Decenas de miles de niños huyen de la violencia en Burundi
Aproximadamente 100.000 personas, la gran mayoría mujeres y niños, han huido de los enfrentamientos violentos en Burundi a los países vecinos de los Grandes Lagos, incluyendo Tanzania, Ruanda y la República Democrática del Congo (RDC). Se espera que el número de refugiados vaya en aumento, ya que la situación en Burundi continúa siendo inestable.
«Muchos de los niños que llegan a las fronteras no gozan de
buena salud, no están acompañados o han sido separados de sus
familias” dijo Leila Gharagozloo-Pakkala, directora regional de
UNICEF para África Oriental y Meridional. «Ellos tienen una urgente
necesidad de servicios básicos de refugio, alimentación, salud y
protección».
– A Tanzania han llegado más de 70.000 refugiados, la mayor
parte actualmente se van reuniendo en el área de Kagunga, desde
donde poco a poco están siendo trasladados al campamento Nyarugusu
en barco y camiones.
– En Ruanda, la mayoría de los refugiados 26.000 procedentes de
Burundi están siendo alojados en el campamento Mahama.
– La República Democrática del Congo ha recibido más de 9.000
refugiados y la mayoría están siendo albergados en familias de
acogida, mientras que un pequeño número permanecen en zonas de
tránsito.
Los refugiados en lugares de tránsito en Tanzania y República
Democrática del Congo enfrentan un especial riesgo de brotes de
enfermedades, como el cólera, debido a las precarias condiciones
sanitarias y de vida. UNICEF está trabajando para mejorar el
saneamiento en estas zonas, además de para proporcionar kits de
purificación de agua y bidones para familias.
La mayoría de los niños que llegan requieren servicios
especiales de protección. UNICEF y sus aliados están registrando y
ofreciendo los cuidados necesarios a los niños no acompañados y
separados de sus familias.
En cada uno de los países afectados, UNICEF trabaja sobre el
terreno junto a sus aliados para proporcionar servicios básicos de
salud, nutrición, agua, saneamiento, educación y protección a la
infancia. A medida que llegan más refugiados aumenta la necesidad,
cada vez más urgente, de ampliar los servicios vitales.