Más de 76.000 personas desplazadas por la crisis desde República Centroafricana hacia Chad
A medida que la crisis humanitaria en República Centroafricana (RCA) continúa extendiéndose a los países vecinos, UNICEF alerta de que más de 76.000 personas, la mayoría mujeres y niños, que huyen de la violencia en RCA hacia Chad necesitan con urgencia más ayuda.
«En los puntos a los que llegan los desplazados, ubicados a lo
largo de la frontera, he visto sobre todo madres y niños que lo
dejaron todo en República Centroafricana al huir por salvar sus
vidas», ha dicho Manuel Fontaine, Director Regional de UNICEF para
África Occidental y Central, de visita en Chad.
«Cada semana, nuestros equipos en el terreno continúan
viendo personas que cruzan la frontera hacia Chad. Muchos de ellos,
especialmente los niños, se han visto expuestos a formas horribles
de violencia» añadió Fontaine.
Durante los últimos dos meses, UNICEF ha desplegado más
personal médico y ha ampliado la distribución de suministros
vitales y refugios en los «centros de tránsito», donde llegan las
personas desplazadas, en colaboración con el Gobierno y otros
aliados, entre ellos la agencia de refugiados de la ONU (ACNUR), la
Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el Programa
Mundial de Alimentos, y varias organizaciones no
gubernamentales.
Un total de 30.000 personas desplazadas recibieron kits
básicos de agua e higiene de tamaño familiar así como suministros
médicos, y ahora tienen acceso a docenas de pozos de agua y 300
letrinas de emergencia construidas por UNICEF. En el sur de Chad,
más de 12.500 niños fueron vacunados en campañas de vacunación
masivas con el apoyo de UNICEF.
Hasta el momento, 1.062 niños han sido registrados como no
acompañados o separados de sus familias. Casi la mitad de ellos ya
se ha reunido con sus familiares. UNICEF está trabajando con las
autoridades y la OIM para garantizar atención inmediata, apoyo
psicosocial y protección para estos niños y niñas desplazados que,
a menudo, han pasado por una experiencia muy traumática en
República Centroafricana.
«Poner fin a la crisis en República Centroafricana es la
prioridad para mantener a todos a salvo», destacó Fontaine. «Las
enormes necesidades humanitarias en Chad se incrementarán en las
próximas semanas. La temporada de lluvias se acerca rápidamente, y
muchos campos de desplazados se encuentran en zonas expuestas a
enfermedades transmitidas por el agua y las recurrentes
inundaciones. Se debe prevenir el deterioro de la situación
humanitaria que puede acarrear el inicio de la temporada de
lluvias. Tenemos que estar listos no sólo para las nuevas llegadas,
sino también para hacer frente al cólera, el sarampión, la malaria,
la poliomielitis, las epidemias de meningitis y las
inundaciones.»
En un mes, el número de personas que cruza la frontera
desde República Centroafricana a Chad ha crecido más del doble.
Sin embargo, la falta de financiación está agotando la
capacidad de UNICEF y otras organizaciones de proporcionar
asistencia para salvar vidas y apoyar los esfuerzos de emergencia
puestos en marcha por las autoridades gubernamentales y los
organismos humanitarios. UNICEF ha recaudado sólo 2.000.000 de los
14 millones de dólares necesarios para satisfacer las necesidades
inmediatas.
Las organizaciones humanitarias en Chad estiman que se
necesitan 33.000.000 de dólares para proporcionar ayuda de
emergencia a unas 150.000 personas desplazadas en los próximos seis
meses.
Además de Chad, otros países vecinos como Camerún,
República Democrática del Congo, y en menor medida, República del
Congo, también están cada vez más afectados por el impacto de la
crisis humanitaria en República Centroafricana.
Nota para la redacción:
· También se
estima que en 2014, más de 500.000 niños menores de cinco años
sufrirán desnutrición aguda en la franja del Sahel, que cruza Chad,
incluyendo unos 126.000 niños menores de cinco años afectados por
desnutrición aguda grave en el Sahel.
· Las escasas
lluvias de 2013 afectaron significativamente la producción
agrícola, sobre todo en la franja del Sahel. Esto significa que la
temporada del hambre – de abril a septiembre – comenzará antes,
afectando, aproximadamente, a unos 2,3 millones de personas que se
encuentran en situación de inseguridad alimentaria.