Naciones Unidas ha verificado y reportado 266.000 casos de graves violaciones de derechos contra los niños y niñas en zonas en conflicto desde 2005
Declaración conjunta de la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, y de la Representante Especial del Secretario General sobre Niños y Conflictos Armados, Virginia Gamba, en el 25 aniversario del informe fundamental de Graça Machel sobre el impacto de la guerra en los niños.
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NUEVA YORK, 26 de agosto 2021- “Hace veinticinco años, Graça Machel presentó a las Naciones Unidas su informe El impacto de la guerra sobre los niños, que instaba a la comunidad internacional a tomar acciones concretas para proteger a los niños y niñas del azote de la guerra y hacía un llamamiento a la ONU y a la comunidad internacional para que actuaran y protegieran a los niños.
La comunidad internacional escuchó la llamada y actuó en base a las recomendaciones de Machel; la Asamblea General estableció la Oficia del Representante Especial del Secretario General para los Niños y Conflictos Armados, y el Consejo de Seguridad fijó un mecanismo de seguimiento y reporte, coordinado por la ONU, para seguir monitorizando el impacto de la guerra en los niños.
Desde entonces, la ONU ha verificado 266.000 casos de violaciones graves contra los niños y niñas en 30 situaciones de conflicto en África, Asia, Oriente Medio y América Latina durante los últimos 16 años. Esto incluye más de 104.100 niños y niñas asesinados y mutilados, 93.000 reclutados y utilizados en combates y otros roles, 25.700 secuestrados, y otros 14.200 víctimas de violencia sexual.
En 2020, la ONU verificó un total de 26.425 violaciones contra los niños y niñas en situaciones de conflicto. Esto equivale a 72 violaciones cada día, o tres cada hora. También supone el séptimo año seguido con al menos 20.000 violaciones verificadas.
Estos son solo los casos que han podido ser verificados a través del Mecanismo de Seguimiento y Reporte, dirigido por la ONU y establecido en 2005 para documentar sistemáticamente las violaciones más atroces contra los niños y niñas en zonas en conflicto. Las cifras reales son, sin duda, mucho más altas.
No son meras estadísticas. Más bien, representan las vidas perdidas o destrozadas por el trauma de niños que han pasado por terribles sufrimientos. En 2020, la ONU verificó que alrededor del 10 por ciento de los casi 20.000 niños afectados fueron víctimas de dos o más violaciones graves de sus derechos.
A pesar de este continuo impacto en los niños, desde la publicación del informe se han logrado progresos significativos para proteger a los niños de los conflictos. Esto incluye la implementación de medidas y estrategias globales para salvaguardar su seguridad. Ejemplos notables son los Principios de París, cuyo objetivo es prevenir el reclutamiento y la utilización de niños por parte de fuerzas y grupos armados, así como la Declaración de Escuelas Seguras, para fortalecer la protección de la educación contra ataques y restringir el uso de escuelas y universidades con fines militares.
Además, la ONU sigue trabajando directamente con las familias y las comunidades para reducir las vulnerabilidades de los niños y brindarles el apoyo que necesitan para recuperarse de la guerra. A lo largo de los años, la ONU y sus aliados han trabajado incansablemente para asegurar la liberación de miles de niños asociados con fuerzas y grupos armados, incluidos 12.643 niños en 2020, y proporcionarles una atención adecuada y servicios de reintegración.
En situaciones de conflicto, la Oficina del Representante Especial del Secretario General para los Niños y Conflictos Armados apoya el compromiso de la ONU con todas las partes en conflicto para suscribir compromisos por escrito con plazos para poner fin y prevenir las violaciones. UNICEF, a través de su presencia programática, junto con los copresidentes de los grupos de trabajo nacionales para la monitorización y presentación de informes, así como los supervisores y expertos en protección infantil de las Naciones Unidas, ayuda a identificar puntos de entrada para el compromiso con los comandantes de las fuerzas y grupos armados para negociar medidas concretas para proteger a los niños. Desde 2005, las partes en conflicto han firmado 35 planes de acción y un número cada vez mayor de compromisos unilaterales en 17 situaciones de conflicto y han puesto en marcha medidas para:
• Proteger a los niños del impacto de la guerra.
• Evitar que se produzcan violaciones graves.
• Liberar a los niños vinculados a fuerzas y grupos armados y reintegrarlos en sus comunidades.
• Proteger a los niños de la violencia sexual.
• Proteger las escuelas y los hospitales.
• Hacer que los responsables rindan cuentas.
Sin embargo, siguen produciéndose graves violaciones de los derechos de la infancia, lo que apunta a un desprecio generalizado y atroz de los derechos y el bienestar de los niños y niñas por parte de las partes en conflicto. En este momento, solo 18 de las 61 partes en conflicto enumeradas en los anexos del informe anual de 2021 del Secretario General sobre los niños y los conflictos armados tienen un Plan de Acción conjunto o compromisos similares con la ONU para prevenir las violaciones graves de los derechos de la infancia. Esto es inaceptable. Todas las partes incluidas en la lista deben acordar y adherirse a un Plan de Acción para proteger a los niños y niñas y poner en marcha medidas para evitar que se produzcan violaciones contra los niños en primer lugar.
Como dijo Graça Machel hace 25 años, ‘El impacto de los conflictos en los niños es responsabilidad de todos, y debe ser preocupación de todos’. Las partes en conflicto y quienes tienen influencia sobre ellas, así como la comunidad internacional, deberían atender este llamamiento a la acción y redoblar los esfuerzos para poner fin a las graves violaciones de los derechos de la infancia. Todos los niños y las niñas tienen derecho a ser protegidos del daño y a vivir en paz».
Acerca de UNICEF
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