UNICEF presenta el Atlas sociolingüístico de pueblos indígenas en América Latina

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Fundación para la Educación en Contextos de Multilingüismo y Pluriculturalidad (FUNPROEIB Andes) y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) han unido esfuerzos para presentar el Atlas sociolingüístico de pueblos indígenas en América Latina, con el fin de visibilizar la diversidad étnica, cultural y lingüística de la región.

Esta iniciativa se enmarca dentro
del Programa Regional sobre Derechos de la Niñez y
Adolescencia Indígena en América Latina
, desarrollado
desde 2006 por UNICEF con el apoyo financiero de la AECID. El
objetivo fundamental de este programa es que los derechos de la
infancia y de la adolescencia indígena sean respetados por todos
los actores sociales y tomados en cuenta en los modelos de
desarrollo a nivel regional, subregional, nacional y local.

Con información de 21
países
, el Atlas inicia un recorrido de Sur a Norte desde
la Patagonia hasta México, describiendo los 522 pueblos indígenas
que habitan en Latinoamérica y la situación de las 420
lenguas
que emplean hoy en día.

Además, lo hace desde una
perspectiva transfronteriza que refleja la continuidad geográfica y
cultural de estas comunidades en distintos países. También revela
que puede haber más diferencias entre dos pueblos indígenas que
habiten en un mismo Estado, como entre el pueblo Wampis, amazónico,
y el pueblo Quechua, andino, ambos de Perú, que entre dos pueblos
que habiten en distintos países. El mismo pueblo Wampis de Perú se
siente mucho más cercano al pueblo Shuar, también amazónico, de
Ecuador, con el que además comparte familia lingüística.

La idea de elaborar un Atlas surge
porque, a pesar de que se presta una mayor atención a los asuntos
indígenas por parte de los Estados, los organismos de cooperación
internacional y la sociedad latinoamericana, todavía existe un gran
desconocimiento sobre las características del mundo indígena, ya
que no se trata de una sociedad homogénea.

Otra de las razones que ha motivado
este trabajo es la aprobación de la Declaración sobre los
Derechos de los Pueblos Indígenas
por la Asamblea General
de Naciones Unidas en septiembre de 2007. En la declaración se
reconocen tanto los derechos individuales de los indígenas como los
derechos colectivos de los pueblos indígenas.

Tras más de dos años de trabajo, el
Atlas quiere convertirse en una herramienta clave para la
implementación de políticas que tengan en cuenta la complejidad
sociolingüística de la región latinoamericana.

Los datos cuantitativos y
cualitativos de la publicación orientarán a planificadores
gubernamentales y a organizaciones internacionales que trabajen con
poblaciones indígenas. De esta manera se logrará un desarrollo más
eficaz de, entre otras, políticas educativas y sanitarias. Además,
la publicación se dibuja como un instrumento central en la
planificación para lograr una plena Educación Intercultural y
Bilingüe (EIB).

En la Convención sobre los Derechos
del Niño, que es el instrumento jurídico internacional más
ampliamente ratificado, y mandato para UNICEF, se incluye un
artículo específico relativo a la EIB, se trata del artículo 30 que
establece:

”En los Estados en que
existan minorías étnicas, religiosas o lingüísticas o personas de
origen indígena, no se negará a un niño que pertenezca a tales
minorías o que sea indígena el derecho que le corresponde, en común
con los demás miembros de su grupo, a tener su propia vida
cultural, a profesar y practicar su propia religión, o a emplear su
propio idioma…”

La Convención establece, además, una
amplia gama de disposiciones que abarcan derechos y libertades
civiles, el entorno familiar, la salud básica y el bienestar, la
educación, la recreación, las actividades culturales y las medidas
especiales necesarias para la protección de todos los niños y niñas
sin discriminación.

El Atlas, que contiene mapas
étnicos, lingüísticos y datos demográficos, está dividido en diez
capítulos que representan los grandes espacios geográficos donde
los indígenas han desarrollado su cultura y su lengua. Esta
organización, más allá de las fronteras nacionales, plasma la
historia que ha modelado los pueblos indígenas de América
Latina.

La información procede de censos
nacionales y del trabajo de primera mano de 34
especialistas
, que analizan en cada capítulo la
información desde un punto de vista sociopolítico e histórico.

