Infancia y VIH/SIDA: segundo balance de situación
El avance cruel de la pandemia del SIDA en el mundo tiene como víctimas más vulnerables a millones de niños y niñas. La mayoría de estos niños viven en África oriental y del sur, donde las tasas de infección por VIH son alarmantemente altas entre los menores de edad. El SIDA les ha arrebatado a las personas que les protegían: sus padres, maestros, médicos y cuidadores y, privados de este apoyo, deben afrontar su propia enfermedad o evitar contagiarse con el VIH. El segundo informe de balance de la OMS y UNICEF sobre infancia y SIDA destaca que sin un apoyo firme y decidido por parte de instituciones, gobiernos y donantes, la infancia continuará siendo la cara oculta del SIDA
Dos años tras el lanzamiento de la campaña «Unidos por la
Infancia, Unidos contra el SIDA», se han conseguido importantes
logros en la prevención de la transmisión del virus de madres a
hijos (PMTCT) y en la provisión de tratamientos
pediátricos contra el VIH. También se han realizado algunos
progresos en la prevención del contagio entre los jóvenes y en la
protección de la infancia afectada por la expansión de la pandemia
del SIDA.
Sin embargo aún queda un largo camino por recorrer antes de que
se cumpla la promesa de una generación libre se SIDA. Aún hay
demasiadas madres que no pueden evitar transmitir el virus a sus
hijos durante el embarazo, el parto o la lactancia, y aún hay
demasiados niños y niñas que no tienen acceso atratamientos pediátricos. Debe establecerse un
compromiso firme para que los tratamientos sean accesibles para
mujeres y niños de todo el mundo. Los programas orientados a los
jóvenes más vulnerables en los países más afectados deben
expandirse.
Avances y retos pendientes
El informe señala que se han logrado avances en los últimos dos
años:
- En 2006, 351.034 mujeres embarazadas de países de ingresos
medios y bajos recibieron tratamiento para evitar la transmisión
del VIH a sus hijos. Esto supone un incremento del60% respecto a 2005. - En 2006, 127.300 niños y niñas VIH positivos se beneficiaron de
tratamientos antirretrovirales, lo que es un progreso del70% frente a 2005. - Hay evidencias de que, desde 2000-2001, la prevalencia del VIH
entre embarazadas de entre 15 y 24 años que acuden a clínicas
neonatales ha disminuido en 11 de los 15 países de
los que se disponen datos. Esto incluye 8 países de África oriental
y del sur, la región del mundo con una mayor prevalencia del VIH
entre jóvenes y adultos. - Se han ampliado los esfuerzos para apoyar, cuidar y proteger a
los niños y niñas afectados por el SIDA en muchos países. Las
diferencias de acceso a la escuela entre los niños y niñas
huérfanos y otros niños están reduciéndose y el número de niños y
niñas vulnerables con acceso a la educación y la protección social
se está ampliando. - En todas las áreas se ha mejorado la capacidad para medir el
progreso realizado en aspectos de la epidemia que afectan a la
infancia.
Además de revisar los progresos realizados, el informe se
centra en tres temas principales:
- El fortalecimiento de las comunidades y las familias, que es
crucial para cualquier enfoque orientado a la infancia. El apoyo de
gobiernos, ONG y otros agentes debe complementar y fortalecer los
esfuerzos realizados por las familias y las comunidades, por
ejemplo asegurando el acceso a los servicios
básicos. - Las intervenciones para apoyar a la infancia afectada por el
VIH/SIDA son más efectivas cuando forman parte de sistemas
educativos, de servicios sociales y de salud fuertes.
Desafortunadamente, debido a que los programas de salud
materno-infantil son precarios en muchos países, la
población se ve privada de vacunas, mosquiteras y otras
intervenciones de salud que contribuyen al objetivo global de una
supervivencia infantil libre de VIH. - La recopilación de datos continúa siendo un
desafío. Varios países tienen datos disponibles sobre las
cuatro prioridades de la Campaña Global de SIDA y se han
desarrollado estudios específicos que analizan la situación de los
jóvenes más en riesgo. Sin embargo este enfoque sobre la situación
y las necesidades de los más jóvenes no se extiende a los estudios
globales, en los que siguen faltando datos sobre la infancia y el
VIH.