LA CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO CUMPLE 15 AÑOS

La Convención sobre los Derechos del Niño describe de forma inequívoca los derechos que corresponden a todos los niños y las niñas, independientemente de su lugar de nacimiento o de sus progenitores, de su género, religión u origen social

La Convención sobre los Derechos
del Niño cumple 15 años «La Convención no es solamente un documento
visionario. Todos los días comprobamos que se trata de un acuerdo
que da resultados –y su utilidad puede comprobarse en el uso
cotidiano que se hace del mismo en un país tras otro, en las
políticas, en la práctica y en la ley.” – Carol Bellamy, Directora
Ejecutiva del UNICEF 

Antes de la aprobación de la
Convención sobre los Derechos del Niño, las normas de derechos
humanos que se debían aplicar a todos los miembros del género
humano habían sido plasmadas en varios instrumentos jurídicos, como
por ejemplo los pactos, las convenciones y las declaraciones, igual
que había ocurrido con las normas relativas a las cuestiones
específicas que atañen a los niños. Pero fue sólo en 1989 cuandolas normas sobre los niños se agruparon en un
único instrumento jurídico, aprobado por la comunidad
internacional, donde se describieron de forma inequívoca los
derechos que corresponden a todos los niños y las niñas,
independientemente de su lugar de nacimiento o de sus progenitores,
de su género, religión u origen social. Este régimen de derechos
estipulados en la Convención son los derechos de todos los niños y
niñas de todo el mundo.

En numerosos países, las vidas de
los niños están amenazadas por los conflictos armados, el trabajo
infantil, la explotación sexual y otras violaciones a los derechos
humanos. En otros lugares, por ejemplo, los niños que viven en las
zonas rurales pueden tener menos oportunidades de obtener unaeducación de buena calidad o de acceder a los
servicios de salud que los niños de las ciudades. La Convención
afirma que tales disparidades —en el marco de las sociedades— son
también una violación de los derechos humanos. Al exhortar a los
gobiernos a que garanticen los derechos humanos de todos los niños,
la Convención procura solventar este tipo de desigualdades.

Algunas personas asumen que los
derechos de los niños nacidos en los países más ricos —donde hay
escuelas, hospitales y sistemas de justicia juvenil— no se
conculcan nunca, y que por tanto estos niños no tienen necesidad
del tipo de protección y atención que se consigna en la Convención.
Pero nada está más lejos de la verdad. En distintos grados, por lo
menos algunos niños en todas las naciones deben confrontar el
desempleo, la carencia de vivienda, la violencia, la pobreza y
otras cuestiones que afectan ostensiblemente sus vidas.

Los derechos humanos nos corresponden a todos por igual

Todos nacemos con derechos humanos,
un principio que está del todo claro en la Convención sobre los
Derechos del Niño. Los derechos humanos no son una dádiva que una
persona rica ofrece a una persona pobre; tampoco son propiedad de
unos pocos escogidos que se los otorgan a otros como un favor o un
donativo. Corresponden por igual a todos y cada uno de nosotros.
Los niños que habitan en los países en desarrollo tienen losmismos derechos que los niños de los países ricos.
Y los derechos humanos se aplican a todos los grupos de edad; no
comienzan de forma mágica durante el paso de la adolescencia a la
edad adulta ni cuando el mandato de la Convención termina de
aplicarse debido a que el niño ha cumplido 18 años.

La Convención concede la misma
importancia a todos los derechos de los niños. No existe ningún
derecho «pequeño» ni tampoco una jerarquía de derechos humanos.
Todos los derechos enunciados en la Convención —tanto los derechos
civiles y políticos, como los derechos económicos, sociales y
culturales— son indivisibles y están relacionados entre sí, y su
objetivo principal es la personalidad integral del niño.

El carácter indivisible de los
derechos es una de las claves que permiten interpretar la
Convención. Las decisiones relacionadas con uno de los derechos
deben examinarse a la luz de otros derechos de la Convención. Por
ejemplo, no resulta suficiente asegurar que un niño recibeinmunización y atención de la salud, si ese niño,
cuando cumple los 14 años, está obligado a realizar un trabajo de
servidumbre o a incorporarse al ejército. No resulta suficiente
garantizar el derecho a la educación, si no se garantiza también la
matriculación de todos los niños en la escuela y un trato
igualitario, independientemente de su género o de su clase
económica.

Una nueva perspectiva

La Convención sobre los Derechos
del Niño refleja una nueva perspectiva en torno al niño. Los niños
no son la propiedad de sus padres ni tampoco son los beneficiarios
indefensos de una obra de caridad. Son seres humanos y los
destinatarios de sus propios derechos. La Convención ofrece un
panorama en el que el niño es un individuo y el miembro de una
familia y una comunidad, con derechos y
responsabilidades
adaptados a la etapa de su desarrollo.
Al reconocer los derechos de los niños de esta manera, la
Convención orienta firmemente su mandato hacia la personalidad
integral del niño.

La Convención sobre los Derechos del Niño:
  • Refuerza la dignidad humana
    fundamental — la Convención sobre los Derechos del Niño ha servido
    para llamar la atención por primera vez sobre la dignidad humana
    fundamental de todos los niños y la necesidad urgente de asegurar
    su bienestar y su desarrollo.
  • Subraya y defiende la función de
    la familia en la vida de los niños — menciona específicamente a la
    familia como grupo fundamental de la sociedad y el entorno natural
    para el crecimiento y el bienestar de sus miembros, particularmente
    los niños.
  • Fomenta el respeto de la infancia,
    pero no a costa de los derechos humanos o de las responsabilidades
    de los otros — confirma que los niños tienen el derecho a expresar
    sus puntos de vista y a que sus opiniones se tomen en serio y se
    les otorgue la importancia que merecen, pero no establece que los
    puntos de vista de los niños sean los únicos a tener en cuenta. La
    Convención indica claramente que los niños tienen la
    responsabilidad de respetar los derechos de los demás.
  • Apoya el principio de no
    discriminación — La Convención sobre los Derechos del Niño indica
    con frecuencia que los Estados tienen que establecer quiénes son
    los niños más vulnerables y desfavorecidos dentro de sus fronteras
    y tomar las medidas apropiadas para garantizar el cumplimiento y la
    protección de los derechos de estos niños.
  • Establece claras obligaciones —
    Antes de ratificar la Convención sobre los Derechos del Niño, o
    poco después de hacerlo, los Estados tienen que armonizar su
    legislación nacional con las provisiones del tratado, excepto en
    los casos en que las normas nacionales ofrezcan una protección
    superior. De esta forma, las normas en materia de derechos de la
    infancia no son ya una mera aspiración, sino una obligación
    nacional de los Estados.

   

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