Cada día 2.500 jóvenes contraen el VIH/SIDA

Una publicación de UNICEF, ONUSIDA, UNESCO, UNFPA, OIT, OMS y el Banco Mundial recopila, por primera vez, datos sobre el VIH/SIDA en adolescentes

Unos 2.500 jóvenes contraen diariamente el VIH/SIDA, según un informe mundial dado a conocer hoy. Pese a que la tasa general de prevalencia en los jóvenes ha disminuido levemente, las mujeres jóvenes y las adolescentes aún corren un riesgo desproporcionadamente alto de infección debido a su vulnerabilidad biológica, a la disparidad social y a la exclusión.

El informe Oportunidades en tiempos de crisis: evitar el
VIH/SIDA desde la primera adolescencia hasta el comienzo de la edad
adulta
presenta, por primera vez, datos sobre la infección por
VIH/SIDA entre los jóvenes y hace hincapié en los riesgos que
corren los adolescentes durante su transición a la edad adulta. El
informe, que es una publicación conjunta de UNICEF, ONUSIDA, la
UNESCO, UNFPA, la OIT, la OMS y el Banco Mundial, explica cuáles
son los factores que aumentan el riesgo de infección y se refiere a
las oportunidades de fortalecer los servicios de prevención y
desalentar las prácticas sociales perjudiciales.

“Para muchas personas jóvenes, la infección por VIH/SIDA
es el resultado de la negligencia, la exclusión y las violaciones
que tienen lugar con el conocimiento de las familias, las
comunidades y los dirigentes sociales y políticos», ha dicho
Anthony Lake, Director Ejecutivo de UNICEF. «En este informe se
exhorta a los líderes de todos los niveles a que creen una cadena
de prevención que mantenga a los adolescentes y jóvenes informados,
protegidos y saludables. UNICEF mantiene un firme compromiso con
esta causa. Debemos proteger a quienes viven la segunda década de
sus vidas, de manera que el VIH/SIDA no descarrile el paso de la
infancia a la edad adulta, que es una travesía particularmente
arriesgada en el caso de las niñas y mujeres jóvenes”.

Según el informe, el 41% de los nuevos afectados mayores
de 15 años en 2009, fueron personas de entre 15 y 24 años. Unos 5
millones de jóvenes de esas edades vivían con VIH/SIDA en el mundo
en 2009. En el sector de la población de entre 10 y 19 años de
edad, según los nuevos datos, hay unos 2 millones de adolescentes
que viven con VIH/SIDA. En su mayoría, se trata de personas que
viven en África subsahariana y son mujeres. Muy pocas de ellas
están al tanto de que han contraído el virus. A nivel mundial, más
de un 60% de las personas jóvenes que viven con VIH/SIDA son
mujeres. Esa tasa llega al 72% en el caso de África
subsahariana.

«El éxito logrado con respecto al aumento del acceso a los
medicamentos antirretrovirales significa que más personas jóvenes
con VIH/SIDA tienen tasas más altas de supervivencia, pero muchas
de ellas no están al tanto de su infección», apunta Margaret Chan,
Directora General de la Organización Mundial de la Salud. «La OMS
está comprometida a ayudar a aumentar el acceso de los adolescentes
a las pruebas del VIH/SIDA y a los servicios de orientación
psicológica, así como a garantizar que los servicios de salud den
respuesta a sus necesidades en materia de prevención, tratamiento,
atención y apoyo».

La primera adolescencia es una oportunidad para intervenir
antes de que la mayoría de los jóvenes comience a tener una vida
sexual activa y a acatar normas sociales y de género perjudiciales
que agraven el peligro de infección de VIH/SIDA. Las comunidades,
los dirigentes y los jóvenes pueden desempeñar papeles muy
importantes con respecto a la modificación de los comportamientos
que ponen en peligro a los jóvenes y atentan contra el
establecimiento de ámbitos en los que puedan progresar. En la
región meridional de África, por ejemplo, donde se registran altas
tasas de infección en los sectores de la población de edades más
avanzadas, está en aumento la transmisión del VIH entre los
jóvenes, especialmente el contagio de las mujeres jóvenes, debido a
las relaciones sexuales con varias parejas, así como a las
relaciones sexuales entre personas de edades muy diferentes. Sin
embargo, es posible lograr avances. Varias iniciativas comunitarias
orientadas a modificar esas normas y comportamientos han tenido
éxito en diversas comunidades de Tanzania, donde la imagen de un
hombre tratando de mantener relaciones sexuales con niñas y mujeres
jóvenes se ha convertido en objeto de ridículo.

