Cada 30 de noviembre, se celebra el Día Internacional de la Ciudad Educadora. Desde hace más de un cuarto de siglo, Rivas forma parte de la Red Estatal de Ciudades Educadoras (RECE), integrada a su vez en la Asociación Internacional de Ciudades Educadoras, de la que forman parte 380 ciudades de todo el mundo. Para la celebración de este 2024, la RECE ha elegido como lema ‘La Ciudad Educadora como laboratorio de aprendizajes, ciudadanía y transformación social’, que no es otra cosa que considerar a la ciudad como “una gran aula de aprendizajes y un laboratorio de experimentación, de vivencias y de conocimiento”.
“Se trata de hacer partícipes de ese modelo de ciudad a todas las personas que habitan en ella, a todos los colectivos, con sus peculiaridades y complejidades, para hacer que esa ciudad sea más integradora y tenga una visión más global”, explica a Rivas al Día el arquitecto Santiago Atrio, integrante de la Escuela de Arquitectura Creativa de la Universidad Autónoma de Madrid.
Atrio, que conoce muy bien el modelo de Rivas como ciudad educadora, señala que el concepto no apunta tanto al ámbito educativo en la infancia y la adolescencia, que también, sino a un concepto “intergeneracional”, enfocado a toda la población.
Santiago Atrio: “Rivas es un modelo de ciudad educadora a nivel español y europeo”
Dice este arquitecto, que ha dirigido su carrera profesional al mundo de la educación, que “Rivas es un modelo de ciudad educadora a nivel español y europeo”. Destaca, por ejemplo, los distintos foros de participación ciudadana que no se quedan solo en la población adulta, sino que abarcan también a la infancia y a la adolescencia. “Esas actividades y esas intervenciones en la ciudad son singulares y ejemplo para otros municipios”, comenta Atrio, que apunta a algunos hitos muy visibles por toda la ciudadanía, como son la Escuela Infantil Rayuela o La Casa+Grande, “un proyecto hecho por arquitectos, sí, pero pensado y diseñado desde la iniciativa infantil y adolescente”. Ejemplos de buena práctica son otros elementos que rodean al centro juvenil, como la carpa de Arribas Circo o el propio auditorio anexo a él. O la amplia red de escuelas infantiles, señala.
Porque al final, la formidable raíz de la educación pública en Rivas es la mejor simiente con que cuenta la ciudad para construir una ciudadanía responsable, independiente y crítica. “Rivas da muchas oportunidades a toda la comunidad educativa”, comenta Ana María Pérez, jefa de Estudios del CEIP José Iturzaeta, donde da clases de inglés desde 2012 y desde donde se convierte en un agente activo por la educación pública. Lo hace en la Fiesta de la Educación Pública, que se celebra cada mes de junio, coincidiendo con el final de curso, o desde la comisión permanente del Consejo de Educación y desde el Consejo de Ciudad, del que también ha formado parte. María de las Viñas Pérez, integrante del AFA del CEIP Mercedes Vera (Hispanidad), incide en la misma idea y apunta al papel de las AFAS en el “acompañamiento a la infancia, no solo para que tengan un recorrido académico decente, sino porque en la escuela se aprende también a socializar y a fomentar las amistades sanas; todo eso va mucho más allá del mero aprendizaje escolar”. En definitiva, la participación ciudadana como eje de las ciudades educadoras, tal y como apuntaba Santiago Atrio en sus reflexiones para este reportaje.
FAMILIA, ESCUELA, ENTORNO
En esa misma idea insiste Elena Ugena, quien desde hace años imparte clases de Filosofía en el IES Julio Pérez, y no deja de poner ejemplos del fomento de la participación como eje vertebrador de la formación de la ciudadanía: el proyecto Includ-Ed, las distintas comisiones de educación, el Aula Abierta, que define como “un laboratorio de ideas tanto de educación formal como no formal”.
Elena Ugena: “Existe una continuidad entre la escuela y la sociedad; nos educamos para la vida, que se desarrolla en sociedad”
Ugena alude al triángulo que forman en el ámbito educativo la familia, la escuela y el entorno y remarca la importancia de las ciudades educadoras en una idea que es clave para entenderla: “existe una continuidad entre la escuela y la sociedad, porque nos educamos para la vida y la vida se desarrolla en sociedad”, señala esta profesora, impulsora del Mural de Epicuro (del artista zamorano Parsec!) que luce desde hace unos meses en la fachada de la Casa de Niños El Dragón, en el Casco Antiguo, y al que se convocó a toda la comunidad educativa. “Me encantaba la idea de juntar a todos los agentes del municipio, quería que interactuaran para fomentar una ciudadanía participativa”, apunta al teléfono, para explicar que este proyecto forma parte de otro de mayor envergadura, la red de escuelas epicúreas, que mantienen intacta su doctrina desde hace cinco siglos.
‘Abuelo Pepe’, del huerto del Dulce Chacón: “Ahora soy uno más del claustro”
“No es otra cosa que extender a otros sitios lo que hacemos en Rivas”, insiste Elena Ugena, que retorna a la idea de ciudad educadora con el ejemplo de este mural, porque “no solo lo puede ver el alumnado, sino que es un conocimiento vivo, es otra forma de divulgar el pensamiento filosófico” entre la ciudadanía. Una ciudadanía que empieza a formarse desde el aula. Lo hace con programas como el de mediación en los institutos de Secundaria, en el que participa de forma activa Cayetana Arribas, alumna de 3º de la ESO del IES Antares e integrante de la comisión InterIES de 2024: “Una ciudad educadora sería una ciudad que tiene los conocimientos necesarios para saber que hay que tratar con respeto a las personas y comportarse sin hacer daño a los demás”, explica esta joven de 14 años, relatando el buen funcionamiento de estos grupos de mediación que cada vez cuentan con más alumnado y en los que resuelven los conflictos que puedan surgir entre el alumnado, a través incluso de un documento de compromiso firmado por las dos partes. Cuando esto no es posible, según Cayetana, “hay que hacer algo que sea justo para las personas en conflicto aunque no nos parezca bien del todo, porque
al final la vida no siempre nos puede parecer bien.