El material, impreso en dos
volúmenes, también consta de cinco capítulos sobre aspectos más
conceptuales y analíticos, como las lenguas indígenas
transnacionales, las poblaciones afrodescendientes y las variedades
locales del castellano y del portugués. Un DVD acompaña la
publicación con gráficos, estadísticas y mapas para facilitar su
divulgación en escuelas, medios de comunicación y organizaciones
indígenas de América Latina. El soporte digital también incluye un
resumen de la legislación relevante sobre temas indígenas, entre
los que destaca toda la normativa relacionada con el ámbito
educativo, dada la importancia de la Educación Intercultural
Bilingüe en los países de América Latina.

El jefe de la Unidad de Políticas
Intraculturales, Interculturales y Plurilingüismo del ministerio de
Educación de Bolivia y aymara del altiplano boliviano, Walter
Gutiérrez, asegura: “No teníamos ningún informe sobre el estado de
la situación de los pueblos indígenas, ni en el ámbito cultural,
educativo, lingüístico, económico, demográfico ni social”. Según
él, sin una “mirada amplia” sobre América Latina, resulta
“imposible planificar políticas integrales que protejan los
intereses indígenas”.

El Atlas, que se va a distribuir a
través de las oficinas de UNICEF en América Latina, se irá
actualizando año tras año para recoger los datos de los próximos
censos, ya que actualmente se están dando fuertes procesos de
revitalización de la identidad indígena y puede haber bastantes
diferencias de un censo a otro.

Para la elaboración del Atlas,se han utilizado datos procedentes de censos y encuestas
nacionales oficiales elaboradas entre 2000 y 2008
. Aún
así, la información de los censos no siempre refleja la realidad
indígena de los países, es por ello, que la publicación insiste en
la necesidad de contar con información demográfica precisa que
ayude a visibilizar la población indígena de América Latina.

Los pueblos indígenas en
América Latina

En América Latina existen
actualmente 522 pueblos indígenas que van desde la Patagonia y la
Isla de Pascua hasta Oasisamérica en el norte de México, pasando
por distintas áreas geográficas como Chaco Ampliado, Amazonía,
Orinoquia, Andes, Llanura Costera del Pacífico, Caribe Continental,
Baja Centroamérica y Mesoamérica.

Por países, Brasil es el que
tiene más diversidad de pueblos indígenas con 241
, que
representan una población de 734.127 personas. Colombia, con 83
(1.392.623 habitantes) es el segundo país con más cantidad de
pueblos, seguido por México con 67 (9.504.184 personas) y por Perú,
que tiene 43 pueblos distintos que representan 3.919.314
habitantes.

En el otro extremo, se encuentraEl Salvador, que tiene 3 pueblos indígenas (13.310
personas), Belice con 4 (38.562 habitantes) y Surinam con 5 (6.601
personas). En el caso del Caribe insular, como Antigua y Barbuda,
Trinidad y Tobago, Dominica y Santa Lucía, hay pocos datos sobre la
supervivencia de pueblos nativos, pero existen reivindicaciones de
identidad indígena en el ámbito local.

Por otra parte, Bolivia,
Guatemala y Belice destacan por ser los países donde los indígenas
representan porcentajes más altos sobre la población
total
, con el 66,2%, el 39,9% y el 16,6% respectivamente.
En cambio, países como El Salvador, Brasil, Argentina, Costa Rica,
Paraguay y Venezuela registran un bajo porcentaje de población
indígena (entre 0,2% y 2,3%). No obstante, en la mayoría de países
latinoamericanos la población indígena va del 3% al 10% del total
de ciudadanos.

México, Bolivia, Guatemala,
Perú y Colombia reúnen al 87% de indígenas de América Latina y el
Caribe
, con una población que se sitúa entre un máximo de
9.500.000 (México) y un mínimo de 1.300.000 habitantes (Colombia).
El restante 13% de población indígena reside en 20 Estados
distintos.

Destacan cinco pueblos indígenas que
superan los millones de personas como los Quechua, Nahua,
Aymara, Maya yucateco y Ki’che’
. Seis pueblos, los
Mapuche, Maya qeqchí, Kaqchikel, Mam, Mixteco y Otomí, tienen
poblaciones entre medio y un millón de habitantes.

Según los censos oficiales
elaborados entre 2000 y 2008, el total de población
indígena identificada en América Latina es de 28.858.580, mientras
que en Latinoamérica habitan 479.824.248 personas
. Esto
supone un porcentaje de población indígena identificada del
6,01%.
No obstante, la publicación destaca que la cifra de población
indígena de América Latina se suele fijar en el 10% del total de
habitantes, según estimaciones elaboradas en 2004 por el

Programa de Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD), lo que hace patente la necesidad de contar con
información demográfica y censal actualizada sobre los pueblos
indígenas. De esta manera, se podrían implementar mejores políticas
públicas y llevar a cabo una distribución más equitativa de los
recursos del Estado.

