Riesgo de hambruna: 27 millones de personas carecen de agua potable en países que enfrentan o están en riesgo de hambruna
El agua no potable es tan mortal para los niños que sufren desnutrición aguda grave como la falta de alimentos
NUEVA YORK / DAKAR/NAIROBI /AMMAN, 29 de marzo de 2017- La falta de agua, un saneamiento inadecuado, hábitos de higiene deficientes y brotes de enfermedades constituyen una amenaza adicional para los niños con desnutrición grave en el noreste de Nigeria, Somalia, Sudán del Sur y Yemen.
En los cuatro países amenazados por la hambruna, cerca de 27 millones de personas dependen de fuentes de agua no segura que, para los niños que padecen desnutrición, puede dar lugar a enfermedades diarreicas fatales.
«La combinación de desnutrición, agua sucia y saneamiento deficiente desencadena un círculo vicioso del que muchos niños nunca se recuperan», dijo Manuel Fontaine, director de programas de emergencia de UNICEF. «Debido a que el agua insalubre puede causar desnutrición o empeorar sus efectos, no importa cuánto alimento ingiera un niño con desnutrición, pues no mejorará si el agua que está bebiendo no es segura».
En el noreste de Nigeria, el 75% de la infraestructura de agua y saneamiento en las zonas afectadas por el conflicto ha sido dañada o destruida, dejando a 3,8 millones de personas sin acceso a agua potable. Los sistemas de salud y agua de las comunidades de acogida, ya de por sí debilitados, han sufrido una enorme sobrecarga con la llegada de las familias desplazadas. En el estado de Borno, uno de los más afectados, un tercio de los 700 centros de salud han sido completamente destruidos y un número similar no están en funcionamiento.
En Somalia, se prevé que en las próximas semanas, el número de personas que necesitan acceso a agua, saneamiento e higiene aumente de 3,3 millones a 4,5 millones -alrededor de un tercio de la población-. Muchas fuentes de agua se han secado o están contaminadas, las instalaciones sanitarias son escasas y las enfermedades que se transmiten por el agua están aumentando. Desde comienzos de año se han reportado más de 13.000 casos de cólera y diarrea acuosa aguda, casi cinco veces más que en el mismo período del año pasado. Los precios del agua se han multiplicado por seis en las zonas más remotas, situando su adquisición fuera del alcance de las familias más empobrecidas.
En Sudán del Sur, 5,1 millones de personas carecen de agua potable, saneamiento adecuado e higiene. La mitad de los puntos de agua del país han sido dañados o destruidos. Como consecuencia de la estación seca, los escasos niveles de agua están provocando una mayor competencia entre personas y animales para adquirirla, y las escasas fuentes de agua están siendo sobreexplotadas. La falta de instalaciones de saneamiento adecuadas y unos hábitos de higiene deficientes están favoreciendo la propagación de enfermedades. En junio de 2016, un brote de cólera produjo más de 5.000 casos y causó más de 100 muertes.
En Yemen, el conflicto en curso y el desplazamiento masivo de la población han dejado al menos a 14,5 millones de personas sin acceso a agua potable, saneamiento básico e higiene, y han provocado daños en la infraestructura hídrica. En octubre de 2016 comenzó un brote de cólera y diarrea acuosa aguda que continúa propagándose; hasta el momento ha causado 106 muertes y se estima que podría haber más de 22.500 nuevos casos. Casi dos millones de niños corren riesgo de sufrir enfermedades diarreicas que, ya antes del conflicto, eran la segunda causa de muerte entre los niños menores de cinco años. El sistema de atención primaria de salud en el país está al borde del colapso, poniendo en riesgo la vida de millones de niños.
La respuesta de UNICEF, junto con sus aliados en los cuatro países afectados, incluye:
• En el noreste de Nigeria, proporcionando agua potable a casi 666.000 personas y tratando a cerca de 170.000 niños que han sufrido desnutrición aguda grave durante los últimos 12 meses;
• En Somalia, facilitando a 1,5 millones de personas el acceso a 7,5 litros de agua al día durante 90 días o hasta las próximas lluvias de abril, promoviendo hábitos de higiene adecuados, rehabilitando pozos, estableciendo nuevas fuentes de agua y garantizando agua potable, y servicios de saneamiento e higiene en centros de tratamiento del cólera. También se está llevando a cabo una campaña de vacunación oral contra el cólera, la primera de este tipo en el país, para inmunizar a medio millón de personas;
• En Sudán del Sur, trabajando con el Programa Mundial de Alimentos para llevar servicios de nutrición, salud, agua y saneamiento a los niños que se encuentran en zonas remotas; y reforzando la promoción de la higiene y de medidas hídricas seguras en lugares propensos a sufrir epidemias;
• En Yemen, trabajando con los aliados para mantener las instalaciones de salud en funcionamiento para garantizar la prevención y tratamiento de la desnutrición entre los niños más vulnerables, y apoyando los servicios de agua y saneamiento para 4,5 millones de personas, muchas de ellas, desplazadas.
«Estamos trabajando a contrarreloj para salvar tantas vidas como podamos tan rápido como sea posible», dijo Fontaine. «Pero sin poner fin a los conflictos que afectan a estos países, sin un acceso continuado y sin obstáculos para llegar a los niños que necesitan apoyo y sin más recursos, ni siquiera nuestros mejores esfuerzos serán suficientes».
Material audiovisual disponible aquí
Más información sobre el trabajo de UNICEF en la emergencia de Sudán del Sur, AQUI
Más información sobre el trabajo de UNICEF en la emergencia de Yemen, AQUI
Más información sobre el trabajo de UNICEF en la emergencia de Nigeria, AQUI
Más información sobre el trabajo de UNICEF en otras emergencias, AQUI
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