INTERVENCIONES EN LOS COLEGIOS
En el marco de la actual asamblea de la RECE, Rivas forma parte de la comisión de seguimiento, que coordina Viladecans (Barcelona), y además coordina la ‘Red de niños y niñas y adolescentes transformando su ciudad’, de la que forman parte otras 24 ciudades españolas, y participa en la ‘Red de educación y cultura’.
El enfoque integral de la RECE queda recogido en documentos como la Agenda Urbana Rivas 2030 o en proyectos como Renatura Rivas
Esa experiencia en la RECE y ese enfoque integral queda recogido en documentos como la Agenda Urbana Rivas 2030, que reconoce en la educación una herramienta básica para el progreso y la igualdad, con programas innovadores que saben salir del día a día de las aulas para desarrollar al máximo el potencial de cada estudiante. O en ambiciosos proyectos como Renatura Rivas, que va a suponer un antes y un después en el concepto urbanístico y medioambiental del barrio Oeste y que va a suponer la transformación de tres colegios públicos de la ciudad: el Mario Benedetti, el Rafael Alberti y La Luna. Se trata de un proyecto de peatonalización y de renaturalización de zonas aledañas a estos colegios, con una actuación sobre una superficie de 7.000 metros cuadrados.
No es la única intervención realizada en estos años en los entornos escolares y, además, participadas por la propia comunidad educativa.
Un buen ejemplo es el parque de Teresa del Carmen Alba Rodríguez, situado en una zona aledaña al CEIP El Parque y que fue solicitado y diseñado por el propio alumnado del centro, que eligió la tipología de juegos a instalar en el parque y decidió además ponerle el nombre de una de sus profesoras más queridas, fallecida recientemente. “Este es un excelente ejemplo de lo que supone ser ciudad educadora, contar con la implicación de toda una comunidad, en este caso educativa, a la hora de diseñar un espacio público en nuestra ciudad”, comenta la alcaldesa ripense, Aída Castillejo, que incide en cómo “Rivas genera nuevos referentes, se va construyendo desde la memoria más reciente, la que reconoce el trabajo de tantas y tantas personas que han contribuido mucho para que el municipio sea hoy la gran ciudad que es”.
26 AÑOS DE PAMCE
Cuando hablamos de programas innovadores en la construcción de una ciudad educadora, no podemos olvidar el Programa de Apoyo Municipal a Centros Educativos (PAMCE), que cumple 26 años y este curso cuenta con 83 actividades, centrado no solo en el desarrollo intelectual del alumnado de los colegios e institutos públicos de Rivas, sino también el emocional, el físico, el social y el creativo. En estas actividades se implican todas las concejalías del Ayuntamiento de Rivas, que permiten a la infancia y adolescencia ripense disfrutar de las matinales de cine durante el Festival de Cine de Rivas o aprender sobre alimentación saludable y sobre la producción del Parque Agroecológico del Soto del Grillo.
Las actividades del programa de intercambio generacional, organizadas por la Concejalía de Mayores, son también un buen ejemplo de cómo incidir en la educación de la población más joven a través de otros sectores de la población que son una importante fuente de aprendizaje.
Cayetana Arribas: “Una ciudad educadora sabe que tiene que tratar con respeto a las personas”
Y tampoco podemos olvidarnos de los Premios Profesor Julio Pérez, que nacieron en el ámbito educativo, que fueron asumidos por el propio Ayuntamiento y que hoy son otra seña de identidad de la ciudad. La edición de 2024 se celebrará el próximo 29 de noviembre y servirá para reconocer el papel de tantos y tantos agentes que hacen de la educación la mejor herramienta para construir sociedades justas, reflexivas y críticas.
Entre esos agentes, los ‘abuelos del huerto’ del CEIP Dulce Chacón. Este proyecto educativo lo inició el ‘abuelo Miguel’ con su mujer y, gracias a su tesón y a su esfuerzo, hoy difunden entre el alumnado el cultivo de hasta 70 tipos de plantas, desde verduras y hortalizas hasta especias o flores. “Nosotros no plantamos nunca, lo hacen los niños y niñas, porque queremos que metan la mano en la tierra y que vean como de la semilla, que es la esencia, sale la planta”, comenta a Rivas al Día, jugando sin querer con la mejor metáfora que existe para referirse a la educación. Ahora, bromea el ‘abuelo Miguel’, tengo 200 nietos y nietas. Lo mismo dice el ‘abuelo Pepe’, que explica cómo trabajan con el alumnado del centro: “Lo hacemos en función de las edades, desde los más pequeños, que hacen el agujero para la semilla, hasta los más mayores, que aprenden sobre los orígenes o el nombre en latín de cada planta”.
El caso del ‘abuelo Pepe’ es un paradigma del concepto que introducía en este reportaje Santiago Atrio. “Yo soy un completo urbanita de Cuatro Caminos que lo único que sabía de huertos cuando me liaron en esto era que se escribía con hache” y ahora “soy uno más del claustro” del Dulce Chacón, comenta. Y es que nunca es tarde para seguir aprendiendo, para seguir construyendo una ciudad educadora.•