«Lo que quiero es vivir en paz», adolescentes de Oriente Medio hablan del conflicto

Ocultos por la violencia, enterrados bajo los escombros de los edificios destruidos por las bombas, están los sueños y las esperanzas de miles de niños y niñas libaneses, israelíes y palestinos. Su vida diaria les ha sido arrebatada por un conflicto que no entienden. Sus testimonios nos acercan a la realidad de las personas inocentes víctimas del conflicto, que más allá de sus diferencias, quieren vivir en paz

Tres ciudades, el mismo miedo

Omer es una chica de 15 años que
vive en Haifa, en el norte de Israel. «Cuando
comienzan a sonar las sirenas
«, explica, «tenemos
aproximadamente un minuto para llegar a los refugios. Generalmente
escuchamos explosiones y ecos lejanos. Todo eso da bastante
miedo
«.

Chloe, de 19 años, vive enBeirut, la capital del Líbano. «Todo ha
cambiado mucho por aquí», explica la joven. «Se nota el miedo en
los ojos de la gente. Las tiendas están cerradas y las calles
vacías.y casi nadie va a trabajar. Todos se quedan en sus casas
mirando las noticias por televisión
«.

Julie tiene 16 años y vive enGaza, en el territorio palestino ocupado.
«Escuchamos constantemente los ruidos de los aviones cuando
bombardean, lanzan cohetes, y todo eso. También escuchamos las
detonaciones de las bombas. Escuchamos constantemente los sonidos
de los combates
«.

Las tres jóvenes, igual que otros
chicos y chicas de su edad, describen las sensaciones e imágenes de
un verano aterrador en el que no pueden hacer lo que normalmente
hacen: ir a la playa, reunirse con amigas y amigos, estudiar o
viajar. Todas sufren el trauma constante causado
por las explosiones y la violencia que les rodea y se preguntan
cómo fue posible que sus países llegaran a esta situación.

Niños y niñas unidos por el desastre

«Todos están deprimidos«,
comenta Chloe desde Beirut. «Aquí podemos escuchar las
explosiones de las bombas. También veo el humo negro y siento el
olor. Lo único que podemos hacer es esperar que termine esta
pesadilla
«.

La escalada de violencia que ha
castigado a estos países en las semanas recientes ha creado una
sensación de caos en la vida diaria de sus habitantes más jóvenes.
Los niños, niñas y jóvenes sufren de manera
desproporcionada
los efectos de la guerra que les
rodea.

Desde Haifa, Omer comenta la
tensión que siente cuando está en sitios donde hay mucha gente, y
explica que vigila con recelo a las personas que le rodean. «Me
da rabia ser tan recelosa
«, se queja. «Me da rabia tener
ese mecanismo de defensa
«.

Deseos de un futuro en paz

En Gaza, Julie siente una gran desesperanza. «Aquí no tengo
futuro
«, dice. «Siempre estoy pensando qué voy a ser
cuando crezca, adónde iré. Me gustaría ir a un sitio donde pudiera
disfrutar de la seguridad y la libertad, y donde la gente no
tuviera que estar pensando constantemente en la guerra. Lo que
quiero es vivir en paz
«.

Cuando se escucha a estas jóvenes de Gaza, el Líbano e Israel que
describen los cielos cubiertos de humo, que cuentan cómo deben
correr hacia los refugios antiaéreos y que dicen
que este verano no tendrán oportunidad de ir a nadar, se percibe
que las similitudes entre ellas son mucho más notables que sus
diferencias. Lo que más les une es que son adolescentes, a unos
pasos de la edad adulta, que se preguntan si están condenadas a una
vida de miedo y peligro, o si podrán disfrutar de una existencia en
paz.

«Pienso constantemente en las chicas de 16 años del Líbano, en
qué estarán haciendo, y si estarán pensando en las chicas de 16
años de Israe
l», explica Omer desde Haifa. «Ahora, cuando
pensamos en el Líbano, pensamos solamente en Hezbolá, no en las
personas comunes y corrientes que viven en ese país
«.

Las palabras de estas chicas sirven para recordarnos que detrás de
la política los conflictos armados hay niños, niñas y adolescentes
que quieren y tratan de crecer en paz, y que no pierden la
esperanza de un futuro mejor.

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