Espacios para niños brindan seguridad para recuperarse tras el ciclón Sidr

Casi un mes después de que el ciclón Sidr dejara a miles de familias sin hogar en el sur de Bangladesh, UNICEF y sus aliados avanzan en el trabajo para devolver a los niños y niñas a la normalidad. Los espacios recreativos creados en las localidades afectadas son un ejemplo: en ellos los niños y niñas reciben atención y cuidados durante el día que les permiten recuperarse del trauma, mientras sus padres reconstruyen sus hogares

Son las 7 de la mañana y
aproximadamente 200 niños y niñas se han reunidoen la terraza de una oficina del gobierno de la aldea de
Subidkhali, devastada por el ciclón. Están a la espera de que abran
las puertas de un «Amader Jaiga» (Mi Lugar), una guardería infantil
y espacio seguro para las víctimas más jóvenes del ciclón Sidr

Ya que no tienen otra cosa que
hacer desde que el ciclón sacudió la costa el 15 de noviembre, los
niños y niñas esperan con frecuencia en esta azotea durante horas.
Muchos de ellos viven en albergues temporales sin letrinas,
alimentos ni agua potable
. Sus padres, que intentan
desesperadamente rehacer sus vidas, a menudo carecen de los medios
para brindar a sus hijos la atención y el cuidado que
necesitan.

Amina, una niña de 10 años, viene
todos los días al Amader Jaiga de Patharghata. «La noche del
ciclón, nos fuimos al albergue», recuerda. «Cuando volvimos a casa,
todo había desaparecido: la casa, la vaca, las cabras. Ahora no
tenemos nada. Nuestros padres están dedicados a reconstruir
nuestras casas y a conseguir comida, por eso venimos aquí».

Ofrecer albergue y comida

UNICEF, en alianza con
la organización no gubernamental Save the
Children
, se propone establecer 380 espacios adecuados
para niños que prestarán asistencia a 20.000 niños y niñas
afectados por el ciclón durante las próximas semanas. Hasta ahora,
otros 27 espacios seguros han abierto en ocho distritos
afectados.

Cada guardería infantil proporciona las necesidades básicas de50 a 200 niños y niñas. Las organizaciones no
gubernamentales de la localidad y sus voluntarios, formados por
UNICEF, administran estos espacios con apoyo de los gobiernos de
los distritos.

Save the Children está suministrando agua potable y comidas
calientes en cada uno de estos espacios. Para algunos niños y
niñas, este alimento es su única comida del día porque sus hogares
quedaron completamente destruidos.

Recuperación psicosocial

En todo el sur de Bangladesh, miles
de niños y niñas han quedado gravemente
traumatizados
por la destrucción de la que fueron testigos
y necesitan ayuda para reajustarse a la vida después del desastre.
Como parte del proceso de ayuda, trabajadores voluntarios usan los
equipos recreativos de UNICEF que contienen libros, lápices,
juegos, juguetes, instrumentos musicales y equipos deportivos.

«Los niños estaban devastados
cuando llegaron», dice Nusrat, una voluntaria en el espacio seguro
de Pourashav. «Se encontraban muy perturbados por el ciclón. Ahora
juegan, cantan, bailan y recitan. Olvidan por un rato y su
perspectiva mejora».

Asistir a los niños vulnerables

Al visitar la región afectada esta
semana, Ara Yoo y Shabnaaz Zahereen, ambos oficiales de protección
de la infancia en UNICEF Bangladesh, apelaron a los funcionarios
locales para que apoyaran el programa de Amader Jaiga.

Ara Yoo explica que, en situaciones
de crisis, los niños y niñas que han quedado separados de sus
padres necesitan especial atención.

«En situaciones de emergencia como
ésta, los niños son muy vulnerables, especialmente al tráfico de
personas», dijo Siddhartha, administrador del Amader Jaiga en
Naltona.

Los niños mismos también reconocen que el estar con otros niños
los ayuda a recuperarse.

«Mis padres están ocupados,
arreglando nuestra casa y buscando comida», dijo Shahnaj, de 12
años, quien asiste al Amader Jaiga de Naltona desde que abrió.
«Aquí estamos jugando, comiendo y leyendo. Algunos niños han
perdido a sus padres. Es mejor que estén aquí con nosotros para que
podamos consolarlos».

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