La crisis alimentaria del Sahel: ¿Tenemos que esperar más muertes?

Este texto es un artículo suscrito por distintas agencias de Naciones Unidas para poner de relieve la delicada situación de emergencia nutricional que atraviesa la región del Sahel, en África Occidental.

Actualmente una grave crisis alimentaria en la región
del Sahel en África Occidental
pone en peligro la vida de
unos 10 millones de personas, incluidos cientos de miles de niños.
Los trabajadores humanitarios necesitan apoyo internacional para
reaccionar antes de que sea demasiado tarde.

Níger, el país más pobre del mundo, tiene7,1 millones de personas afectadas; en el vecinoChad, 2 millones de personasnecesitan ayuda alimentaria y apoyo a los medios de subsistencia;
miles de personas en zonas de Malí, Burkina Faso y parte
del norte de Nigeria están luchando para sobrevivir
. La
vista de ganado muerto – el equivalente a la pérdida de capital –
se está convirtiendo en algo común.

La situación nutricional en Níger se ha deteriorado con
más de 114.000 niños tratados en los centros de alimentación para
la desnutrición durante el primer semestre.
Las
estrategias de supervivencia incluyen a los más desfavorecidos que
no tienen una comida al día durante tiempo. Las Agencias de
Naciones Unidas -FAO, OCHA, UNICEF y el PMA-, y la Federación
Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR) han
advertido de las terribles condiciones.

Los donantes han contribuido con millones de dólares, lo que
permite a las agencias asumir la alimentación terapéutica para los
niños, la ayuda alimentaria, así como productos veterinarios,
distribución de semillas, alimentos por trabajo y programas de
transferencia de efectivo, con el único objetivo de salvar vidas y
medios de subsistencia.

Sin embargo, se necesita más dinero para desplegar una
respuesta más eficaz.

En Níger, aún se necesitan 229 millones dólares para
financiar el plan de respuesta para la emergencia; Solo las cinco
agencias, necesitan cerca de 50 millones de dólares para Chad. Si
la situación en Malí, Burkina Faso y el norte de Nigeria se
deteriorara más aun serían necesarios varios millones más de
dólares.

El dinero financiará las actividades de supervivencia,
incluido el coste logístico del transporte de alimentos a las zonas
remotas de Níger y Chad, la distribución de ayuda alimentaria, la
gestión de las intervenciones a casi 860.000 niños menores de 5
años amenazados por la desnutrición severa. También servirá para
prestar apoyo a más de 9 millones de personas que dependen de la
agricultura y la ganadería
como sustento principal y que
han perdido el acceso a toda aportación agrícola y ganadera.

En este momento crítico, la comunidad humanitaria está pidiendo
que colaboración a los gobiernos, el sector privado y a los
ciudadanos. La contribución de los donantes permitirá a los
trabajadores humanitarios hacer lo que mejor saben hacer: salvar
vidas y preservar los medios de subsistencia.

La actual situación de emergencia ha vuelto a sacar el tema de
soluciones sostenibles a las repetidas crisis alimentarias de la
región. Al igual que en 2005, 1984, y en la década de 1970, esta
crisis no es sólo alimentaria, sino que también versa sobre la
pobreza endémica y merece estar en la agenda de las instituciones
más influyentes.

Con la atención puesta en Haití y otras crisis humanitarias, el
mundo debe comprometerse con el Sahel, donde el acceso a los
alimentos y otras necesidades básicas son los desafíos diarios. La
combinación de pobreza generalizada y la vulnerabilidad humana
conducen a un deterioro de la paz y la seguridad en una región ya
insegura y al retraso en el desarrollo.

La cantidad de jóvenes, hombres y mujeres que arriesgan sus
vidas para entrar en barco ilegalmente en Europa, para unirse a las
filas de grupos delictivos transnacionales o participar en el
tráfico de drogas, tienen sus raíces en la búsqueda de satisfacer
primero las necesidades más básicas de alimentos, agua, educación y
salud. Desde hace años, ha sido posible evitar las grandes crisis
alimentarias debido a la mejora de las técnicas y tecnologías
agrícolas, alimentos terapéuticos, el apoyo a las familias más
pobres y el fortalecimiento de las capacidades nacionales.Pero evitar la tragedia en el Sahel, depende de ampliar el
acceso, la respuesta humanitaria predecible y financiación
adecuada. Es esta última es de la que más se carece.

Ms. Maria Helena Semedo Asistente Director-General/Regional
Representante de África para la Organización de Alimentación y
Agricultura de las Naciones Unidas – FAO Mr. Momodou Lamin Fye
Representante Regional de FIRC para el Sahel

Mr. Thomas Yanga Director Regional de Africa del Oeste Programa
Mundial de Alimentos (PMA) Dr Gianfranco Rotigliano Director
Regional de UNICEF para África Central y del Oeste

Mr. Herve Ludovic deLys Jefe de la Oficina Regional para África
Occidental de la Oficina Central de Coordinación de Asuntos
Humanitarios (OCAH)

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