Las categorías de los censos y las
preguntas que se utilizan para registrar la población indígena son
muy dispares, por lo que es necesario unificar criterios para tener
cifras comparables alrededor de América Latina. Las cuestiones van
desde la autoidentificación con
una etnia indígena hasta la lengua hablada, la lengua materna o el
“color o raza”. En algunos países se reconoce en los censos a las
personas que “creen tener ascendencia” indígena, aunque no esté
registrada población indígena alguna.

Cabe destacar el caso de Ecuador por
la enorme disparidad existente entre las cifras oficiales y las
propias estimaciones indígenas. Según el censo de 2001, siguiendo
el criterio “lengua” en el país habría 582.542 indígenas y con el
criterio “autoidentificación” 834.418, lo que daría un 4,3% y un
6,8% sobre la población total respectivamente. Pero la
Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE)
aseguró en 2006 que en el país el 33,3% de la población era
indígena.

En este sentido, el Atlas quiere
contribuir a que los Estados reflexionen sobre la importancia de
mejorar los censos para prestar a los indígenas la atención debida
y evitar la subrepresentación que a menudo sufren.

UNICEF trabaja junto con otros
organismos de Naciones Unidas para incrementar la calidad de la
información que se recoge en los censos, para ello se han realizado
reuniones con los institutos nacionales de estadística de América
Latina, y se ha logrado que los países que no tenían insertada la
pregunta de origen étnico la incorporaran en la próxima ronda de
censos que empieza este año, encabezada por Argentina, Cuba, Perú,
Ecuador y México.

Las lenguas indígenas en
América Latina

Los pueblos indígenas de la región
hablan 420 lenguas distintas, de las cuales 103
(el 24,5%) son idiomas transfronterizos que se utilizan en dos o
más países. El quechua destaca especialmente ya que se habla en
siete países distintos: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia,
Chile, Ecuador y Perú. Además, 108 pueblos indígenas son también
transfronterizos en América Latina, lo que estimula a pensar por
encima de las fronteras nacionales.

Aún así, la cantidad de lenguas no
es una de las características principales de los pueblos indígenas
en América Latina, ya que, por ejemplo, en África hay actualmente
cerca de 2.000 lenguas, en Asia del Sur unas 1.500 y en Nueva
Guinea cerca de 1.000.

Lo que hace a la región única es que
tiene la mayor riqueza del mundo en familias lingüísticas. En el
Atlas se registran 99 familias, mientras que en las zonas
mencionadas anteriormente sólo existen entre 10 y 27. En América
Latina la familia lingüística más extendida de todas es la Arawak,
que va desde Centroamérica hasta la Amazonía, está presente en diez
países y de ella proceden más de 40 lenguas distintas.

Según el Atlas sociolingüístico de
pueblos indígenas en América Latina, casi una quinta parte de los
pueblos ha dejado de hablar su lengua indígena. En concreto, 44
pueblos utilizan como único idioma el castellano y 55 emplean
solamente el portugués.

“Es muy revelador que la mayor
pérdida lingüística tenga lugar en las áreas de primer contacto con
los colonizadores (costa noreste de Brasil, Andes norte de
Colombia) y donde se originaron las relaciones más tempranas entre
indígenas y Estados”, según apunta en la introducción la
coordinadora del Atlas, Inge Sichra, de la Fundación para la
Educación en Contextos de Multilingüismo y Pluriculturalidad
FUNPROEIB Andes.

El Atlas también registra 21 lenguas
indígenas de las que se desconoce si hoy en día se utilizan aún o
son sólo objeto de documentación y como tal aparecen en alguna
lista de referencia indígena. Del total de lenguas amerindias que
se hablan en la región, el 26% se encuentra en serio riesgo de
desaparición. En algunas áreas la situación es ya irreversible,
como en el Caribe Insular, donde las escasas lenguas que se
conservan están prácticamente extinguidas.

Las áreas geoculturales más
afectadas por el desplazamiento idiomático causado por las
estructuras sociales, económicas y educativas son Patagonia, Baja
Centroamérica, Orinoquía y el Caribe Continental, donde la pérdida
supera el promedio de la región al situarse entre el 33,3% y 80%.
Por el contrario, una de las áreas aparentemente menos afectadas
por la pérdida del idioma es Mesoamérica.

