HAITÍ: LOS NIÑOS Y NIÑAS QUE SOBREVIVEN EN LAS CALLES, APRENDEN A VIVIR EN «EL PATIO»
En medio de una calle llena de gente, grupos de niños y niñas sin hogar tratan de detener automóviles y transeúntes para pedirles algo de dinero. Esta escena se ha convertido ya en algo frecuente en muchos vecindarios de Puerto Príncipe, la capital de Haití. «Lakou» («patio»), un centro de acogida apoyado por UNICEF les ofrece una posibilidad frente a la miseria y la explotación
Solamente en la capital hay miles
de niños y niñas que viven en la calle. La pobrezaextrema y la inestabilidad política no les han
dejado otra posibilidad que luchar por su propia supervivencia.
Para seguir adelante, muchos de ellos lavan automóviles, cargan
maletas y bultos en los autocares, o piden limosna. Otros pasan a
formar parte de las bandas armadas, en busca de protección y una
mayor posibilidad de supervivencia.
«Estos niños y niñas carecen de
afecto y protección. No tienen acceso a alimentos ni educación, se
encuentran constantemente amenazados por todo tipo de violencia,
incluidos el abuso sexual y la explotación», afirma Sylvana
Nzirorera, de la oficina de UNICEF en Haití.
La salud y las condiciones
higiénicas de los niños y niñas que viven en la calle sonprecarias. Muchos sufren desde enfermedades de la
piel a trastornos respiratorios, así como infecciones de
transmisión sexual. La tasa de infección por VIH/SIDA entre los
niños y niñas que viven en la calle es de un 20%, y la mayor parte
de los casos se dan entre las niñas. Lakou: eduación, juego y
protección
En medio de esta sombría realidad,
varios centros de acogida han servido como un rayo de luz para
muchos niños y niñas que viven en la calle. Uno de ellos es el
Centro Lakou. El centro les ofrece un lugar seguro para jugar,
reírse y aprender conocimientos útiles.
Todos los días, alrededor de 200
niños, niñas y jóvenes atraviesan el enorme patio
del centro («lakou» significa «patio» en creóle). Todos ellos,
desde los que montan en monociclos hasta los que se deslizan en
patines, se sienten libres para recuperar su infancia en el centro
Lakou.
«Casi todos los niños y niñas
que vienen al centro están traumatizados por terribles
experiencias. Los han tratado muy mal», afirma el Padre
Attilio, director del centro. «Casi no es posible encontrar a
ningún niño que no tenga una cicatriz en el cuerpo. Les invitamos
al centro y, mediante la formación profesional, los preparamos para
un futuro mejor», añade.
Aquí los niños y niñas tienen la
oportunidad de aprender mecánica, metalurgia, peluquería y
sastrería. El centro también dispone de un jardín de infancia para
los hijos de las niñas que viven en la calle, que se convierten en
madres a una edad muy temprana.
Bebés en la calle, hijos de niñas en la calle
«Tuve mi primer hijo cuando
tenía 14 años, y di a luz en las calles», dice Nana Pierre, de
18 años.
«Tengo tres hijos, el primero
nació cuando tenía 16 años. Éste es mi hijo, y tiene 4 años. Di a
luz en la calle», dice Marienette Azor, de 20 años.
Las jóvenes como Nana y Marienette
son las más vulnerables. Las malas condiciones y
los peligros de la vida en la calle hacen que sean un fácil blanco
para la explotación y el VIH/SIDA.
Aunque el centro Lakou ha sido un
refugio para muchos niños, niñas y bebés sin hogar, solamente puede
acogerlos por un tiempo. Todos los días, después de unas cuantas
horas de paz y comodidad, la necesidad de ganarse la vida llevará
una vez más a los niños y niñas de vuelta a las calles.