LOS NIÑOS JINETES DE CAMELLOS REGRESAN A CASA

Los niños jinetes de camellos regresan a casa Un autobús lleno de niños va camino a un refugio en la capital de Bangladesh. Los niños, algunos no superan los cuatro años, parecen cansados y están inusualmente desanimados. Después de pasar años trabajando como jinetes de camellos en los Emiratos Árabes Unidos, al fin están en casa como consecuencia de un acuerdo entre UNICEF y ese país

En el refugio – a cargo de la
Asociación Nacional de Mujeres Abogados de Bangladesh (BNWLA) – los
niños reciben alimentos, vestimenta y examinación médica.

Entre ellos está Abdullah, de ocho
años. Está callado la mayoría del tiempo. Cuando
habla lo hace mezclando el bengalí y el árabe, y frecuentemente
pierde las ideas mientras cambia de un idioma al otro.

Dice que se lastimó varias veces –
cayendo de los camellos de carga. Su madre y su hermano de cinco
años, Ahmed, fueron traídos aquí junto con otros 36 jinetes de
camellos y sus familias.

La madre de Abdullah explica:“Nos fuimos de Bangladesh hace casi nueve años. Los niños
nacieron en los Emiratos Árabes Unidos y trabajaron sobre las
espaldas de los camellos. El dinero que ganaban era nuestro
principal ingreso. Mi esposo aún está en Abu Dhabi con dos de
nuestros hijos mayores.”

“Casi no pude reconocer la
ciudad de Dhaka; y mis hijos nunca habían estado en este lugar.
Están confundidos. No sé cómo vamos a comenzar la vida aquí
nuevamente,”
dice otra madre preocupada.

En mayo, el gobierno de los EAU
prohibió la explotación de niños menores de
dieciséis años como jinetes de camellos. Con el apoyo de UNICEF, el
gobierno de Bangladesh comenzó el proceso de verificación de los
niños de su país, y se hicieron arreglos para su repatriación.

Algunos de los niños habían sido
traficados desde Bangladesh. Otros fueron enviados a los EAU para
ganar dinero para sus familias. Trabajaron casi todos los días bajo
un sol ardiente, y sin ningún acceso a educación. Para mantener su
peso liviano, frecuentemente se los hacía pasar hambre antes de las
carreras.

Rubel, de doce años, tiene una
marca distintiva en su frente. Al principio se muestra reacio a
hablar pero gradualmente se empieza a abrir. Dijo que se fue de
Bangladesh cuando tenía cuatro años, y trabajó varios años como
jinete de camellos. Recientemente abandonó ese trabajo, y se le dio
la tarea de cuidar de los camellos. La cicatriz en su frente es el
resultado de una de las muchas caídas mientras
corría carreras de camellos.

“Ahora la prioridad de estos
niños es que sean recuperados e integrados nuevamente en sus
familias, sus comunidades locales y en la sociedad de Bangladesh.
Su seguridad y bienestar es nuestro principal objetivo,”
dice
la Representante de UNICEF en Bangladesh, Morten Giersing.“Hemos ayudado al gobierno de Bangladesh a establecer un
sistema de búsqueda para reunir a los niños con sus padres,”
agrega Giersing.

Aún hay más de 150 niños jinetes
que permanecen en los Emiratos Árabes Unidos. UNICEF está
trabajando con los gobiernos de Bangladesh y los Emiratos Árabes
Unidos para repatriarlos lo antes posible.

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