Datos rápidos

  • Se calcula que el 10% de la
    población de América Latina es indígena.
  • En América Latina hay 522 pueblos
    indígenas que hablan 420 lenguas distintas.
  • 108 pueblos indígenas son
    transfronterizos.
  • La mayoría de países
    latinoamericanos tienen una población indígena que va del 3% al 10%
    del total.
  • En Latinoamérica hay 103 lenguas
    transfronterizas, que se hablan en dos o más países.
  • América Latina tiene la mayor
    riqueza del mundo en familias lingüísticas con casi 100.
  • 44 pueblos indígenas usan hoy en
    día el castellano como único idioma y 55 emplean solamente el
    portugués.
  • El 26% de las lenguas indígenas de
    la región se encuentra en peligro de extinción.
  • Los censos de población recogen la
    información indígena con cuestiones como la autoidentificación, la
    lengua hablada, la lengua materna o el “color o raza”.
  • México, Bolivia, Guatemala, Perú y
    Colombia reúnen al 87% de indígenas de América Latina y el
    Caribe.
  • Se estima que en México hay 9,5
    millones de indígenas, según el censo de población del año
    2000.
  • Brasil es el país con más
    diversidad de pueblos indígenas con 241 pueblos que hablan 188
    lenguas.
  • El porcentaje de población indígena
    en Bolivia es del 66,2%, según el censo del país elaborado en
    2001.
  • El quechua se habla en siete
    países: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile,Ecuador y
    Perú.
  • Argentina tiene 29 pueblos
    indígenas diferentes.
  • En Lima y Buenos Aires se habla
    aymara y quechua.
  • Más del 70% de la población mapuche
    habita en ciudades y centros poblados de Chile y Argentina.
  • Los hablantes de nahuatl están
    impulsando la educación en su lengua en México D.F.
  • Los afroindígenas garífunas
    mantienen vivo el uso de su lengua en comunidades y ciudades de
    Belice, Guatemala, Honduras y Nicaragua.

“Una radiografía lingüística
y cultural para Latinoamérica”

Walter Gutiérrez es Jefe de la
Unidad de Políticas Intraculturales, Interculturales y
Plurilingüismo del ministerio de Educación de Bolivia y considera
que el Atlas es “una radiografía lingüística y cultural para
Latinoamérica”.

Aymara del altiplano boliviano,
Gutiérrez explica que una publicación como el Atlas
sociolingüístico de pueblos indígenas en América Latina era una
reivindicación de los pueblos indígenas que habitan en
Latinoamérica.

“No teníamos ningún informe sobre el
estado de la situación de los pueblos indígenas, ni en el ámbito
cultural, educativo, lingüístico, económico, demográfico ni
social”, señala. Según él, sin una “mirada amplia” sobre América
Latina, resulta “imposible planificar políticas integrales que
protejan los intereses indígenas”. Por esta razón, califica el
Atlas como “un avance” y una “herramienta útil” para planificadores
y gobernantes.

Para el dirigente aymara, el Atlas
aclara la situación acerca de las lenguas y pueblos
transfronterizos, ya que no se disponía de un dato exacto sobre
cuántos eran y cuál era su presencia. “No teníamos información
acerca de las lenguas mayoritarias en América Latina y de las que
están en peligro de extinción. Los gobernantes tienen que tomar
parte en el asunto para salvar estas lenguas indígenas en riesgo”,
explica. A juicio de Gutiérrez, también es una herramienta útil
para la implementación de la Educación Intercultural Bilingüe (EIB)
en la región.

En cuanto a los censos de población,
Gutiérrez afirma que el Atlas también “ubica” el panorama
latinoamericano, ya que las preguntas censales sobre origen étnico
“han sido muy ambiguas” y hacerlas de forma “más concreta”
permitirá “establecer el estado real de la demografía”.

“En las 420 lenguas que están siendo
habladas en América Latina está depositado el saber, los
conocimientos, la historia, la cosmovisión y los valores de los
pueblos indígenas. Si permitimos que nuestras lenguas mueran,
permitimos también que desaparezcan nuestros conocimientos y
sabiduría”, enfatiza Gutiérrez.

Colombia y su gran
diversidad de lenguas indígenas

Tulio Rojas Curieux, lingüista y
profesor del departamento de Antropología de la Facultad de
Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad del Cauca (Colombia),
es uno de los investigadores del Atlas, además de ser miembro del
equipo asesor de la publicación.

La Universidad del Cauca ha estado
en contacto permanente con las personas de la región de la costa
pacífica con el fin de conocer de cerca la realidad educativa y
poder adelantar labores relativas a la etnoeducación o Educación
Intercultural Bilingüe (EIB), como es conocida en otros países.

