados y cercanos. Kate lució una camisa azul claro, blazer de tweed, jeans ajustados y borceguíes cómodos. Guillermo combinó una chaqueta gris con vaqueros azul oscuro. Se dejaron ver cariñosos y unidos, en un entorno que remite directamente al inicio de su historia de amor.

Escocia: el origen del vínculo y refugio emocional
Escocia fue el lugar donde comenzó la relación entre Guillermo y Kate, cuando ambos estudiaban en la Universidad de St Andrews, a principios de los años 2000.
En 2021, el príncipe recordó con emoción que fue en esas tierras donde conoció a su esposa, pero también donde recibió la trágica noticia de la muerte de su madre, la princesa Diana.

Durante un discurso, Guillermo expresó que halló consuelo en la naturaleza escocesa tras aquella pérdida, lo que consolidó un vínculo emocional profundo con ese paisaje. Por eso, regresar a Escocia en una fecha tan significativa, fue una forma de reconectar con momentos clave de sus vidas.
En esta visita oficial, su primera parada fue el colorido pueblo de Tobermory, conocido por ser el escenario de la serie infantil Balamory. Allí se reunieron con artesanos locales, conocieron una granja sostenible y exploraron prácticas agrícolas respetuosas con el medioambiente.

Una agenda con compromiso social y educativo
En la segunda jornada, la pareja recorrió un antiguo bosque guiados por el servicio de guardabosques de Mull e Iona Ranger Service. La actividad destacó la pasión de Guillermo por la conservación y el interés de Kate por la educación.
Más tarde, compartieron actividades al aire libre con escolares locales, en una experiencia que evocó la reciente visita de la princesa al lago Windermere, donde también interactuó con los Scouts.
La presencia real en la pequeña isla de Iona, con apenas 170 habitantes, representó un acontecimiento logístico significativo. Sin embargo, se trató de una comunidad acostumbrada a recibir visitantes: más de 130.000 turistas la recorren anualmente en busca de su estilo de vida tradicional.
Desde el Palacio de Kensington, destacaron que este modelo de vida puede inspirar una sociedad más compasiva y conectada con su entorno. Por ello, la pareja quiso enfocarse en ese espíritu comunitario durante su paso por la región.

Un aniversario con ecos del pasado
El 29 de abril de 2011, Kate y Guillermo se casaron en la abadía de Westminster ante millones de espectadores. Aquel día, la futura reina caminó del brazo de su padre con un vestido de Alexander McQueen y una tiara de Cartier, mientras su hermana Pippa le sostenía la cola del vestido.
Catorce años después, en un escenario muy distinto, la pareja reafirmó su unión y compromiso mutuo en un viaje íntimo, marcado por la nostalgia, la conexión con la naturaleza y la cercanía con la gente común. Un aniversario que reflejó su evolución personal, su fortaleza como pareja y su intención de mantenerse fieles a sus raíces.