UNICEF: las comunidades son la clave para poner fin a costumbres que perjudican a los niños

Hoy se conmemora el Día del Niño Africano 2013 con el lema “Eliminar las prácticas sociales y culturales nocivas que afectan a los niños: nuestra responsabilidad colectiva”

En el Día del Niño Africano, UNICEF se une a la Unión Africana para celebrar los esfuerzos de las comunidades africanas para promover un cambio social y poner fin a prácticas extremas que todos los años ponen en peligro las vidas y la salud de cientos de miles de niños y niñas.

Costumbres sociales y culturales nocivas como la mutilación
genital femenina y la identificación de niños como brujos, tienen
raíces profundas, pero persisten porque nadie suele ponerlas en
duda.

“Nada es tan poderoso como que la propia comunidad observe el
daño que está haciendo a sus propios hijos, y decida poner fin a
esa práctica de manera colectiva”, dijo Nicholas Alipui, Director
de Programas de UNICEF. “Las comunidades son fundamentales para la
salud y el bienestar de los niños y niñas africanos sometidos a
prácticas hostiles.”

La base de todos estos abusos es la inequidad. Algunas
tradiciones, como el matrimonio infantil, los llamados “crímenes de
honor”, el planchado de los senos y el infanticidio de niñas,
siguen siendo considerados como algo aceptable, a pesar de que se
encuentran entre los más perjudiciales. Otras tradiciones, como la
de los “niños y niñas brujos”, se utilizan a menudo como pretexto
para que un nuevo cónyuge expulse a los niños de la familia.

Los datos empíricos indican que involucrar a toda la comunidad
en torno al tema de la mutilación/ablación genital femenina genera
una mayor comprensión y el abandono de esta práctica nociva. Como
resultado de este enfoque, cada vez es menor el número de niñas que
son sometidas a esta práctica potencialmente mortal. Los datos
publicados en febrero de 2013 muestran que la ablación es cada vez
menos frecuente en general, y que las generaciones más jóvenes son
menos vulnerables a la práctica.

En los 29 países de África y Oriente Medio donde se concentra la
ablación, la práctica se ha reducido en un 36% como promedio entre
las niñas de 15 a 19 años, en comparación con aproximadamente un
53% entre las mujeres de 45 a 49 años de edad. El descenso es
particularmente importante en algunos países: en Kenia, por
ejemplo, las mujeres de 45 a 49 años tienen tres veces más
probabilidades de haber sufrido la práctica que las niñas de 15 a
19 años. UNICEF trabaja para prevenir las prácticas peligrosas
poniendo en marcha marcos jurídicos y códigos de conducta para
identificar y castigar a los culpables, y aprovechando el liderazgo
de las comunidades religiosas y de otro tipo para cambiar las
normas o las tensiones que perpetúan la violencia y llevan a que
los progenitores, los maestros o cuidadores disciplinen
violentamente a los niños.

UNICEF también apoya la formación de quienes trabajan en las
instituciones para que presten una atención adecuada a los niños
con discapacidad y los niños atrapados por la violencia.

En cualquier lugar donde las prácticas tradicionales,
habituales, sociales y/o religiosas causen daños o perjuicios a los
niños en cualquier forma, las comunidades deben trabajar para
abandonarlas en beneficio del bienestar físico, psicológico y
social del niño, y de su salud, su educación y su desarrollo en
general.

Se han escrito y aprobado numerosas declaraciones, manuales,
políticas, estudios, investigaciones e informes, incluyendo la
resolución 2012 de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre
la intensificación de los esfuerzos mundiales para la eliminación
de la mutilación genital femenina. Sin embargo, los estados y los
aliados de África deben demostrar una mayor voluntad política para
eliminar las prácticas sociales y culturales perjudiciales.

“Una vez que los individuos, y, posteriormente, toda la
comunidad, o una parte importante de ella, se dan cuenta de que se
encuentran mejor colectivamente si eliminan una práctica nociva,
los esfuerzos encaminados hacia la eliminación completa parecen
estar al alcance”, dijo Benyam Mezmur Dawit, Presidente del Comité
Africano de Expertos sobre los Derechos y el Bienestar del
Niño.

“Las familias africanas aman a sus hijos y quieren lo mejor para
ellos y, junto con la concienciación y la reforma de la ley, la
eliminación de prácticas nocivas se está convirtiendo en una
realidad cada vez mayor”, agregó. “Sin embargo, tenemos que
establecer leyes, políticas y programas que promuevan la
eliminación rápida, a gran escala y permanente de las prácticas
perjudiciales en una gran cantidad de comunidades de África.”

Las reformas legislativas y políticas nacionales deben
armonizarse con los instrumentos jurídicos regionales africanos
como la Carta Africana de los Derechos Humanos y de los Pueblos –en
particular el Protocolo sobre los Derechos de las Mujeres en
África– y la Carta Africana sobre los Derechos y el Bienestar del
Niño.

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Nota: El Día del Niño Africano conmemora una marcha de 1976 en
Soweto, Sudáfrica, en la que miles de escolares africanos salieron
a las calles para protestar por la escasa calidad de su educación y
para exigir su derecho a recibir enseñanza en su propio idioma.
Cientos de niños y niñas fueron abatidos, y en las dos semanas de
protestas que siguieron, más de cien personas murieron y más de un
millar resultaron heridas. Para honrar la memoria de los asesinados
y el valor de todos los que se manifestaron, el Día del Niño
Africano se celebra cada 16 de junio desde 1991, cuando la
Organización de la Unidad Africana inició la conmemoración por
primera vez. El día también llama la atención sobre las vidas de
niños africanos hoy en día.

Más información:

Dailo Allí, Jefe de Prensa de UNICEF España, Tel: 609 160 051 / dailo.alli@unicef.es

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