«Como el informe indica, son demasiadas las adolescentes
que se quedan embarazadas cuando aún no están preparadas para ello
y tienen hijos siendo aún niñas», ha señalado Babatunde Osotimehin,
Director Ejecutivo de UNFPA. «De esa manera, corre peligro la salud
tanto de las madres como de sus hijos y se reducen las
oportunidades y posibilidades de esas adolescentes. Para lograr los
Objetivos de Desarrollo del Milenio es absolutamente imprescindible
aumentar el acceso a la educación sexual integral y a los servicios
integrados de salud reproductiva, entre los que deben figurar los
de planificación familiar y la distribución de preservativos
masculinos y femeninos. Existen pruebas convincentes de que el
suministro de información y la prestación de servicios de salud
sexual y reproductiva no traen aparejado un aumento de la
frecuencia de las relaciones sexuales ni la adopción de
comportamientos de riesgo, sino que dejan un saldo de menos
embarazos no deseados, menos infecciones de VIH/SIDA y una mejora
general de la salud».

Algunos comportamientos de alto riesgo, como la iniciación
sexual precoz, el embarazo adolescente y el consumo de drogas,
constituyen claros síntomas de que algo no funciona en los entornos
de los adolescentes, y estos síntomas pueden guardar relación con
la violencia, la explotación, el abuso o el abandono. Pero los
sistemas de protección social que tienen en cuenta los aspectos
relacionados con el VIH/SIDA pueden brindar ayuda financiera a las
familias vulnerables, aumentar el grado de acceso a los servicios
sociales y de salud, y garantizar la prestación de servicios a los
jóvenes marginados.

“El mundo necesita, de manera urgente, nuevas estrategias
de prevención del VIH/SIDA”, afirma Mahmoud Mohieldin, Director
General del Banco Mundial. “Por cada dos personas que obtienen
tratamiento contra el VIH/SIDA que amenaza sus vidas, otras cinco
se infectan con el VIH, lo que coloca en situaciones imposibles a
muchos países pobres y a las comunidades que los integran. Las
estrategias de prevención que se han implementado hasta ahora han
tenido éxitos limitados, por lo que debemos buscar enfoques nuevos
y originales para revertir el avance de la epidemia del VIH/SIDA.
Esas estrategias deben satisfacer las necesidades básicas de la
población en materia de educación, seguridad económica, inclusión,
dignidad y derechos humanos. Esos son temas de fundamental
importancia cuando se trata de la salud y el bienestar de los
adolescentes, las madres y sus hijos, además de los sectores de la
población que sufren marginación social”.

Los familiares de los jóvenes, sus maestros y profesores,
y los líderes de sus comunidades pueden desempeñar un papel
importante en lo que respecta a establecer hábitos de
comportamiento responsable y abogar por que se preste a los jóvenes
todos los servicios que requieren para mantenerse saludables. En
realidad, para reducir los niveles de incidencia del VIH/SIDA no es
suficiente una sola intervención sino un proceso constante de
prevención que contemple el suministro de información y apoyo, y la
prestación de servicios durante toda la vida. Sin embargo, muchos
adolescentes no cuentan con acceso a la información, los elementos
y los servicios de exámenes médicos básicos y de prevención del
VIH/SIDA.

“Es necesario que los jóvenes dispongan de acceso a
conocimientos y servicios integrales, a fin de que puedan tomar
decisiones seguras sobre su salud y sus relaciones», manifestó
Irina Bokova, Directora General de la UNESCO. “Estamos plenamente
comprometidos con esos esfuerzos, poniéndonos al frente del impulso
basado en las pruebas para ampliar las actividades de educación
sobre la sexualidad y brindando apoyo a los jóvenes con sus
necesidades durante su transición desde la primera adolescencia a
la edad adulta. Debemos colaborar para garantizar que todos los
jóvenes, y especialmente las niñas y los integrantes de los
sectores más vulnerables de la población, reciban la educación, el
apoyo y la protección que necesitan para prevenir el VIH/SIDA y
fomentar su bienestar general».

