Los derechos de los pacientes mayores, un compromiso que debemos garantizar

Con motivo del Día Europeo de los Derechos de los Pacientes, 18 de abril, en la Asociación Madrileña de Atención a la Dependencia (AMADE) tenemos el privilegio de contar con un artículo del Dr. Javier Gómez Pavón, jefe de Servicio de Geriatría del Hospital Universitario Central de la Cruz Roja de Madrid, y tutor académico de Medicina de la Universidad Alfonso X el Sabio:

Cada 18 de abril se celebra el Día Europeo de los Derechos de los Pacientes, una fecha que nos invita a reflexionar y alzar la voz sobre la situación actual de los derechos de los pacientes mayores en el contexto de los sistemas sanitarios y sociosanitarios europeos.

En las últimas décadas, el desarrollo normativo internacional, a través de instrumentos como la Carta Europea de los Derechos de los Pacientes (2002), las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) o las propuestas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha consolidado un cuerpo doctrinal amplio sobre los derechos de los pacientes. Se ha avanzado mucho en el reconocimiento teórico del derecho a la información, al consentimiento informado, a la intimidad, a la dignidad, a decidir sobre sus cuidados… Sin embargo, cuando nos detenemos a observar la realidad de nuestros mayores, en hospitales, residencias o en sus propios domicilios, comprobamos que queda aún un largo camino entre lo que está escrito y lo que realmente sucede.  Trasladar estos derechos a la práctica clínica y asistencial cotidiana, presenta a menudo deficiencias en poblaciones geriátricas, de elevada edad, fragilidad, deterioro funcional, comorbilidad y con frecuentes dificultades cognitivas y psicosociales añadidas.

El edadismo, o discriminación por motivo de edad, constituye en este sentido un determinante social de la salud de primer orden, con repercusiones tanto en el acceso equitativo a recursos sanitarios como en la calidad de la atención prestada. Esta discriminación etaria puede expresarse de manera explícita o bien manifestarse de modo sutil, a través de sesgos inconscientes o prácticas institucionalizadas que infravaloran los deseos, necesidades o expectativas de las personas mayores.

Así, el respeto a la autonomía personal y a la dignidad inherente a toda persona constituye otro gran reto. No basta con informar; hay que escuchar, acompañar y dar tiempo para que la persona comprenda y decida, orientándole en el consenso y evitando decidir por él. Es un proceso de comunicación clínica adaptada a sus características, con deliberación compartida y toma de decisiones compartidas centradas en sus valores, que les permita participar activamente en los cuidados y en la planificación de decisiones clínicas tanto diagnósticas como terapéuticas.

Desde una perspectiva sanitaria y de calidad asistencial, los derechos de los pacientes mayores incluyen no solo el acceso equitativo a los recursos, sino también la adecuación terapéutica, la proporcionalidad de las intervenciones, la humanización de los cuidados, y el respeto a su identidad y cultura. Todo ello se traduce en la necesidad de una vez por todas, bien entrados en el siglo XXI, de implementar modelos de eficiencia comprobada de la atención sanitaria de la Geriatría, centrados en la persona, promoviendo políticas de formación entre los profesionales sanitarios y sociosanitarios, e incorporando los conocidos programas de evaluación geriátrica integral y planificación centrada en valores.

Por otro lado, los pacientes mayores no solo son pacientes. Son personas con trayectorias vitales, con historias, con afectos, con pérdidas, con proyectos. Defender sus derechos es también defender su derecho a seguir siendo protagonistas de su vida hasta el final.

Decálogo del buen trato a las personas mayores

Como geriatra, y desde el servicio de Geriatría del Hospital Universitario Central de la Cruz Roja de Madrid, con su trayectoria histórica y vocación de ayuda a la persona mayor, estoy convencido de que el futuro de la atención a las personas mayores, pasa inevitablemente, por situar el respeto a sus derechos en el centro de cualquier actuación. En este contexto y como punto final de opinión, me permito exponer el “Decálogo del buen trato a las personas mayores” realizado en nuestro hospital hace ya varios años y siempre rector:

  1. Tenemos el mismo derecho a la vida y a la salud que todos los demás.
  2. Respeta mis decisiones y creencias. No hagas por mi lo que yo pueda hace
  3. Respeta mi identidad.
  4. Hazme sentirme querido. Demuéstramelo con sonrisas, caricias, abrazos…
  5. Necesito sentirme escuchado y tenido en cuenta.
  6. Ten paciencia conmigo, intenta comprenderme y tener en cuenta mis dificultades.
  7. Pregúntame por mi vida, mis valores y mis preocupaciones.
  8. Ayúdame en lo que necesite y déjame que te ayude en lo que pueda hacer por ti.
  9. Trátame como a un adulto, no como a un niño.
  10. Comparte tu tiempo conmigo par ano sentirme solo

Que este 18 de abril no sea solo un recordatorio, sino un compromiso renovado: los derechos de los pacientes mayores no se negocian, se garantizan.

Deja un comentario