Con alrededor de media entrada en la Casa de la Cultura se celebró en la tarde-noche del viernes 25 de abril la cuarta entrega de las “Noches Acústicas 2025”, ciclo de música independiente que organiza, con un concierto al mes durante el primer semestre del año, el Ayuntamiento de Cabanillas del Campo.
Como cabeza de cartel actuaba en esta ocasión la cantautora asturiana Marisa Valle Roso (Langreo, 1987). Procedente del corazón de la cuenca minera, y discípula del gran Víctor Manuel, Valle Roso se presentó en solitario en Cabanillas, acompañada de su guitarra eléctrica y un teclado sintetizador, para desgranar una buena colección de temas sacados de sus tres trabajos discográficos: “De lo fondero l’alma”, “Consciente” y “El tren de la libertad”.
Las interpretaciones de Valle Roso beben de la mejor tradición de canción social comprometida, que mezcla con un profundo respeto al folclore asturiano, del que entresaca ritmos, melodías y letras tradicionales, que se combinan con los textos de creación propia. Muchas de las canciones tienen una profunda carga reivindicativa, y en ellas se manifiestan claras posturas feministas (“Títere o esclava”, sobre la violencia machista; “El tren de la libertad”, sobre las movilizaciones del año 2014 contra los intentos de reformar la Ley del Aborto); o de defensa de la clase trabajadora de su tierra (como la reciente “Cenicientas de carbón”, sobre las mujeres asturianas que colaboraron con la famosa “huelgona” minera de 1962). En este sentido destacó la versión que ofreció de la impactante “Planta 14”, de Víctor Manuel; o el propio himno de “Santa Bárbara” con el que cerró su actuación. Otros temas de Valle Roso son puro folclore popular asturiano, como un delicioso “Romance de la Neña Isabel”; o unas “Vaqueiradas”, que también interpretó. Intercaladas hubo piezas como “La macorina” que popularizó Chavela Vargas, y que es obra del poeta asturiano Alfonso Camín. Y así, hasta completar una hora larga de actuación, con 16 temas que se hicieron cortos, y en los que sobresalió la extraordinaria voz de la asturiana, cargada de matices y requiebros técnicos.
Laura Solla
Previamente había abierto el escenario como telonera la gallega afincada en Madrid Laura Solla. Solla es una excepcional guitarrista, de primer nivel, que colabora con asiduidad con multitud de artistas de gran tirón nacional e internacional como integrante de distintas bandas. Sin embargo, en esta ocasión quiso presentar en Cabanillas su nuevo proyecto en solitario, en el que también canta sus temas. Es un registro al que está menos acostumbrada, pero en el que está dando los primeros pasos de cara a la edición de un primer disco, que llega en camino. Son temas de puro rock de autor, con letras muy centradas en el amor y el desamor, la amistad o su pérdida. Se trata de canciones como “Búsqueda infinita”, “Injusto”, “Día de mierda” o “Amigo”, que interpretó para un público cabanillero al que ya conocía, porque ha actuado en la localidad varias veces acompañando a otros artistas. Además, dejó de regalo una espléndida versión de “Todavía es tarde”, de Ariel Rot.
Como en todas las citas del ciclo, esta sesión de las “Noches Acústicas” se completó con una exposición plástica en la cafetería de la Casa de la Cultura. Colgaba sus trabajos un magnífico ilustrador madrileño, David Fernández, cuyos temas se centran en el dibujo de personajes de fantasía, muy conocidos, de universos como el de los superhéroes o la saga de Star Wars.
La próxima entrega de este ciclo, penúltima del año, será el próximo 30 de mayo, con Marilia Monzón como cabeza de cartel.