Muchos jóvenes de todo el mundo, forzados por las
dificultades económicas, la explotación, la exclusión social y la
carencia de apoyo familiar, recurren a la comercialización sexual o
al uso ilícito de drogas inyectables. En esos casos, se exponen a
un riesgo extremadamente elevado de infección, además de a la
discriminación y el estigma general que conllevan esos
comportamientos. Esos mismos jóvenes suelen carecer de acceso a los
servicios de prevención y protección del VIH/SIDA. Para que las
respuestas nacionales contra el VIH sean eficaces, los gobiernos
deben dar respuesta a los problemas subyacentes de la pobreza, la
exclusión y la disparidad de género que amenazan la salud de las
generaciones futuras. El criterio de equidad como punto de
referencia para la prestación de ésas y otras formas de ayuda
posibilita que los sectores de la población a los que resulta más
difícil prestar servicios no estén los últimos de la fila, y que
puedan disponer de servicios y hacer uso de ellos.

“Casi uno de cada dos nuevos casos de infección de adultos
por VIH/SIDA afecta a una persona de 15 a 24 años de edad. El
Código de Prácticas sobre el VIH y el SIDA y el Mundo del Trabajo
de la OIT recomienda que las políticas y programas nacionales
referidos al VIH/SIDA presten especial atención a los jóvenes y
subraya la importancia de los sistemas de educación y capacitación,
y los programas y servicios de empleo juvenil, por tratarse de
medios fundamentales para la difusión plena de la información sobre
el VIH/SIDA «, indicó Juan Somavia, Director General de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT). “Sobre los jóvenes ya
recae una proporción exagerada de la carga del desempleo, el
subempleo y la pobreza, y su situación se agrava más aún debido a
la recesión mundial. Debemos capacitar a los jóvenes para que
puedan desarrollar plenamente todo su potencial, porque una
juventud vigorosa significa comunidades, sociedades y economías
vigorosas”.

Como señala el informe Oportunidades en tiempos de crisis:
evitar el VIH/SIDA desde la primera adolescencia hasta el comienzo
de la edad adulta, en todos los contextos de epidemias se presentan
oportunidades de emplear estrategias de prevención de eficacia
comprobada. En los países que sufren epidemias generalizadas
existen oportunidades de aumentar las actitudes y comportamientos
saludables, de garantizar un mayor grado de equidad entre los
géneros y de lograr que la protección se convierta en la nueva
norma aceptada. En África subsahariana, por ejemplo, las mismas
normas sociales que toleran la violencia doméstica impiden que las
mujeres rechacen las insinuaciones sexuales no deseadas, requieran
la adopción de medidas de protección en sus relaciones sexuales o
critiquen la infidelidad de sus parejas, circunstancias que ponen
en peligro la meta de liberar a la próxima generación de la amenaza
del VIH/SIDA. En los países con epidemias concentradas y de bajo
nivel, en los que las infecciones por VIH/SIDA se deben
principalmente al consumo ilícito de drogas inyectables y a la
explotación sexual, existen oportunidades de reformar las pautas
jurídicas y sociales que agravan la vulnerabilidad y de potenciar a
los jóvenes mediante la información y la prestación de servicios de
prevención y de atención de la salud.

“Los jóvenes no son sólo los dirigentes del mañana sino
los líderes del presente», explicó Michel Sidibé, Director
Ejecutivo de ONUSIDA. “Si potenciamos a las personas jóvenes, de
manera que puedan protegerse contra el VIH/SIDA, podrán conducirnos
a la conquista de una generación libre de de ese virus».

Nota para medios:

En  www.thenewsmarket.com/unicef  hay material
de video e imágenes de alta resolución a disposición de los
medios.

Más información:

Dailo Allí

Jefe de Prensa de UNICEF España, Tel: 609 160 051 / 91 378 95 55

E-mail: dailo.alli@unicef.es

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