Deseo y realidad
Artículo publicado en El Mundo el sábado, 23 de enero de 2010, Por Consuelo Crespo Bofill,Presidenta de UNICEF España
Todos esperamos la gran noticia de
que cada niño que sufre las consecuencias del terremoto de Haití ha
sido localizado y está atendido, pero la dimensión del desastre no
lo ha permitido aún. Se calcula que hay 3,5 millones de
damnificados, y sabemos que el 48% de la población es menor de 18
años. Por tanto, podemos estar ante más de 1,5 millones de
niños afectados: muchos están con su familia, y otros muchos están
solos. En Haití se trabaja a un ritmo frenético para conseguir
encontrarles y garantizar su supervivencia y su seguridad.
88 personas de UNICEF trabajan en
Puerto Príncipe. Su trabajo y el de otros expertos en acción
humanitaria se traduce en 120.000 litros de agua diarios
para hospitales, 72 puntos de distribución de agua, donde 180
camiones distribuyen agua a más de 180.000 personas al
día. En la labor específica con la infancia, se
distribuyen alimentos nutritivos y vitamina A, y es objetivo
prioritario encontrar a todos los niños menores de cinco años y
prestarles la atención que necesitan. En colaboración con otras
organizaciones, hemos abordado las tareas de búsqueda y registro de
familiares de niños no acompañados y trabajamos con el Gobierno de
de Haití en las fronteras y el aeropuerto para impedir el tráfico
infantil.
Queda mucho por hacer y, al igual
que miles de ciudadanos, estamos muy preocupados ante los riesgos
que corren miles de niños. Pero trabajamos en base a los más de 60
años de experiencia de UNICEF, cuyo origen está en la atención a la
infancia después de la Segunda Guerra Mundial. La respuesta para
los niños de Haití, en este momento, pasa por la atención inmediata
en su país y el reencuentro con sus familiares, tal y como hemos
explicado UNICEF, Cruz Roja, Intermón Oxfam, Save the
Children, Aldeas Infantiles SOS y Plan. La salida de su
entorno puede ocasionar un trastorno mayor en sus vidas, añadido a
los traumas que acaban de sufrir. Todos los esfuerzos iniciales
deben estar –están- volcados en encontrar y atender a los niños que
están solos. Lo mejor para ellos es reunirse con sus seres queridos
y, sólo cuando se agoten las posibilidades de reunificación
familiar, se abordarán otras opciones. Y por último, la salida de
niños sin controles suficientes, que supone una oportunidad para
las redes de tráfico y explotación infantil. Pero ya se están
poniendo medidas para que un niño no pueda salir de Haití sin la
correspondiente documentación.
Agradecemos mucho el gran, e
imprescindible, apoyo que tantas personas y entidades están
prestando desde España a Haití a través de organizaciones como la
nuestra. Trabajamos para que los miles de niños que han sufrido el
impacto del terremoto recuperen su sonrisa y sus derechos.