CEOE detecta una pérdida de impulso en las horas trabajadas en el primer trimestre del año

CEOE advierte de que la incertidumbre sigue siendo elevada para el conjunto del año y que el balance de los riesgos se inclina hacia el lado negativo. A nivel nacional,  los principales impactos negativos pueden llegar por una política económica que introduzca mayor incertidumbre y genere mayores costes a la actividad empresarial (en especial, en el mercado laboral) que frenen decisiones de consumo e inversión.

En el plano internacional, el principal riesgo sigue siendo el geopolítico, que puede dar lugar a incrementos de los precios de las materias primas, y al que se une la nueva política arancelaria del presidente de EE UU, Donald Trump, y sus consecuencias en el comercio mundial, las cadenas de valor y los flujos de inversión.

Por todo ello, CEOE mantiene su escenario de prudencia, con una previsión de crecimiento del PIB en el entorno del 2,5% para este año 2025 y del 2% para 2026, hasta que se reduzca la incertidumbre sobre la situación arancelaria internacional y su impacto en Europa, nuestro principal socio comercial.

Leve desaceleración

En conjunto, el dato de avance de Contabilidad Nacional Trimestral muestra que una actividad económica que mantiene su vigor al inicio del año pero que modera su ritmo de avance en una décima, hasta el 0,6% trimestral. En términos interanuales, el ajuste de la tasa de crecimiento es algo más intenso (2,8%, frente al 3,3% del cuarto trimestre de 2024), por lo que se mantiene la senda de leve desaceleración iniciada en la segunda mitad del año pasado.

La demanda interna sigue siendo el motor de la economía, aunque ha perdido dinamismo de forma especialmente acusada en términos intertrimestrales.

La aportación del sector exterior al avance trimestral es positiva aunque, en términos interanuales, continúa drenando el crecimiento, en un contexto de vigor de las importaciones y de cierta desaceleración de las exportaciones. 

Incremento notable de los costes laborales

La remuneración por asalariado y los costes laborales unitarios continúan mostrando un incremento notable. Así, la remuneración por asalariado aumentó un 4,1% interanual (siete décimas menos que el trimestre anterior) y los costes laborales unitarios repuntaron hasta alcanzar un 4,3% interanual, frente al 3,7% anterior.

En comparación con la situación previa a la crisis del COVID-19, los costes laborales unitarios son ya un 24,3% superiores a los del último trimestre de 2019.

Por el lado de las rentas, el Excedente de Explotación Bruto (EBE) se sigue contrayendo en términos reales, lo que está limitando las decisiones de inversión de las empresas.

Así, su variación interanual ha sido muy modesta (2%) y sensiblemente inferior a la de la remuneración de los asalariados (7,2%), de los impuestos (8,7%) y a la del propio PIB en términos interanuales (5,2%).

De esta forma, la participación del EBE en el conjunto del PIB se reduce y se sitúa en tasas mínimas respecto a su promedio histórico (41,1%), sólo comparables a las registradas en 2020 y 2021.

Impacto del apagón

Por otro lado, CEOE estima que los acontecimientos extraordinarios del apagón registrado este lunes, pueden tener un impacto negativo del orden de una décima sobre el PIB del año 2025, que se concentrará principalmente en las empresas y autónomos y tendrá su reflejo en la Contabilidad Nacional del segundo trimestre.

Los sectores se han visto perjudicados en la medida que la falta de actividad afecta a sus ingresos pero sus costes operativos se mantienen o aumentan.