“Sobre Colombia, una de las cosas
que hay que resaltar es la diversidad de lenguas que tiene el país,
con más de 80 lenguas, unas agrupadas en familias lingüísticas y
otras que no han podido serlo, y las 13 familias lingüísticas
existentes, algunas procedentes del Norte y otras del Sur del
continente”, señala el profesor Rojas. Según él, hay lenguas de
familias lingüísticas de los pueblos indígenas colombianos que
probablemente tienen su origen en Centroamérica (Familia Chibcha),
mientras que otras provienen de otras partes de América del Sur
(Familia Quechua, Familia Arawak, Familia Caribe).

También asegura que la población
indígena no tiene el mismo peso en todo el país, ya que los pueblos
indígenas están fuera del polígono, que une las principales
ciudades colombianas (Barranquilla, Medellín, Cali, Neiva, Bogotá,
Bucaramanga). Eso se evidencia en el hecho de que en algunos
departamentos la población indígena represente hasta el 95% de la
población y en otros sólo el 1%. “Esto nos da un país
suficientemente diverso, al que es necesario prestarle más
atención”, añade.

En cuanto al conocimiento de la
opinión pública acerca de esta diversidad, afirma que “no es fácil
pasar de una situación de menosprecio cultural, social y político a
un reconocimiento”. Aún así, destaca que poco a poco se ha avanzado
en la materia pero que aún es necesario “actuar de forma
mancomunada entre autoridades e instituciones del Estado y la
sociedad”.

El Atlas sociolingüístico de pueblos
indígenas en América Latina “se tiene que convertir en un
instrumento de referencia, no solamente para el Estado y sus
funcionarios, sino para académicos, investigadores y para cualquier
persona vinculada o confrontada con las realidades indígenas”. “En
tanto que documento de referencia, va a estar al alcance de los
miembros de las organizaciones indígenas, comunidad educativa y
sociedad en general. Además, permitirá ampliar la red de
conocimiento muy fácilmente, no sólo en beneficio de las sociedades
indígenas, sino para el progreso de todo el país”, agrega.

La Educación Intercultural
Bilingüe

“Comprender dos mundos diferentes y
complementarios a la vez”

Ramber Molina, boliviano de 25 años,
pertenece al pueblo indígena Quechua de Raqaypampa (Chuwi’s). De
primero a octavo grado de Primaria, cursó sus estudios con el
sistema de Educación Intercultural Bilingüe (EIB), mediante el
Programa de Formación Intercultural Bilingüe para los Países
Andinos (PROEIB Andes).

La EIB es un concepto que nació a
mediados de los 70, y con más fuerza en los 80, tras detectar la
necesidad de ir más allá del “bilingüismo” y modificar los planes y
programas de estudio para que incluyeran saberes, conocimientos y
valores tradicionales de los pueblos indígenas. Con esta modalidad
se pretende, de un lado, responder a las necesidades básicas de
aprendizaje y, de otro, acercar aún más la escuela a la comunidad
indígena. Es por esto que la educación en áreas indígenas se fue
convirtiendo en algo más que una educación bilingüe y comenzó a
denominarse educación bilingüe intercultural o educación
intercultural bilingüe.

“No es lo mismo aprender en nuestra
lengua materna, con la que indagamos aspectos importantes y
significativos de nuestras vivencias, de nuestra filosofía y
nuestra vida misma, que en castellano”, asegura Ramber.

A este estudiante de Derecho, de
pequeño le llamaba muchísimo la atención que en la escuela tuvieran
que trabajar con textos que habían llegado en el idioma materno, el
quechua, ya que su contenido hablaba de las realidades que sucedían
en el campo y en su vida cuotidiana. “A medida de mi formación, me
iba dando cuenta de que la forma más fácil y rápida de aprender los
valores y conocimientos, no era necesariamente memorizando
lecciones, sino a partir de simples ejemplos dinámicos, como
nuestras vivencias reales en el campo”, añade.

Ramber explica que adquirir
conocimientos era mucho más fácil y práctico en el idioma materno,
complementario al idioma castellano. Todas las operaciones
prácticas que los alumnos realizaban en quechua, después tenían que
traducirlas al español, por lo que era “una
cuestión importante dominar el alfabeto español”. Cuando en la
escuela llegaban cuentos en castellano, a los alumnos de la escuela
de Ramber les costaba aprender el significado de los contenidos
porque reflejaban otras formas de comprender la vida. “Algunos
profesores nos preguntaban cómo era posible que no nos gustaran los
cuentos en castellano (…), dando a entender que éramos poco
inteligentes”, asegura.

