Proteger a la infancia entre los escombros
Artículo publicado en elpais.com el jueves, 21 de enero de 2010
Proteger a la infancia entre los escombros, por Consuelo Crespo Bofill, Presidenta de UNICEF España
Haití, una semana después del
terremoto. Nos encontramos ante una de las catástrofes más
complejas y de mayores dimensiones de todas las que la
comunidad internacional ha abordado en los últimos años: la capital
destruida con todas sus instituciones, las agencias humanitarias
afectadas, las comunicaciones bloqueadas…
Sin embargo, poco a poco se empieza
a vislumbrar algo de luz al final del túnel. La carretera que une
Santo Domingo y Puerto Príncipe ya está transitable y toneladas de
suministros están llegando ya a la devastada capital haitiana.
Ahora, ¿por dónde empezar?
UNICEF, la agencia de naciones
unidas especializada en la atención a la infancia tiene como misión
tratar de garantizar a todos los niños y niñas del mundo el derecho
a sobrevivir y a desarrollarse, sea cual sea el contexto en el que
vivan. En una situación como la atraviesa hoy Haití, son
precisamente los niños las víctimas más vulnerables, de manera muy
especial aquellos que se han visto separados de sus familiares (y
por supuesto los niños que ya con anterioridad a la emergencia ya
eran huérfanos o estaban abandonados). En medio del caos, los niños
pueden padecer malnutrición y diversas enfermedades, sufrir
daños psicológicos de por vida y ser víctimas de explotación sexual
y tráfico.
Por tanto, para hacer realidad esos
derechos en un contexto como el haitiano nuestra prioridad es
clara: nos urge encontrar a esos niños, proporcionarles alimentos,
atención médica, un refugio seguro y cuidados psicológicos y
emocionales. Paralelamente, es necesario identificarles y
registrarles, para así poner en marcha con carácter de urgencia la
búsqueda de sus padres o familiares.
A día de hoy, UNICEF ya está
trabajando junto con la Cruz Roja Internacional y Save the Children
en el establecimiento de programas de búsqueda familiar en el mismo
momento en que los niños llegan a los centros de acogida. Durante
el tiempo que dura el proceso, el Fondo de Naciones Unidas para la
Infancia presta todo el apoyo necesario para su cuidado y
protección, dándoles refugio y cubriendo todas sus necesidades
hasta que su familia sea encontrada.
Ante la angustia que nos producen
las imágenes de niños heridos o abandonados, es inevitable pensar
en otro tipo de alternativas, tales como la acogida o la adopción
inmediata por parte de familias de otros países, incluido el
nuestro. Sin embargo, en la experiencia de más de 60 años de UNICEF
(compartida por otras muchas organizaciones especializadas), hemos
constatado que alejar a los niños de su entorno en este momento no
es una medida que les favorezca, dado que son niños sometidos a una
situación muy traumática y un cambio brusco en su entorno puede
aumentar aún más su aflicción y desorientación, obstaculizando la
recuperación. Muchos de esos niños tienen padres, madres u
otros familiares que pueden hacerse cargo de ellos en un entorno
más cercano y comprensible.
De hecho, la legislación
española prohíbe expresamente la adopción de menores en
circunstancias de este tipo, precisamente para evitar el
causarles un perjuicio mayor así como la propagación de mafias
dedicadas a enriquecerse con el tráfico de niños en un momento de
confusión y descontrol.
Definitivamente, la acogida o la
adopción forman parte de los denominados “cuidados alternativos”,
destinados a aquellos menores que no tengan ninguna posibilidad de
reencontrarse con sus familiares. Pero primero deben establecerse
los controles y procedimientos necesarios para garantizar en todo
caso que esto es así, atendiendo siempre al interés superior del
menor.
Hagamos por tanto las cosas por
orden y sigamos centrando la atención en lo que ahora mismo es más
prioritario: atender las necesidades de asistencia urgente
y proporcionar a los niños un lugar seguro donde empezar a
recuperar algo parecido a la normalidad.