EL SIDA AMENAZA EL FUTURO DE BOTSWANA

En otro tiempo, aquí los niños y las niñas tenían mayores oportunidades de conseguir una vida mejor que en ningún otro lugar de África. Botswana se consideraba como un ejemplo de esperanza y éxito en el continente africano. Ahora el SIDA ha cambiado el panorama completamente: su futuro está amenazado. La epidemia del SIDA amenaza la existencia misma de un país con sólo 1,8 millones de habitantes

A menudo la primera señal del VIH
en un bebé es una infección aguda de las vías respiratorias. En el
hospital Princess Marina de la capital de Botswana, Gaborone, son
muchos los bebés que sufren de esta forma. Las máscaras
respiratorias y las máquinas de respiración apenas permiten ver a
los niños y niñas que son atendidos allí. Aún así son afortunados,
porque en Botswana el sistema de salud pública es sólido.

«Cuando miras África, Botswana
destaca con claridad: las prestaciones básicas, los servicios
sociales básicos, los proporciona el Estado. No hemos visto el
punto culminante de la epidemia de VIH. Todavía vemos muchos niños
mueren de neumonía y diarrea, y este es el resultado de la llegada
del VIH»
, explica la Dra. Haruna Djibril, Jefa de Pediatría
del hospital Princess Marina.

La lucha de Botswana contra la enfermedad

Hasta ahora Botswana ha sido uno de
los países más prósperos de África. Su enorme riqueza procedente de
los diamantes y su estabilidad política lo han convertido en un
país favorito para los inversores. Desde lejos, es ajetreado,
luminoso y cohesionado. El SIDA puede poner en jaque el bienestar
que hasta el momento ha disfrutado el país.

En la lucha contra el SIDA, Botswana ha tenido muchos
aciertos:
  • La atención sanitaria es gratuita
    para los niños y se anima a todos los ciudadanos a hacerse la
    prueba para la detección del virus en las clínicas.
  • Se puede acceder gratuitamente al
    tratamiento en clínicas donde la prevención de la transmisión de la
    madre al hijo intenta garantizar que el bebé nazca libre de la
    enfermedad, aunque ya no pueda evitarse la infección de la
    madre.
  • Hay un amplio asesoramiento
    psicológico, y las pruebas del VIH están listas en 20 minutos.
  • Si un paciente es VIH-positivo y
    el cómputo de CD 4 es inferior a 200, se le administran, también de
    forma gratuita, fármacos antirretrovirales.
  • Botswana es uno de los pocos
    países que está cerca alcanzar su objetivo de 55.000 personas
    tratadas con antrirretrovirales al final del año 2005.
  • En Botswana, la prevención de la
    transmisión de la madre al hijo es casi tan conocida como una marca
    comercial.

Hay un compromiso político serio de
combatir la enfermedad y el gobierno ha destinado una enorme
proporción de su presupuesto a la sanidad, un 25% frente a sólo un
5% para el ejército.

Sin embargo, algunas cosas han ido
espantosamente mal en la batalla de Botswana. Son demasiadas las
madres que sucumben, y las enfermedades relacionadas con el SIDA
están matando a los niños del país como nada lo había hecho antes.
A lo largo de la última década, la mortalidad infantil ha
aumentado vertiginosamente, en más de un 20%
.

Transmisión de madre a hijo

Botswana tiene el índice de
prevalencia del VIH en mujeres embazadas más alto del mundo, por
encima de Swazilandia: el 38% del total de mujeres
embarazadas
del país son VIH-positivas.

Un panorama desesperanzador

Todos los grupos de edad se han
visto afectados, convirtiendo la situación en una epidemia
generalizada de VIH. La epidemia del SIDA amenaza la existencia
misma de un país con sólo 1,8 millones de habitantes y donde hay el
doble de cabezas de ganado que personas.

«En una nación pequeña como la
nuestra, la muerte de cualquier persona se siente de verdad. De
modo que puede usted imaginarse lo que es ahora, con el aumento de
la mortalidad infantil; si se dejase que siguiera así, pronto nos
acercaríamos al crecimiento cero de la población. Afortunadamente,
con el advenimiento de los fármacos antirretrovirales, y en
especial el programa para la prevención de la transmisión de la
madre al hijo, estamos viendo verdaderos cambios positivos»
,
afirma la Dra. Sheila Tlou, Ministra de Sanidad de Botswana.

