UNICEF alerta que más de medio millón de mujeres mueren por complicaciones del embarazo en países en vías de desarrollo
El informe Progreso para la Infancia de UNICEF subraya que la tasa de muertes es 1 por 76 mujeres en estos países y que estas muertes son evitables
Ginebra/Madrid – Un
nuevo informe sobre la mortalidad materna, dado a
conocer hoy por UNICEF, subraya los riesgos que afrontan las
mujeres de los países en desarrollo durante el embarazo y el
parto.
Progreso para la
Infancia: Un balance sobre la mortalidad materna indica
que, según los últimos datos de que se dispone, más del 99% de
todas las defunciones relacionadas con la maternidad suceden en los
países en desarrollo, de las cuales el 84% se concentran en África
subsahariana y Asia meridional.
“Lo más trágico es que todos
los años mueren más de medio millón de mujeres por causas
relacionadas con el embarazo y el parto”, dice Peter
Salama, Oficial Jefe de Servicios de Salud de UNICEF. “Las causas
de la mortalidad materna son claras, así como los medios para
combatirlas. No obstante, las mujeres siguen muriendo
innecesariamente”.
Las hemorragias son
la causa más frecuente de muerte, sobre todo en África y Asia. La
salud general de la mujer –incluyendo su estado nutricional y su
situación con respecto al VIH– también influye en la probabilidad
de tener un embarazo saludable y de no presentar complicaciones
durante el parto. Hay factores sociales que también
influyen, como la pobreza, la desigualdad de género y las actitudes
hacia las mujeres y su salud. En las tasas de mortalidad
materna a menudo influyen determinadas prácticas culturales o
tradicionales que impiden a las mujeres buscar atención durante el
parto o el período post-natal.
Mientras que, en el mundo en
desarrollo, el riesgo de morir por complicaciones derivadas del
embarazo y el parto es de 1 en 76, en el mundo
industrializado ese riesgo es de 1 en 8.000. El
país donde las mujeres corren el mayor riesgo de perder la vida por
causas relacionadas con la maternidad es el Níger, en donde
una 1 en 7 mujeres mueren por complicaciones del embarazo,
frente al país industrializado con menor mortalidad donde mueren 1
de cada 47.600.
La mayoría de las muertes maternas
se pueden evitar y uno de los factores clave es brindar mejores
servicios de salud, especialmente durante el embarazo, el parto y
el período post-natal. Entre las intervenciones que ayudan a
mejorar la salud materna se cuentan la atención prenatal, los
servicios de asesoramiento y diagnóstico del VIH, la asistencia de
personal cualificado durante el alumbramiento, la atención
obstétrica de emergencia, la atención durante el período post-natal
y la prestación de servicios de planificación familiar acordes con
las políticas nacionales. Cuando estas intervenciones se ofrecen
como parte de un proceso continuo de atención de la salud que
integra el hogar, la comunidad, los centros asistenciales y los
servicios periféricos, las madres, los niños y las comunidades
pueden beneficiarse enormemente.
Algunas intervenciones en salud
materna han mejorado en los últimos años. La cobertura de atención
prenatal en el mundo en desarrollo se elevó 15 puntos porcentuales
durante la última década; de hecho, el 75% de las madres
embarazadas reciben hoy alguna atención prenatal.
Adicionalmente, muchos países han
incrementado la cobertura de asistencia cualificada durante el
parto. Por ejemplo, en algunas partes de Asia, la proporción de las
mujeres que son atendidas por un profesional especializado durante
el parto pasó del 31% en 1995 al 40% en 2005. En
muchos países de África también se han registrado progresos en esta
materia. Garantizar que los partos cuenten con asistencia de
personal cualificado y que esos profesionales tengan acceso a
servicios de atención obstétrica de emergencia para los casos que
así lo requieran es la medida más importante para salvar las vidas
de las madres.
Pese a lo anterior, los avances
hacia el logro del Objetivo de Desarrollo del Milenio sobre salud
materna, que establece una reducción del 75% en las tasas de
mortalidad materna entre 1990 y 2015, han sido demasiado lentos en
el mundo en desarrollo, y deben acelerarse para poder conquistar
este Objetivo.
A fin de alcanzar la meta del
Objetivo del Milenio, la salud materna debe abordarse como parte de
un proceso continuo que vincule los servicios esenciales de salud
de la madre, el recién nacido y el niño pequeño. Los niveles de
mortalidad materna casi siempre reflejan el nivel general de los
sistemas de salud de los países, particularmente durante el parto y
el período post-natal, cuando las madres y sus bebés son más
vulnerables. Para solucionar esta grave situación, es preciso
ampliar el alcance de los servicios dirigidos a las madres y los
niños, teniendo en cuenta la interdependencia que existe entre la
salud de las madres y la de sus hijos recién nacidos.
“Salvar las vidas de las madres no
es solamente un imperativo moral; también es una inversión
importante que beneficia a sus hijos, sus familias, sus comunidades
y sus países”, dijo Tessa Wardlaw, de UNICEF. “En efecto,
existe una clara conexión entre la salud materna y otros Objetivos
de Desarrollo del Milenio, como la erradicación de la pobreza
extrema, la reducción de la mortalidad infantil y la lucha contra
el VIH, el SIDA y otras enfermedades”.
UNICEF trabaja en más de 150 países
y territorios en vías de desarrollo para mejorar las condiciones de
vida de los niños y las niñas, y avanzar en el progreso de sus
vidas desde la primera infancia hasta la adolescencia. UNICEF, que
es el mayor proveedor de vacunas para los países en desarrollo,
apoya la salud y la nutrición de la infancia, el abastecimiento de
agua y el saneamiento de calidad, y la educación básica de calidad,
así como la protección de los menores contra la violencia, la
explotación y el SIDA. UNICEF está financiada en su totalidad por
contribuciones voluntarias de individuos, empresas, fundaciones y
gobiernos.