Un centro de Dili, en Timor-Leste, difunde los mensajes de paz de los jóvenes
Elio Da Costa, un niño de 14 años de edad, retrocede algunos pasos para estudiar su creación y luego regresa para darle los toques finales. Elio ha estado pintando mensajes de paz y no violencia en los muros del Seminario de San José Menor de esta ciudad, la capital de Timor-Leste.
El muro se yergue junto al
campamento en que Elio y su familia viven desde hace seis meses. La
de Elio es una de las miles de familias de Dili cuyas viviendas
resultaron destruidas o gravemente dañadas durante
la reciente crisis.
Aunque casi todas las escuelas de
Dili volvieron a funcionar en septiembre, Elio está tan asustado
que no ha regresado a clase. El niño se sienteinseguro debido a las tensiones y los
enfrentamientos de las pandillas de la ciudad, donde aún se sienten
las consecuencias de los disturbios civiles de abril y mayo. Como
resultado de esa situación, Elio y otros niños y niñas no han
regresado a la escuela.
Debido a la falta de actividades
escolares, Elio gravitó hacia el Forum Comunicações
Juventude (FCJ), una organización no gubernamental que
recibe fondos de UNICEF.
Servicios a los niños de la calle
FCJ, cuya sede se encuentra frente
al campamento para personas desplazadas por la
violencia en el que vive Elio, brinda albergue y servicios
de recreación y educación no estructurada, así como de difusión y
reunificación de las familias, a los niños y niñas que viven y
trabajan en las calles de Dili.
Desde el inicio de la actual
crisis, el centro ha adquirido mayor importancia debido a que se
encuentra cerca del cementerio de Santa Cruz, que suele ser
escenario de enfrentamientos entre pandillas. Los integrantes de
esas pandillas a veces se esconden o descansan en
los terrenos del centro durante y después de sus
enfrentamientos.
«Muchos jóvenes crean problemas y
nos tiran piedras», explica el Director de FCJ, Cipriano Oliveira.
«Aunque les tenemos miedo, tratamos de acercarnos a ellos, porque
ellos también nos temen o sospechan de nosotros».
UNICEF brinda apoyo desde 2001 al
programa de difusión de FCJ, mediante el cual se alienta a los
niños y niñas de la calle a que visiten el centro. El objetivo del
programa consiste en protegerlos de la violencia, el abuso,
el abandono y la explotación. Se trata de metas que han
cobrado mucha mayor importancia en tiempos recientes debido a que
muchos jóvenes han sido empujados a participar en los
enfrentamientos callejeros.
Opciones positivas
Ante esa situación, al personal de FCJ se le ocurrió la idea de
que los niños y jóvenes pintaran mensajes de paz y
no violencia en los muros exteriores del centro, tras los cuales
suelen esconderse los jóvenes pandilleros para apedrear a sus
contrincantes.
La actividad tiene como objetivo que los niños y niñas de la
calle se involucren en una actividad positiva y
comprendan que FCJ es un sitio de paz y reconciliación, y no de
violencia y división. También se trata de una manera de que los
niños y jóvenes como Elio no se sumen a los grupos violentos de
Dili.
En octubre, el centro suministró pintura y pinceles a los
jóvenes, entre los cuales se contaban los del campamento vecino y
del vecindario general, a que participaran en la actividad. En un
solo día, los muros exteriores del centro se convirtieron en un
collage de mensajes como «Basta de violencia» y «La cultura de
Timor no es de guerra, sino de paz».
«Espero que la gente vea estos mensajes y pare de pelear»,
comenta Elio.
«Poco a poco debemos ir involucrando a estos jóvenes, y
brindarles la oportunidad de eludir o abandonar la violencia.
Lentamente crearemos una atmósfera de confianza y paz», agrega el
Sr. Oliveira. «Entonces, esos jóvenes convencerán a sus amigos de
que vengan a nuestro centro y participen en actividades
pacíficas».