Ana Lisbona, vicerrectora de Estudiantes e Inclusión, ha inaugurado hoy en el centro Madrid VI de Estremera la oferta formativa de la UNED en Centros Penitenciarios, compuesta por 14 cursos, dos de ellos en hospitales psiquiátricos penitenciarios. En el acto estuvieron presentes Ángel Luis Ortiz González, secretario general de Instituciones Penitenciarias; Miguel Ángel Vicente Cuenca, director general de Ejecución Penal y Reinserción Social de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias; Lourdes Gil Paisán, coordinadora de Tratamiento y Gestión Penitenciaria de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, y José Ángel Laso, director del C.P. Madrid VII-Estremera.
La UNED ha inaugurado hoy en la cárcel de Estremera su 42ª edición de sus Cursos de Verano en Centros Penitenciarios. Una oferta de 14 cursos, dos de ellos organizados en hospitales psiquiátricos penitenciarios, a los que podrán acceder tanto internos de los centros como alumnos externos. La temática será variada, aunque centrada en las áreas que puedan resultar más interesantes para los estudiantes privados de libertad, bien sea dentro del ámbito jurídico, como la situación de las personas extranjeras en prisión o la visión práctica los procedimientos penitenciarios, o en el ámbito emocional y gestión de emociones. También se abordarán cuestiones de actualidad como los conflictos bélicos o el impacto de la Inteligencia Artificial en la sociedad.
La lectura de la lección inaugural ha corrido a cargo del escritor y profesional del cuerpo de Instituciones Penitenciarias Pedro Herrasti. En su discurso, dirigido a los internos de los centros penitenciarios y con la novela El Conde de Montecristo como referencia, ha ofrecido siete consejos de vida a través de la historia de Edmundo Dantés y su transformación en el Conde de Montecristo. Así ha animado a los asistentes a no confiar ciegamente en nadie, a tener un plan realista, a ejecutarlo con determinación centrándose en sus objetivos, a adquirir formación y a apoyarse en otros dejando atrás el pasado para mirar con esperanza al futuro. El mensaje, salpicado de humor y referencias culturales, se ha centrado en la posibilidad de cambio y superación personal, destacando que, como el protagonista de la novela, cada persona puede escribir un nuevo destino.
Herrasti ha animado a los internos a apostar por su futuro, afirmando que “uno sólo puede transformarse si aprende, y aquí entran las opciones educativas que se les ofrecen. No desperdicien esa oportunidad”. “El pasado”, ha aseverado el ponente, “no determina nuestro futuro. Lo que lo determina es lo que hacemos en el presente”.
A continuación, ha intervenido el estudiante Martín A.F, quien ha compartido con los asistentes su impresionante trayectoria académica, que comenzó en 2019 con el Grado en Derecho y ha culminado con su actual matrícula en el programa de Doctorado en Derecho por la UNED. En su discurso quiso expresar su profundo agradecimiento a todas las personas que han hecho posible este recorrido: desde su familia, “sin cuyo apoyo permanente e incondicional no habría logrado ni siquiera aprobar la primera asignatura”, hasta el equipo del Centro Penitenciario, los responsables de Formación, y el profesorado de la UNED, con especial mención a su director de tesis, el profesor Alfredo Liñán.
Martín ha recordado cómo su acceso al Máster en Abogacía en 2022, entonces sin un convenio específico entre la UNED e Instituciones Penitenciarias para estudios de posgrado, supuso “un hito a nivel penitenciario y de la UNED”, abriendo una senda que ahora permite que otros estudiantes puedan acceder a esta formación.
El campus más grande e inclusivo de Europa
En su intervención, la vicerrectora de Estudiantes e Inclusión de la UNED, Ana Lisbona, ha subrayado el compromiso de la universidad con la igualdad de oportunidades, la inclusión y la justicia social, recordando que la UNED no solo es el campus más grande de Europa, con más de 160.000 estudiantes en enseñanzas regladas, sino también “el más inclusivo”, al acoger a cerca del 40 % del alumnado universitario español con discapacidad y a más de 1.000 estudiantes privados de libertad. “No solo es de justicia social incluir a estos colectivos”, ha afirmado, “sino que debemos hacerlo por pura eficiencia: la eficiencia de no perder el talento”.
Lisbona ha ensalzado el valor de los Cursos de Verano como “una ventana para que entre conocimiento del exterior y también para que el exterior conozca la realidad penitenciaria”. Para la vicerrectora, la educación es una forma de libertad simbólica: “Seguiré hablando de alas, porque estoy segura de que el conocimiento nos da alas”, ha dicho. Y, citando a Unamuno, ha añadido: “Solo el que sabe es libre, y más libre el que más sabe”.
Desde 2004
Fruto de la colaboración con la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, la UNED comenzó a organizar sus cursos de verano en Centros Penitenciarios en el curso 2003-2004. El objeto de estos cursos es profundizar en la mejora de la oferta académica universitaria en el ámbito penitenciario.
Desde 2008, los cursos de verano están abiertos a la participación de los estudiantes de la UNED matriculados en el curso académico en el que se celebra la edición de cursos de verano correspondiente. Asimismo, desde 2012 pueden asistir a estos cursos los miembros del personal de Instituciones Penitenciarias. El objeto de esta apertura es contribuir a la normalización de la actividad académica de la universidad en las prisiones a través de un conjunto de cursos que reúnen las mismas características que los propuestos en el programa general. La realización conjunta de cursos entre estudiantes internos y externos supone una oportunidad para la mejora de una realidad educativa diferente y compleja.