Vuelta al cole: Mongolia afronta los desafíos de escolarización de los niños y niñas pastores

Ningún niño o niña debería tener que elegir entre su educación y el apoyo al sostenimiento de su familia. Mientras algunos niños empiezan el curso escolar a regañadientes, otros tienen que enfrentarse a las presiones para que abandonen los estudios. Este es el caso de muchos chicos en la Mongolia rural: quieren seguir yendo al colegio, pero no saben por cuanto tiempo más podrán compaginar los estudios con el apoyo al medio de vida nómada de sus familias

En una llanura de Mongolia, donde
el viento y la ausencia de árboles son el único paisaje, Bayarkhuu
y su compañera de clase Tsengel pastorean cabrasen busca de mejores terrenos. Ambos tienen apenas 10 años.

Tsengel vive con su familia de
pastores en una zona remota lejos de la ciudad. Durante el curso
escolar permanece en la casa de Bayarkhuu y ayuda con los animales
después de clase. Sin embargo, Bayarkhuu y Tsengel serán compañeros
de clase poco tiempo más: a medida de Bayarkhuu crezcarecibirá más presiones para que abandone la
escuela y trabaje a tiempo completo. Ahora que el Gobierno mongol
ha privatizado la posesión de ganado, cada vez más padres quieren
que sus hijos se involucren en el negocio familiar.

Bayarkhuu espera no tener que
decidir entre la escuela y su familia: “Cuando te dedicas sólo al
pastoreo, no sabes de nada más que de cuidar animales”, dice, “te
pierdes los conocimientos y la educación” Cambios
en las áreas rurales

Además de afrontar las presiones de
sus familias y su trabajo después de clase, los estudiantes de la
Mongolia rural a menudo van a clase en condiciones menos que
favorables. Muchas escuelas tienen sistemas de saneamiento
deficientes y centros abarrotados, lo que desanima aún más a los
niños y niñas a quedarse en la escuela.

“Estos factores literalmente echan
a los niños de las clases”, afirma el representante de UNICEF en
Mongolia, Bertrand Desmoulins. “Ya es muy difícil para ellos estar
lejos de su casa y su familia, y cuando tienen que sufrir para
poder estudiar, a menudo la llamada del “ger” (la
tienda tradicional mongola) es más fuerte que la llamada de la
escuela”.

A diferencia de muchos otros
países, en Mongolia hay más niñas que niños en la escuela. La tasa
general de asistencia escolar en primaria es alta (más del 92%) y
las tasas de abandono hay ido descendiendo gradualmente hasta menos
del 3% en todo el país. Pero en las áreas rurales,
y en especial en las más remotas del oeste, para muchos niños ira a
la escuela supone una lucha. Las tasas de abandono son mucho más
altas aquí, y los chicos suponen un70% de los que abandonan los
estudios. Mejores condiciones, más oportunidades

Para ayudar a los estudiantes de
las comunidades nómadas, UNICEF está ayudando a mejorar lascondiciones en las escuelas y las residencias de
estudiantes
, al tiempo que ofrece programas de educación
no formal a aquellos que no pueden ir a la escuela. UNICEF también
tiene como objetivo entrenar profesores para que puedan atender
mejor las necesidades de sus alumnos, así como equipar a las
escuelas con sistemas de agua potable y saneamiento.

La mejora en las condiciones, junto
a una mayor variedad de oportunidades para los niños y niñas de las
familias ganaderas, hará más fácil que niños como Bayrkhuuu puedan
continuar sus estudios.

Todo es parte de un esfuerzo para
adaptar a las escuelas a las comunidades nómadas, asegurando que
todos los niños y niñas tienen acceso a la educación.

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