“Pero yo entiendo que esto no es un
problema que tiene que ver con la capacidad intelectual, se trata
básicamente de un problema intercultural. Esto es una dificultad
que se presenta no como un problema, sino como una realidad en el
proceso de interculturalidad ya que cada pueblo y sus habitantes
tienen distintas formas de comunicación, costumbres, lenguas y
vidas diferentes”.

Cuando Ramber acabó Primaria,
ingresó en el colegio secundario Pedro Ignacio de Rivera, en la
capital de la provincia de Mizque, en el departamento de Cochabamba
(Bolivia). Allí, que ya no se impartía la EIB, le sorprendió que
los alumnos tuvieran poco interés por los temas que el profesor les
enseñaba porque “tal vez se trataba de un problema intercultural,
ya que en el colegio aprenden cosas ajenas a su realidad, y si
aprenden, aprenden pero de memoria”.

La EIB le ha permitido a Ramber
“comprender dos mundos diferentes y complementarios a la vez”.
También le ha dado la oportunidad de construirse una identidad que,
según él, ”puede ser reconocida ya que uno, como parte de la
sociedad, demuestra lo que en realidad es y mantiene los valores y
raíces culturales”.

Aún así, aunque valora muy
positivamente el aprendizaje con EIB, asegura que debería ser
práctico y no sólo teórico. “A mi me enseñaron en teoría que era
una computadora, pero cuando llegué al a ciudad no sabía como
trabajar con ella”, explica.

Ahora, con 25 años, asegura que
enviaría a sus hijos a una escuela donde se impartiera la Educación
Intercultural Bilingüe: “es más, si tuviera que estar viviendo en
la ciudad toda mi vida, enseñaría a mis hijos a hablar en dos
idiomas desde su infancia, para que de esa manera no tengan
problemas cuando sean mayores”.
 

Responsables del
Atlas

UNICEF

La Oficina Regional para América
Latina y el Caribe lleva más de 20 años trabajando el tema
indígena, como parte del mandato de UNICEF de reducción de las
disparidades y de la inequidad, Con esta publicación, UNICEF quiere
dar a conocer un poco más la cultura de los pueblos indígenas para
contribuir a acabar con la correlación que existe hoy en día entre
pobreza e indígenas.

UNICEF trabaja sobre el terreno en
más de 150 países y territorios para ayudar a garantizar a los
niños y las niñas el derecho a sobrevivir y a desarrollarse desde
la primera infancia hasta la adolescencia. UNICEF es el mayor
proveedor de vacunas para los países en desarrollo, trabaja para
mejorar la salud y la nutrición de la infancia; el abastecimiento
de agua y saneamiento de calidad; la educación básica de calidad y
la protección de los niños y las niñas contra la violencia, la
explotación y el VIH/SIDA. UNICEF está financiado en su totalidad
por las contribuciones voluntarias de individuos, empresas,
fundaciones y gobiernos.

AECID

La Agencia Española de Cooperación
Internacional para el Desarrollo (AECID) tiene como objetivos el
fomento, la gestión y la ejecución de políticas públicas de
cooperación internacional dirigidas a la lucha contra la pobreza y
a la consecución de un desarrollo humano sostenible en los países
en desarrollo.

AECID contribuye desde 2006 con
UNICEF en el marco del Programa Regional sobre Derechos de la Niñez
y Adolescencia Indígena en América Latina. Con la publicación del
III Plan Director de la Cooperación Española para el periodo 2009 –
2012, la AECID consolida una
política de cooperación con los pueblos indígenas que se remonta a
la década de los 90, al definirla como una de sus prioridades
multisectoriales. Entre sus objetivos específicos destacan el apoyo
a la participación plena y efectiva de los pueblos indígenas para
el reconocimiento y ejercicio efectivo de sus derechos; el soporte
al desarrollo de capacidades y empoderamiento de los hombres y
mujeres indígenas; el respaldo en la protección y control de sus
territorios, medio ambiente, cultura y patrimonio; o el apoyo al
desarrollo y fortalecimiento de sistemas económicos definidos por
los propios pueblos indígenas

FUNPROEIB Andes

La Fundación para la Educación en
Contextos de Multilingüismo y Pluriculturalidad FUNPROEIB Andes ha
coordinado las investigaciones de los expertos desde su sede en
Cochabamba (Bolivia). Una red de 34 especialistas en lingüística y
antropología procedentes de 14 países de América Latina, además de
Estados Unidos, Holanda y Francia, ha recogido el estado actual de
los pueblos y lenguas indígenas con sus propias investigaciones y
con publicaciones ya existentes.