Una rápida propagación en todo el país

Las buenas infraestructuras del
país han sido a la vez una bendición y una maldición. Uno de los
motivos de la rápida propagación de la enfermedad en Botswana es la
alta movilidad de la población: los autobuses y las buenas
carreteras la han unido a otros países con altos índices de
infección.

Una cultura amenazada

En los extremos más remotos del
país, más allá del inmenso desierto del Kalahari, los bosquimanos
san llevaron en otro tiempo una existencia aislada e independiente.
Pero ahora han recibido la visita del SIDA.

Organizaciones humanitarias, como
UNICEF y sus aliados, han abierto una centro de educación
preescolar para sus hijos. Algunos son huérfanos, todos son
vulnerables. Pasan una jornada estructurada, jugando en sus nuevos
columpios y toboganes, aprendiendo canciones y enseñanza básica.
También se les alimenta y viste.

Para el pequeño Kemonye, de 3 años,
y Lesedi, de 5, esto es un gran cambio en sus vidas. Su madre,
Pelego, tiene sólo 26 años, pero su aspecto ajado la hace parece
mayor. Es VIH-positiva. Aunque no es frecuente en este remoto
desierto, está tomando fármacos antirretrovirales. Keatshaba
Motshabisi, su marido, se niega a hacerse las pruebas. En otro
tiempo fue cazador. Ahora se siente cazado y solo:

«Me preocupa mi esposa porque
ahora no hay a dónde ir. Parece que soy la principal persona que
puede ayudarla»
, dice Keatshaba. «El futuro de mis hijos
no es el que yo pensé que sería. Estoy débil. Simplemente estoy
débil porque parece que soy la única persona en el mundo que se
encuentra en esta oscuridad.»

Los niñas y niñas son los más afectados

Necesidad de
tratamientos pediátricos espécíficos

Aquí, las vidas de los niños
seropositivos están en la balanza: sólo uno de cada 10 niños
infectados sigue tratamiento, incluso a pesar del enorme esfuerzo
del sector privado y las empresas farmacéuticas. Los fármacos para
niños son difíciles de encontrar, difíciles de tragar y cuestan
hasta cuatro veces más que los fármacos para adultos. La mayoría de
los niños reciben tratamiento en la moderna Clínica Baylor, en
Gaborone, donde el tratamiento es gratuito para los pacientes
pediátricos con SIDA.

«La advertencia aquí es que las
cosas sólo pueden empeorar. La mortalidad infantil ha aumentado.
Pero en muchos países ya se está luchando con las enfermedades
tradicionales; esto va a ser una carga añadida. Los niños reciben
mucha menos atención que los adultos. Los niños siempre van los
últimos»
, afirma el Dr. Gabriel Anabwani de la Clínica
Baylor.

Prevención de
la infección de madres a hijos

El otro hueco a llenar es
asegurarse que todas las mujeres embarazadas vayan a clínicas para
la prevención de la transmisión de la madre al hijo.

«Este problema existirá
mientras sigan naciendo bebés seropositivos de mujeres
seropositivas que no han acudido a programas para la prevención de
la transmisión de la madre al hijo»
, dijo Jonathan Lewis,
Representante de UNICEF en Botswana. «El programa nacional de
fármacos antirretrovirales llega a muy pocos niños
VIH-positivos.»

Los cementerios son testigos
silenciosos del cambio explosivo que el SIDA ha causado en la
sociedad de Botswana: en la última década, la esperanza de vida ha
bajado en picado, de 65 años a apenas 39. Las inscripciones en las
lápidas son una sombría advertencia: Nacido en 2004. Muerto en
2004.

Botswana lucha ahora contrarreloj
para salvar a sus niños y niñas de una tumba prematura. Es una
advertencia para que otros países inviertan en la generación futura
antes de quedarse totalmente sin futuro.

   

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