FUNPROEIB Andes es una organización
civil internacional creada en 2006 que tiene como finalidad
implementar proyectos socioeducativos que beneficien a pueblos y
organizaciones indígenas y mejoren su calidad de vida a través del
desarrollo humano y del ejercicio de sus derechos ciudadanos. La
Fundación también desarrolla proyectos de promoción de la educación
intercultural bilingüe y la formación de recursos humanos
indígenas.

Inge Sichra, Coordinadora y
Editora del Atlas

Sociolingüista austríaca con
doctorado en la Universidad de Viena sobre la “Vitalidad del
quechua” en dos provincias de Cochabamba
(Bolivia). En 1986 dirigió en la organización no gubernamental
Centro de Comunicación y Desarrollo Andino (CENDA) el área de
educación trabajando en programas de lectura y escritura en quechua
para adultos y niños de Raqaypampa (Bolivia).

Entre 1996 y 2007 fue asesora del
Programa de Formación en Educación Intercultural Bilingüe (PROEIB
Andes) para los Países Andinos, auspiciado por la Cooperación
Técnica Alemana (GTZ) en la Universidad Mayor de San Simón en
Cochabamba.

También coordina dos maestrías en el
PROEIB Andes, donde además es docente del área de lenguaje. Está a
cargo de la línea de investigación Interculturalidad y bilingüismo
en áreas urbanas. Ha dado cursos de capacitación docente para
ministerios de Educación y organizaciones indígenas en Argentina,
Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Venezuela.

Luis Enrique López, autor
del Atlas y miembro del equipo asesor

Sociolingüista y educador peruano
especializado en educación intercultural bilingüe (EIB). Asesoró al
gobierno de Bolivia para llevar a cabo su reforma educativa entre
1992 y 1995. Dirigió el Programa de Formación en Educación
Intercultural Bilingüe para los Países Andinos (PROEIB Andes),
entre 1996 y 2007. Actualmente trabaja con la Cooperación Técnica
Alemana (GTZ) en Guatemala, donde dirige el Programa de Apoyo a la
Calidad Educativa que apoya al Ministerio de Educación de Guatemala
en la implementación de sus políticas de mejora de la calidad de la
educación.

López ha impartido clases y
conferencias en universidades de Perú, Bolivia, Ecuador, Guatemala,
Nicaragua y Estados Unidos, y se ha especializado en el diseño,
desarrollo, aplicación y evaluación de programas educativos
indígenas en contextos de plurilingüismo y multiculturalidad. Entre
1998 y 2001 fue miembro del Comité Científico del Estudio Mundial
de la Situación de las Lenguas del Mundo de UNESCO y entre 2006 y
2009 del grupo de expertos internacionales invitados para la
elaboración del Informe Mundial sobre Diversidad Cultural (UNESCO).
Actualmente, forma parte del Comité Científico del Programa
Linguamon, la Casa de las Lenguas, de la Generalitat de
Catalunya.

Autor y editor de numerosos libros y
artículos sobre su especialidad, tales como: Interculturalidad,
educación y ciudadanía. Perspectivas latinoamericanas (La Paz,
2009) o Alfabetización e interculturalidad. Miradas desde América
Latina (Guatemala, 2008).

Tulio Rojas Curieux, autor
del Atlas y miembro del equipo asesor

Rojas es lingüista y profesor del
departamento de Antropología de la Facultad de Ciencias Humanas y
Sociales de la Universidad del
Cauca (Colombia) desde el 2001.

Está doctorado en Lingüística
Teórica, Formal y Automática en la Universidad de París 7 y tiene
un Diploma de Estudios en Profundidad (DEA) de Lingüística Teórica
y Formal de la misma universidad.

En 2009 fue ganador de la
convocatoria Beca nacional de Investigación en Lenguas Indígenas
del Programa Nacional de Estímulos del Ministerio de Cultura de
Colombia, por el proyecto Pensamiento y cosmovisión en el habla
nasa yuwe del resguardo nasa de Novirao, desarrollado junto a los
profesores Martha Corrales Carvajal y Adonías Perdomo Dizú.

Desde 2009 hasta 2011 está encargado
de la investigación del proyecto Construcción de identidad indígena
y recuperación crítica de la lengua y de la historia entre los nasa
y kamsá, financiado por la Vicerrectoría de Investigaciones VRI
Universidad del Cauca, desarrollado con el profesor Guido Barona
Becerra.

El profesor Rojas ha publicado los
libros Falacias del pluralismo jurídico y cultural en Colombia.
Ensayo crítico (Popayán, 2007), coautoría con Guido Barona Becerra.
También es autor de En la reflexión sobre lo oral y lo escrito:
Educación escolar y práctica en pueblos indígenas, (Popayán, 2005),
La lengua páez: una visión de su gramática (1998) y ha publicado
sus escritos en capítulos de libros y revistas nacionales,
internacionales y periódicos.

Anna Lucía d’Emilio, Asesora
Regional de UNICEF en Educación y Poblaciones Excluidas para
América Latina y el Caribe

D’Emilio es antropóloga y socióloga
y ha llevado a cabo investigaciones etnográficas con el pueblo
indígena Candoshi, en la cuenca del
amazonas peruano, donde trabajó durante tres años con la ONG
italiana Terra Nuova.

También ha sido Experta asociada en
la Oficina Regional de Educación de la UNESCO para América Latina y
el Caribe en Santiago de Chile, donde estuvo tres años, promoviendo
eventos y actividades de tipo subregional y regional sobre
educación intercultural bilingüe.

A partir de 1988, estuvo en Bolivia
con UNICEF como Jefa del Programa de educación, directamente
involucrada en el diseño e implementación del proyecto de Educación
Intercultural Bilingüe con los pueblos Guaraní, Quechua y Aymara.
Tras nueve años en Bolivia, dirigió el programa de Educación de
UNICEF en Camboya y después en Kosovo. En el 2001 volvió a la
región y ocupó el cargo de representante de UNICEF en la República
Bolivariana de Venezuela hasta finales de 2006.

Actualmente, ocupa el cargo de
Asesora Regional de Educación y Responsable de Programas con
población indígena y afrodescendiente para América Latina y el
Caribe. Es miembro del Grupo Interagencial de Apoyo al Foro
Permanente de las Naciones Unidas sobre Asuntos Indígenas.

Ha escrito numerosos artículos sobre
educación y población indígena.

Leticia Casañ Jensen,
Coordinadora de actividades del Programa Indígena de la
AECID

Licenciada en Derecho por la
Universitat Jaume I de Castellón y Master en Cooperación
Internacional y Gestión de Proyectos en el Instituto Universitario
Ortega y Gasset en Madrid. En la actualidad estudia Ciencias
Políticas y de la Administración en la Universitat Oberta de
Catalunya.

Ha trabajado en el Centro de
Investigación para la Paz, durante el periodo 2005-2006, en
diversos proyectos sobre género y justicia internacional, medios de
comunicación y educación para el desarrollo y prevención de
conflictos.

Desde el 2006 trabaja en la Agencia
Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID),
estando durante 2007 en el Centro de Formación de la Cooperación
Española en Antigua (Guatemala) donde desarrolló labores de técnica
del Programa Iberoamericano de Formación Técnica Especializada.

Desde noviembre de 2007, coordina
las actividades del Programa Indígena de la AECID, actividad que
compatibiliza con la investigación en el Centro de Educación e
Investigación para la Paz (CEIPAZ), en materia de desarrollo y
justicia internacional.

Myrna Cunningham,
colaboradora del Atlas

Myrna Cunningham es licenciada en
Medicina y Cirugía General por la Universidad Nacional Autónoma de
Nicaragua y tiene una maestría en Salud Pública por el Centro de
Investigaciones y Estudios de la Salud (CIES – UNAN) de
Managua.

Actualmente es Presidenta del Centro
para la Autonomía y el Desarrollo de los Pueblos Indígenas y
asesora de las Comisiones de Educación de los Consejos Regionales
Autónomos del Atlántico Norte y Sur (RAAN y RAAS) de Nicaragua.

También fue fundadora de la Casa
Museo Judith Kain en Bilwi, Puerto Cabezas, un espacio para la
preservación, promoción y desarrollo artístico de los pueblos
indígenas y comunidades étnicas de las Regiones Autónomas de la
Costa Caribe de Nicaragua.

Myrna fue Ministra de Salud y
Gobernadora de la Región Atlántica Norte de Nicaragua, así como
Rectora de la Universidad de la Región Autónoma de la Costa
Caribeña de Nicaragua. En 2002, Myrna recibió el premio Heroína de
las Américas de la Organización Panamericana de la Salud.

 

Más información:

Eva Pedrol Medialdea,
Consultora de comunicación de UNICEF TACRO.
Oficina Regional para América Latina y el Caribe, Panamá.
(+507) 301 74 80 / (+507) 67 63 17 79,
eva.pedrol@gmail.com

Elda Guzmán Rodríguez,
Auxiliar de comunicaciones de AECID.
Centro de formación en Cartagena de Indias.
Embajada de España en Colombia.
(+575) 6640904
comunicaciones@aecidcf.org.co

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